Aquella mañana mi jefe me había anunciado que vendría a verme una clienta a la que el no podía atender por que tenía que hacer gestiones fuera del despacho. No le di mas importancia, ya había ocurrido otras veces; pero esta sería diferente.
Con la punta de su lengua lamió mis labios voluptuosos e hinchados aún por el placer, dibujó mi clítoris sonrosado y recorrió cada milímetro de mi vagina con su lengua y saboreó casi desesperado mi coño húmedo y ensoberbecido.
Soy morena, pelo liso por encima de los hombros, delgada, cara ancha, ojos grandes y oscuros, pechos pequeños pero bien firmes, piernas largas y finas, culito respingón y prieto que suelo lucir en la playa en tanga y en la oficina con minifaldas muy cortitas, ajustadas o de vuelo.
Yo me levante, me acerque a donde estaban sentadas, les toque el pelo, me di la vuelta y cerré el despacho con llaves. Me volví a colocar frente a ellas y les dije que quizás todo se podía arreglar mientras ponía mi paquete, ya endurecido a la altura de sus caras.
Sorprende a unas alumnas fumando y las manda a su despacho para proceder con el castigo Me llamo Miguel, y puede decirse que no soy nada especial, tengo 46 años y vivo solo, nunca he estado casado y realmente no tengo éxito con las mujeres. Quizá sea porque soy de poca estatura, llevo gafas y […]
Mi cuerpo daba espasmos mientras ella seguía liada con mi sexo, no podía aguantar más y me corrí por segunda vez era increíble, me estaba haciendo sentir como nunca me había sentido en el tema del sexo, era fascinante.