Antonio está estresado del trabajo de toda la semana y le pide a su hermano la casa de la montaña para el finde.
Primero empezó por el glande, suavemente con sus labios empezó a bajarle la pielecilla al mismo tiempo que impregnaba con saliva toda la verga. Con sus manos iba ayudando, le rozaba sus huevos, se los besaba, se los lamía y sin parar de frotar su polla iba dándole mordisquitos con sus labios carnosos.
Una vez con ese pantalón fuera de tus piernas me dediqué a besarte el abdomen y los muslos con el fin de excitarte tanto que cuando te tocara en tu punto clave estallaras en un orgasmo sin igual, la carretera estaba mojada, íbamos a casi 100 kilómetros por hora, era peligroso pero nos desbordaba enormemente las hormonas, no teníamos idea del lugar al que Aleja iba a llevarnos, no teníamos idea cuándo se nos había perdido así la cordura, para desnudarnos frente a esa conductora desconocida teníamos que haber estado muy excitadas, no era para menos.
Que tonta, me había emocionado simplemente viendo a ese tipo, observando como miraba a través de mi minúsculo vestido mis enormes y erguidos pechos, mis caderas, mis piernas bien torneadas y morenas, sintiendo el roce de su cara, angulosa, dura como el acero. Todo pasó en unos segundos, y la idea de que David estuviese allí ya no me disgustaba en absoluto, pero me quité como pude los pájaros de la cabeza y le comenté el plan que teníamos dándole media hora para prepararse.
Estaba harto de las chicas jóvenes, Carmen era sensacional en la cama, insaciable, pero solo se la podía aguantar precisamente si estábamos jodiendo, sino era una niñata que me levantaba dolor de cabeza. Decididamente había sido un acierto no irme de vacaciones con ella.