Sonia es una experta en el arte del amor. Y cuando creía saber todos los secretos del sexo, encuentra a quién le enseñará nuevas lecciones.
A pesar de todo el sexo que tuvieron Sonia y su sobrino durante el día, aún les quedaban ganas para continuar estrechando sus "lazos familiares" en la noche.
A pesar que recordé que Cristóbal no se había colocado un nuevo preservativo, no tuve la más mínima intención de parar su goce. "Al final, hoy no es mi día fértil" pensé. Él acabó y yo estaba a punto, cuando usando mis piernas, lo empujé. Nuevamente me puse en cuatro piernas y le dije "esta vez, que no se te olvide acariciarme el clítoris cuando me estés penetrando".
Cuando escucho el correr del agua, me doy cuenta que estaba en lo cierto. Al volver, retoma el masaje ya no por mi espalda, sino por mis muslos. Recorre cada centímetro con una extraña dureza gentil en su tacto. "Este hombre es un dios" pienso, mientras mi excitación ya rayaba en el éxtasis más desenfrenado. Pensé que si él supiera lo caliente que me tenía, me haría el amor ahí mismo, sin dudarlo.
Una ejecutiva tiene relaciones con un estudiante que realiza su último día de práctica profesional.