¿Acaso pensaba que se quedaría a vivir conmigo o que? Igual estaba confundido, como yo. Pero no me lo creí. Él no estaba confuso, Santi era mayor que yo y yo ni siquiera tenía los 18. ¿Porqué tendría que quedarse conmigo?
Luego sin tardar me colocaron en el aparador y me follaban, me enculaban, me metían sus pollas en la boca, me sobaban, me chupaban, me mordían. Se apartaban unos a otros diciendo “ahora me toca a mi” e iban pasando por mi chochito una y otra polla sin parar. ¡ Que gusto ! Es una sensación alucinante.
Cojo dos cojines los pongo bajo su vientre, su culito respingon sobresale, entre sus nalgas su precioso coñito, su culito ya acepta dos dedos sin problemas, ella continua masturbandose, ha llegado mi hora, el premio al que sabe esperar.
Tomaste tu sostén para ponértelo, pero yo te dije que no, y quitándotelo me miraste sorprendida y me dijiste que como ibas a bajar así nada más, y ayudándote a ordenar tu blusa y abotonarla, te dije que así te quería, me diste un beso y me complaciste, y nos fuimos a desayunar.
Los dos esperaban con ansiedad este día en que volvían a estar juntos, después de estar un tiempo separados, gozarían haciendo el amor y disfrutarían del momento de este delicioso encuentro.
Comencé a bajar pronto partiendo de la unión de tus pechos y besando tu piel hasta tu vientre, allí me detuve mientras mis manos quitaban tu falda, tus piernas quedaron descubiertas ahora, y tu pubis y tu sexo tapados por tu calzón. Unos besos sobre la tela y percibir tu aroma fue lo necesario para tomarlo y deslizarlo por tus piernas quitándolo y así desnudándote completamente.