Le ofrezco mi casa a mi nuevo compañero y afloran mis instintos mas sensuales

Hace 10 meses que estoy trabajando en el exterior por lo que Internet es una constante compañía y hace 4 meses descubrí esta página.

Realmente la disfruto porque abrió mi cabeza mostrándome todas las variantes del sexo y como las personas pueden disfrutar de forma tan diversa y por sobretodo cuan insatisfechas están.

Este relato es mitad real y mitad fantasía porque cuando les conté a mis amigas argentinas por e-mail, se desilusionaron del final, entonces me anime a imaginarlo como a ellas les hubiera gustado y me decidí a compartirlo con todos ustedes que tanto me han deleitado hasta ahora.

Me llamo Carolina, soy morocha, tengo 32 años de apariencia normal, poco busto, fui acomplejada en mi adolescencia, entonces me sentía un patito feo y por eso desarrollé la simpatía y la conversación como armas de seducción. Además mi carrera, soy ingeniera, no me permitía pasar horas en el gimnasio y nunca me gustó tampoco, así que trataba de mantenerme en forma pero sin preocuparme demasiado por la dureza de mis carnes ya que si alguien iba a la cama conmigo era fruto de la seducción «intelectual» o «psicológica» y no de un buen par de tetas o una cola súper dura.

Ahora, como les comente antes vivo sola en un país de medio oriente al que vine por una muy buena oportunidad profesional. Tengo mi novio en Argentina, mi país, esperándome así que acá me porto bien, pero por supuesto cada argentino nuevo que se integra a la compañía trató de hacerme amiga aunque sea para hablar en español y compartir la nostalgia.

Con Lavín fue distinto (Ni su nombre es argentino, en realidad el no nació en Argentina, pero si creció allá así que para el caso lo es), al principio no me cayó muy bien, me parecía agrandado y además hablaba el idioma local así que no sentía la misma necesidad que yo de comunicarse con alguien en otro idioma que no fuera el inglés, además vivía en otra ciudad así que me pareció imposible entablar amistad.

Hasta que un día las circunstancias hicieron que viajáramos juntos desde la universidad hasta la empresa y tuvimos oportunidad de conversar de cómo nos sentíamos en un país tan distinto, solos, etc. Para mi sorpresa él estaba experimentando todo lo que yo había pasado en mis primeros meses y me sentí muy identificada con él y mi actitud hacia el cambio, trate de ayudarlo en lo que pudiera ya que entendía perfectamente lo que sentía.

Así fue que cuando me comentó que quería ir a mi ciudad a conocer para después buscar departamento para mudarse, no dude y le ofrecí quedarse en mi casa la noche que fuera para allá y venir juntos al trabajo al día siguiente.

Yo vivo en un departamento amplio y con 2 dormitorios así que no había ningún problema.

Esa tarde después del trabajo nos fuimos a mi casa, llegamos y pusimos música en español, y charlamos de todo un poco mientras tomábamos gaseosa y comíamos unas masitas.

Entre tantas cosas que hablamos me comentó que había trabajado un tiempo como modelo para bancarse los estudios de ingeniería, pero no le había gustado porque se sentía tonto, etc. Yo si bien seguía escuchándolo empecé a poner más atención en su aspecto físico, hasta ese momento no lo había mirado nunca, y pude observar las horas de gimnasio que debían tener esos brazos y esas piernas que lucían muy bien por cierto.

Entonces después de un rato le propuse salir a caminar hasta el centro para que conociera los alrededores y me pidió tomar una ducha primero.

Mientras se duchaba me puse a mirar por la ventana, cantando relajada y al rato sentí como que alguien me observaba me di vuelta y ahí estaba él, vestido solo con un pescador blanco que resaltaba su perfecto bronceado, la toalla alrededor de su cuello, el pelo mojado y los aromas frescos después del baño que inundaban el ambiente. Por un momento me quede helada, mi inocente compañero de trabajo se había convertido en un modelo en pose, según yo provocativa, mirándome sugestivamente.

Reaccione como pude y sin hacer comentarios me fui a bañar. Mis instintos de mujer afloraron, especialmente considerando que hacían 45 días que no veía a mi novio, y de repente sentí la necesidad de vestirme especial y no solo con mis cómodos jeans y remeras así que decidí estrenar un jeans que sabía me calzaba bien y una blusa con un sugerente cuello, me maquille cosa que no hago muy seguido, y me bañé en perfume.

Elogió mi perfume y nos fuimos, caminamos mucho y luego nos sentamos a tomar yo una cerveza, el un licuado (Que tierno pensé). Hablamos de todo, de nuestras historias, de nuestras carreras, de que buscábamos en la vida, etc.

Después nos reunimos con un amigo a cenar y los 3 pasamos un rato muy agradable, cuando volvíamos caminando a casa en un momento me abrazó y como me tomo tan de sorpresa no dije ni hice nada, por lo que retiró su brazo y seguimos nuestra charla como si nada.

Al llegar a casa, prepare un té (Adivinen para quien) mientras yo tomaba un café, él había comprado un chocolate con unos caramelos adentro que explotan en la boca al entrar en contacto con la saliva provocando una sensación muy divertida junto al dulce sabor del chocolate, mientras yo fumaba un cigarrillo la conversación fue girando hasta llegar a temas como la fidelidad y el sexo, cuando creí que la conversación se iría de control le dije que fuéramos a dormir sino nos iba a costar mucho levantarnos temprano para ir a trabajar.

Lo salude en su habitación en un extremo del pasillo y me dirigí a la mía en el otro extremo, inicio un dialogo en el que sabría me interesaría pero debido a la distancia debíamos gritar, así que en cualquier momento se me podía aparecer en mi habitación, así que lo salude nuevamente y me acosté. No podía entenderlo pero estaba muy excitada, pero no deseaba nada con él, no deseaba su cuerpo, si lo hubiera tenido a mi novio en ese momento lo hubiera violado pero esa sensación de estar casi desnuda en mi cama y tener a un hombre en las mismas condiciones a unos cuantos metros me excitaba terriblemente.

En el silencio de la noche solo sentía los ruidos de su cama y que daba vueltas, como que no podía dormir, yo tampoco podía a pesar de lo tarde que era, entonces prendí la luz y le pregunte si estaba bien, me contesto que sí, le dije que si la cama estaba dura podía dormir en la mía.

No entendía nada!!!! Yo lo estaba invitando a mi cama estaba loca!!! No por ninguna cuestión moral sino porque no quería acostarme con él, no quería sexo con el pero es como que provocarlo me daba un placer impresionante.
Me quede unos minutos expectantes como para ver su reacción pero me di cuenta que era muy ubicado y supe que no haría nada y entonces me dormí tranquila dando por concluida la dosis de adrenalina de ese día.

(Este fue el final que a mis amigas desilusiono tanto así que ahora va el otro un poco más excitante y totalmente fruto de mi imaginación)

Cuando comenzaba a dormirme sentí unas manos que apenas rozaban mi espalda, sin oponer resistencia pero sintiendo un calor intenso recorrer todo mi cuerpo me deje acariciar, las caricias se convirtieron en masajes y me despojaron de las tiras de mi camisón.

Luego los masajes comenzaron a recorrer mis piernas y fueron subiendo hasta perderse debajo de mi camisón y llegar a mi cintura.

Mi camisón era un estorbo así que colabore en los movimientos para despojarme de él. Ahora estaba boca abajo en mi cama solo cubierta por la tanga cola les que era mi única prenda y siendo recorrida por unas manos fuertes pero que sabían tratar a una mujer, no pude resistirme cuando sentí mi tanga deslizarse por mis piernas y un gemido se ahogó en mi almohada.

Una lengua tibia y hábil comenzó a recorrerme y todos mis deseos contenidos parecían aflorar a borbotones. Besaba la parte trasera de mis rodillas y subía por mis muslos hasta perderse en mi cola, me arqueaba de placer y la urgencia de un orgasmo me hizo darme vuelta y dejar mi pubis enfrente de su boca que no perdió oportunidad y como adivinado mi orgasmo se ensaño con mi clítoris hasta que lo obtuvo.

Me repuse unos instantes y considere justo devolver un poco del placer experimentado así que empecé a recorrer ese cuerpo desconocido, y que la oscuridad me impedía ver, con caricias y suaves besos que descubrieron un estomago modelado por el trabajo físico y seguí bajando sin consideración, bese sus ingles y pequeños gemidos indicaban que le estaba gustando de repente mi lengua descubrió su pene de un tamaño bastante considerable y empecé a besarlo suavemente mientras sus manos acariciaban mi pelo, cosa que me excita terriblemente.

De repente sentí la necesidad de sentirme una puta terrible y me dedique a darle a ese pene todo el placer posible con mi boca, sus movimientos indicaban que estaba logrando mi objetivo y cuando parecía que iba a acabarse me retire y me senté sobre él, de espaldas y fui penetrándome despacito con esa pija enhiesta y dura, sentí sus manos apretar mis pequeñas tetas y comenzó a pellizcarme los pezones mientras yo cabalgaba cada vez más a prisa sobre él, tras un rato de este placentero juego nos acabamos y sentí su leche caliente inundar mi interior. Me recosté sobre sus piernas para recobrar mi respiración sin dejarlo salir de mi interior.

Al rato sentí sus manos acariciar mi cola y la intensidad de las caricias me pusieron a mil, ya sentía sus dedos humedeciendo mi única entrada libre con mis flujos y el semen testigos del placer de minutos anteriores, me asuste un poco quería pensar, hasta ese momento solo a mi actual pareja le había permitido penetrar mi cola y quería que fuera su exclusividad, pero un dedo ya se perdía en mi esfínter y el placer era demasiado, decidí que la exclusividad seria el amor y que en la carne no quedan huellas solo en el corazón así que me deje llevar, a la vez que sentía como su pija adquiría dureza nuevamente dentro de mi vagina así que muy despacio me salí y me puse en cuatro patas y empecé a guiarlo para hacerlo menos doloroso.

Poco a poco fue entrando en mi cola despacio pero firmemente, me recosté un poco y sus dedos se encargaron de mi clítoris mientras su lengua recorría mi cuello y mis orejas, yo no aguantaba tanto placer y tuve un orgasmo impresionante, largo e intenso, luego sentí sus convulsiones y su orgasmo también fue muy fuerte.

Él se acostó, me recosté a su lado y le dije creo que ahora los dos vamos a poder dormir, nos dimos un largo beso uniendo nuestras bocas por primera vez y me dormí sobre su pecho, mientras él me abrazaba.

Nos esperaba un largo día de trabajo con muy pocas horas de sueño y el vernos la cara a la luz del día… pero eso queda para la próxima.