La humillación y el abuso no se puede frenar con súplicas o fuerza, así que Hailey deberá recurrir a un último recurso: la seducción. Deberá dejar su ligero y débil cuerpo a merced de quién quiera utilizarlo y, a partir de ahí, planear su escape.
Tras ser violada la noche anterior, Hailey intentará evitar problemas siendo más sumisa con su amo Owen, pero esto no será suficiente para calmar los deseos sexuales del vampiro, que ante la mínima desobediencia se encargará de castigarla como corresponde.
Cómo una joven fuerte pero bondadosa e inocente termina siendo el juguete sexual de un vampiro.
Pocos segundos más tarde, el jefe dejó de succionar y le sacó los colmillos. De las heridas que le provocó salió sangre, y la chica se habría desangrado de no ser por las medias, que hacían más o menos la función de compresión.