Trio perfecto I
Llevo algún tiempo para escribiros sin encontrar el momento o sin atreverme a ello, es ahora que me dispongo a contaros mi experiencia preferida, la que nos sucedió a mi mujer y mí y que fue la primera. Les diré que esta experiencia es totalmente real, lo único que he cambio son los nombre de los protagonistas, no así los lugares, para que nadie se sienta identificado y nosotros tampoco. Espero que les guste.
Primero pasaré a presentarnos, somos un matrimonio que llevamos 19 años casados, tenemos un hijo. Rosa tiene 40 años y yo Ángel 42 años. Rosa está muy buena, por lo menos para mí y también para la gente por lo que suelen decir de ella, Rosa es morena, mide 1,66 cm. y pesa 55 kg. tiene una figura esbelta, y unos pechos muy bien puestos, un poco caídos, 95 de tamaño, una cara bastante bonita, en una palabra que está bastante bien y más aún cuando se arregla un poquito. Por mi parte, yo soy un hombre de 1,70 de estatura y 69 kg (es una buena coincidencia, es le número que más gusta).
Hace algún tiempo que lleva, como 6 años, teniendo fantasías de verla a Rosa disfrutando con uno o varios hombres a la vez y con mi participación. Esto se lo comentaba a Rosa cuando estábamos en plena faena y veía que se ponía súper cachonda con ello igual que yo. Al pasar un 2 o 3 años la fui haciendo a la idea y la fui convenciendo para realizar un trío o ir lanzándose cada vez más, pero, una cosa era cuando estábamos en plena faena y no ponía ninguna pega y otra muy distinta era una vez en frío, pues la verdad es que nosotros somos muy tímidos y bastante cortados, y dar otro paso hacia adelante era muy complicado pero cada vez íbamos quemando más etapas hacía el paso de fantasía a la realidad. Tengo que decir que nuestra vida sexual, desde que empezamos con las fantasías fue mejorando mucho, aunque anteriormente ya había conseguido de Rosa que, por ejemplo, me chupase la polla o se dejará que se la metiese por el culo.
Bueno, pasado un tiempo por fin conseguí que pusiésemos algún que otro contacto en alguna de las revistas que hay de ese tema, pidiendo un chico para hacer un trío, sólo para ella, y si podía ser que tuviese una «buena herramienta» mejor. Fuimos recibiendo bastantes respuestas y con alguno, sólo con dos, llegamos a quedar con él para conocernos, pero después de conocernos nos era realmente fácil dar el siguiente paso, sobre todo para Rosa, lo del quedar para realizar el trío ya era otra historia, sobre todo y como ya he comentado, por nuestra timidez y por el corte que nos daba y que no nos dejaba continuar, supongo que esto también les habrá pasado alguna pareja más, pues pasar de la fantasía a la realidad no es tan fácil, pues piensas muchas cosas, en lo que menos piensas es en el disfrute como yo la decía a Rosa, que tan sólo lo haríamos por el disfrute, sin enrollarse de ninguna otra forma.
Por fin hace un par de años o tres conseguí que saliésemos a los pub de parejas o de intercambios de los que hay por nuestra provincia, en Madrid. Primeramente íbamos y lo único que hacíamos era ver el ambiente, o lo máximo que hacíamos era bailar un poco pero en la pista que no estaba oscura y nunca dejaba que se acercase a tocarla ninguno de lo de las parejas que allí estaban bailando, después y ya en nuestra casa echábamos unos polvazos de impresión recordando todo lo que habíamos visto en esa noche.
Después de unas cuantas visitas a estos pub conseguí que saliésemos a bailar a las pistas de baile oscuras y allí ya con la oscuridad (en estas pistas a penas se ve, están bastante oscuras) ya si nos lanzábamos más, o más bien conseguía que Rosa se lanzase más, pues a mi poco me hacía falta, ya empezaron a acercarse parejas y nos metíamos manos unos a otros, bueno la metían mano a Rosa y yo también metía mano, porque ella, aún con el pretexto de la oscuridad, poco era capaz, ella tan sólo se enganchaba a mi cuello con mucha fuerza y yo notaba lo mucho que la gustaba y los orgasmos que ella conseguía, si quería que ella fuese lanzándose un poco más, tenía que soltarle alguna mano de las que tenía enroscadas en mi cuello y ponérsela en el paquete de la pareja, aunque era por encima del pantalón, que tuviésemos a nuestro lado, pero aun así muchas veces retiraba la mano en cuanto podía, mientras nos tocábamos con las otras parejas, yo la susurraba al oído lo bien que se lo pasaría realizando el sexo con ellos, y también la metía mano yo a ella. En alguna ocasión, y después del magreo con otras parejas, nosotros dos nos poníamos allí en medio de la pista a echar un polvo, que ya nos dejaba muy satisfechos.
Uno de estos días que fuimos a un pub (en el año 1.999), que se encuentra cerca del «Pirulí» de TVE, la relaciones públicas del pub, Ana, nos presentó, pues ya en anteriores veces nos había preguntado, que qué era lo que a nosotros nos apetecía y que era lo que queríamos conseguir y nosotros la habíamos dicho que a nosotros lo que nos gustaba era los tríos con chicos, ella nos había comentado que por allí siempre había o venía algún buen chico, con el cual no tendríamos ningún problema y además sería sin compromiso, para ver si podíamos dar el paso de hacer el trío, bueno como os decía, Ana la relaciones públicas nos presentó a un chico de unos 30, a lo máximo 35 años, soltero, que se llamaba Juan (nombre ficticio) y nos dijo que con este chico no tendríamos ningún problema, si decidíamos dar el paso, él estaría conforme, pero que si no decidíamos nada, o sea que no dábamos ningún paso tampoco pasaría nada con él, en definitiva que Juan era un chico que respetaría la decisión que tomásemos, para un lado u otro y lo que era más importante, pues Ana ya se había percatado de que éramos bastante cortados y tímidos, lo más importante era es que Juan tenía una conversación muy fluida.
Juan es un chico bien parecido, un poco más alto que yo sobre el 1,80 de estatura y pesaría unos 80 o 85 kilos, se sentó con nosotros, enfrente de Rosa, nos comentó que era de una de las Islas de Canarias, que solía venir algunos fines de semana por Madrid, por asuntos personales de negocio y que le gustaba mucho el morbo de ir a los pub y que ya en alguna ocasión ya había realizado algún trío. Tengo que reconocer que Juan nos lo fue poniendo muy fácil, pues como he dicho antes su conversación era muy fluida y que de lo que menos hablábamos era de sexo.
Juan sin embargo no dejaba de mirar a Rosa a las piernas y a sus tetas, pues Rosa para la ocasión se había puesto un vestido que la quedaba muy bien y se ajustaba mucho a su cuerpo, que la quedaba como una cuarta por encima de la rodilla, con lo que al estar sentados se la veía la mitad de los muslos, además, también para la ocasión se había puesto un conjunto negro de braga y sujetador muy bonito, la braga de estilo tanga de esas que por detrás se meten por la raja del culo y por delante tapa bastante poco también, el sujetador era de los que cubre sólo un poco más del pezón, por lo que quedaba casi toda la teta fuera, las medias también negras de las que se pegan a medio muslo, en definitiva que estaba Rosa como para comérsela y Juan no dejaba de mirarla con algún disimulo.
En un momento dado y cuando ya habría pasado como una media hora de estar charlando, Juan la propuso a Rosa de salir a bailar a la pista que teníamos al lado, que no era precisamente la pista de baile oscura, yo le di mi aprobación, pero Rosa seguía indecisa, a lo que yo la dije, que no se preocupase que sólo pasaría lo que ella quisiese y que si no quería seguir adelante que no pasaba nada, como ya habíamos hablado anteriormente. Por fin Rosa se decidió y salió a bailar con Juan, en ese momento sonaba música lenta, bueno en estos sitios casi siempre la música que ponen es lenta.
Yo los veía por una de las rendijas de las cortinas que tenían la pista de baile, y los veía muy apretaditos, aunque ella al principio se separaba un poco, yo tengo que reconocer que estaba un poco confuso, por un lado un poco cachondo, pues veía a Rosa como siempre había soñado en los brazos de otro y por otro lado estaba el tema de los celos, o no concretamente dicho eran los celos, sino que el ver a mi mujer en brazos de otro, pues me resultaba un poco extraño y tenía mis remordimientos, pero pensándolo bien eso era lo que los dos queríamos (aunque al principio fui yo el inductor) y luego con el tiempo nos ha dado más confianza y nos ha unido más si cabe todavía en nuestro matrimonio. Como decía de vez en cuando me asomaba por entre las cortinas y a veces desde mi sitio también los veía bailar, y le vi a Juan como la subía un poco el vestido y la veía sus nalgas y el tanga que llevaba, luego me dijo Rosa que se lo había pedido él y que ella había accedido. Al rato volvieron a sentarse a la mesa conmigo.
Al rato Juan se fue al servicio, supongo que para dejarnos a nosotros hablar y comentar un poco lo que había pasado, y la pregunté a Rosa que qué tal había ido la cosa, contestándome que bastante bien aunque ella había estado muy cortada y que no habían pasado nada, que él en una ocasión había intentado besarla en la boca y que ella no la había dejado, esto era una cosa que Rosa siempre me había comentado, de que seguramente no creía que alguna vez dejase a alguno que la besara en la boca, pues es una cosa que ella ve muy personal, luego con el tiempo también la han besado en la boca, pues yo la hice ver que no tenía nada de qué preocuparse pues era un paso más o que no pesaría en nuestra relación de pareja el que otro la besara.
Juan llego del servicio y ahora la que fue al servicio fue Rosa, lo que yo aproveche para preguntar a Juan, que qué le había parecido, me dijo que Rosa le había gustado mucho y que estaba muy buena, (cosa que yo ya sabía), después me comentó que todo iba por buen camino y que no era cuestión de precipitarse, que había que ir paso a paso, y que no había ninguna prisa, que era mejor ir despacio y que si al final no sucedía nada, que tampoco pasaba nada, que nos daríamos la mano y que quedaríamos como amigos y nada más.
A la media hora más o menos la propuse yo que porque no salían a bailar un poco a sala de baile del cuarto oscuro, a lo que ella se quedó un poco cortada y yo la volví a decir lo mismo que la había dicho en la anterior ocasión, que sólo pasaría lo que ella quisiese, Juan también la dio ánimos en este sentido y la dijo que si no estaba convencida que no irían a la pista a lo que Rosa accedió el ir con él a la pista de baile y que era hora de dar el siguiente paso adelante (esto luego después me lo dijo ella, que era lo que había pensado). Yo les dije que pasado un poco de tiempo entraría yo con ellos a la pista, a los diez minutos más o menos.
El tiempo en que estuve esperando, estuve muy nervioso y los minutos se me hacían horas, no dejaba de mirar el reloj a cada instante.
Por fin pasado un tiempo me dirigí hacía la pista de baile, la verdad aún a oscuras prácticamente, no me costó mucho dar con ellos. Cuando llegué me coloqué detrás de Rosa, bailando los dos a la vez con ella, Juan por delante y yo por detrás muy apretaditos, la empecé a hablar al oído y la pregunté que qué tal se encontraba a lo que ella me contestó que bien, pero que ella también estaba deseando que yo llegase, yo la toqué el coño y pude comprobar que ya estaba un poco mojada, por lo que yo pensé para mí que la cosa iba muy bien encaminada. Entonces empecé a tocarla por el culo y las tetas, dándome cuenta de que Juan ya la había sacado uno de sus pechos del sujetador, lo que yo hice fue sacarla el otro pecho y así conjuntamente cada uno de nosotros le cogía una teta, luego él se puso a chupar las dos tetas, empezó chupando despacio y luego según se iba poniendo ella súper caliente la fue chupando las tetas más aprisa y con una de las manos la tocaba el coño por encima de la braga, yo mientras tanto la iba tocando el culo y coño desde atrás, en un momento dado la aparté la braga de la parte delantera para que Juan pudiese tocarla el coño directamente, en un momento dado nuestras dos manos la estábamos tocando y metiéndola los dedos a la vez en su ya súper excitado y empapado coño y alguna vez la metía un dedo en el culo. Entonces yo la bajé una de las manos, que tenía puestas en el cuello de él, a su bragueta, mientras yo la decía muchas cosas al oído, como que qué bien se lo iba a pasar y que estaba súper caliente y cosas por el estilo.
La dije que le sacase a Juan la polla del pantalón, a lo que para ese motivo tuvo que soltarse la otra mano del cuello y ayudarse con las dos manos para desabrocharle la bragueta para poder sacarle la polla, con los nervios no conseguía sacarle la polla por lo que él tuvo que ayudarla a sacársela, yo mientras la incitaba a que se la tocase bien y que empezase a pajearle. Yo la veía a Rosa que estaba a punto de caramelo toda chorreando, por lo que la comenté que si la apetecería que Juan se la metiese a lo que ella, aún con lo excitada que estaba, dudándolo un poco, al fin, me dijo que sí. Le pregunté a Juan que si había traído algún preservativo, a lo que él me contesto que sí y le dije que se lo pusiese.
Juan estuvo buscando por su pantalón, supongo que tardo un poco por los nervios que tendría el también, y por fin lo encontró y se lo estuvo colocando en la polla, cuando lo tuvo puesto, yo mientras tanto seguía por detrás sobándola a Rosa por todas partes viendo que estaba muy cachonda, después se arrimó Juan de nuevo a Rosa, y se puso por delante intentando metérsela así de pie como estábamos, sin llegar a conseguirlo, aunque yo también intentaba ayudarle. Entonces la dijimos que se diese la vuelta, o sea de frente a mí y agachándose para poner el culo en pompa y ofreciéndoselo a Juan en toda su plenitud, él la arrimo la polla a su encharcado coño y se lo fue introduciendo poco a poco, primero el capullo y luego consiguiendo meterla toda la polla hasta conseguir chocar sus huevos con las nalgas de ella (por fin lograba ver yo lo que tanto tiempo había deseado), yo mientras tanto la sujetaba por la cabeza y la magreaba sus tetas y me había sacado la polla que ella empezó a chuparme con mucho ímpetu, a duras penas lograba no correrme en su boca (cosa por cierto, que algún día me gustaría conseguir, lo de correrme en su boca y que se trague toda mi leche, cosa que ella dice que la da mucho asco, y yo tampoco quiero obligarla), también pase la mano por debajo para tocarla el clítoris y para ver si Juan se la había clavado del todo, cosa que pude comprobar que así había sido, que la tenía incrustada hasta las bolas, como se suele decir. Juan la estuvo dando fuertes empujones clavándola la polla, en un mete y saca frenético consiguiendo que Rosa tuviese varios orgasmos (cosa que en Rosa no es difícil conseguir el que tenga orgasmos, vamos que suele tener varios orgasmos en una sesión fácilmente, casi diría que es multiorgásmica).
Mientras tanto algunas de las parejas que estaban en la sala de baile se fueron acercando y viendo la escena que estábamos teniendo, me imagino que se estarían poniendo cachondos con dicha escena, pues aún aunque esa pista es oscura, cuando llevas ya un rato los ojos se adaptan a la oscuridad y se puede ver un poco, además de que en dicha pista hay una luz pequeña, amarilla, de las de emergencias cosa que hace que se consiga ver un poco más. Esto, unido a lo que estábamos realizado todavía daba aún más morbo si cabe que esto sucediese.
Cansados de la postura, Juan se sentó en uno de los sofás que tiene sala y Rosa le cogió la polla y se sentó encima de ella, de espaldas a él, clavándosela poco a poco, hasta conseguir ensartarse toda la polla en su coño, en la situación que estaba ella y yo de pie la arrimé mi polla a la boca y ella empezó de nuevo a chupármela, mientras ella subía y baja al ritmo de la follada, unas veces por la sacudidas de él y otras por las subidas y bajadas de ella. En un momento dado yo me puse de rodillas y estuve chupándola el clítoris, mientras veía o mejor dicho intuía como se la sacaba y se la volvía a clavar la polla en el coño a grandes sacudidas cada vez más fuertes hasta conseguir de Rosa unos cuanto orgasmos más, luego la arrime mi polla hasta su coño frotándola con ella toda el clítoris, hasta que en momento dado intente introducirla yo también mi polla, cosa que no pude conseguir, no sé si por la postura y la vez tener introducida la polla de Juan, o por cualquier otra circunstancia, viendo que no podía conseguir metérsela, volví a frotársela, por el clítoris y después de nuevo a pasarla la lengua de arriba a abajo por el clítoris. Después me puse de nuevo de pie y ella me volvió a coger la polla y empezó a mamármela hasta casi conseguir que me corriese en su boca, cosa que no hice, porque en el preciso momento de la llegada de la descarga de la leche yo me retiré y conseguí correrme en un pañuelo, Rosa no sé cuántos orgasmos conseguiría en esta sesión, pero yo sé que fueron muchos los orgasmos que tuvo.
Juan aún no se había corrido, vaya aguante que tenía, y Rosa le dijo que ya estaba muy cansada y además estaba muy sudorosa o estábamos, pues en ese cuarto tan pequeño hacía un poco de calor, entonces él dijo que estaba bien y que no importaba y salimos de allí para ir hasta donde estábamos en los sofás sentados.
Ya más tranquilos le volvimos a decir que si no le importaba el que él no se hubiese corrido, a lo que él no le dio mayor importancia y dijo que no pasaba nada, y nos dijo que lo más importante es que Rosa se lo hubiese pasado bien, a lo que ella le dijo que se lo había pasado estupendamente y que lo sentía por él, a lo que Juan volvió a insistir que no tenía (o no teníamos) por qué preocuparnos. Después nos despedimos de él, no sin antes que nos pidiese nuestro teléfono, cosa que hicimos, diciéndonos que si no nos importaba en alguna de las ocasiones de las que él viniese por Madrid, nos llamaría por si queríamos quedar para volver a vernos. Le dijimos que de acuerdo que estaría bien volver a encontrarnos y nos despedimos de él y salimos del pub.
Ya en casa comentamos todo lo que había pasado, y Rosa me confesó que había salido todo muy bien y recordando lo sucedido volvimos a echar un polvo impresionante, quedando dormidos hasta altas horas del día siguiente.
Lo que si les puedo decir es que esta experiencia tan satisfactoria (y alguna otra no tan satisfactoria), lo que ha hecho es unirnos más en nuestro matrimonio y les ánimo a otros posibles matrimonio o parejas que estén en nuestra misma situación a que den el paso adelante, ese paso que les puede faltar y tener indecisos, ahora eso sí, siempre y cuando ambos estén de acuerdo y no se mezcle una cosa con la otra, por lo menos lo que nosotros tenemos muy claro es que nuestro matrimonio va por una parte y estas experiencias van por otra aunque alguna/s experiencia/s no salgan bien.
Continuará…