Me quedé allí un poco, saboreando las sensaciones de estrechez y temblores que sentía Sara. Le cedí la iniciativa cuando la lengua de Hugo recuperó el ritmo de su placer, y no me sorprendió lo más mínimo ver a Eva empalada
La casualidad hace que un joven presencie una riña entre sus tíos y que esto haga que la tía termine empalada por él.
La llegada del travesti cambia el ritmo de la situación. Los tres se lanzan a gozar, quedando la vecina empalada por ambos extremos y siendo visitado su culo por segunda vez en el mismo día.