De joven pensé que era muy celoso, pero con el tiempo me di cuenta de que en realidad lo que quería era ser cornudo. Acá les cuento como lo entendí y los primeros pasos con mi esposa, animándola a ser exhibicionista.
Cuando sucedió esta historia teníamos unos 40 años, quince de casados y dos hijos aún pequeños. Se trata del encuentro con dos hombres que cogieron a mi esposa frente a mí.
No suelo acudir a ese tipo de actos, me aburren soberanamente, pero la insistencia de Lucía eran tus amigos... esos reencuentros son bonitos me hizo claudicar. Desde que nos mudamos a Madrid apenas habíamos tenido contacto con ninguno de mis antiguos compañeros, algunos de los cuales me resultaron casi irreconocibles.
Cuando mi novia me dijo que lo que realmente le gustaba era excitar, debo confesar que me puse celoso. Dejé de tratar el tema y seguimos jugando para terminar haciendo el amor, como siempre.