El director

Esta historia comienza unos meses después de que me trasladara por motivos de trabajo a una nueva ciudad, mi empresa alquilo un piso en el centro. Los primeras semanas con el traslado y adaptarme al trabajo se pasaron volando pero luego en una nueva ciudad sin conocer a nadie nada más que a los compañeros de trabajo, me sentía un poco sola aunque al principio viajaba algunos fines de semana a mi ciudad natal mi economía y mi estado físico termina resintiéndose.

Así que termine por quedarme los fines de semana en la casa nueva viendo películas de video y chateando en Internet donde me quitaba esa mascara de chica tímida, Un día en la cola del pan una vecina me comento que habían alquilado un piso en la ultima planta durante un año a una productora de cine para rodar películas.

El fin de semana empezaron a trasladar cámaras y equipos de rodaje. Como ese fin de semana era de cuatro días por el puente que hicimos en la empresa, me marche a mi ciudad natal.

Cuando regrese ya aparentemente había terminado la grabación, así que cuando me tope con la vecina le comente que pronto ha terminado el rodaje yo creía que se quedarían más y que a lo mejor podríamos actuar de extras, la vecina me contesto –quita quita menos mal que nos dimos cuenta a tiempo del tipo de rodaje que estaban haciendo que sino…- ¿Qué tipo de rodaje de masido violento?- No más bien demasiado erótico festivo- O sea que era una peli porno –Si pero no veas la que se monto cuando un vecino se entero llamamos al dueño del piso y le dijimos lo que pasaba y que este era un bloque de gente decente, así que han dejado de rodar aunque creo que el director de la película se ha quedado a vivir, espero no toparme con sea gente en el ascensor….

Mientras me hablaba yo estaba alucinada gente decente pero si seguro que vuestros maridos conocen a todas las chicas que salen en esas películas, lo que hay que oír.

A la mañana siguiente cuando iba a trabajar me encontré con el «famoso» vecino, coincidimos en el ascensor mientras bajábamos yo le salude, el con cara de extrañado me devolvió el saludo, no volvimos hablar.

Hasta que al volver del trabajo me lo encontré de nuevo, nos saludamos y el me pregunto si yo vivía ahí yo le conteste que si que era su vecina del cuarto, y que me imaginaba que el debía ser el famoso vecino del ático, el con una sonrisa encantadora me dijo que si y que se había extrañado esta mañana de que le saludara y montara en el mismo ascensor ya que nadie más del bloque lo hacia, yo le conteste que los vecinos de aquí parece que no han progresado moralmente como en el resto del país. El se echo a reír, con una risa encantadora.

Cuando llegue a casa me di cuenta de lo excitada que estaba, pensé que hacia mucho, mucho tiempo que no echaba ni un triste polvo y de lo mucho que me gustaría echarlo con él, cosa por otro lado totalmente improbable, por que el esta muy bueno, trabaja como director de pelis porno y conocerá a muchas actrices macizas que estarán encantadas de hacérselo con el.

En esto sonó el timbre de la puerta, mire por la mirilla alucinando de que era él ¿Vendrá a pedirme sal? Sal le daría yo a otra cosa, dios mío estoy muy necesitada pensaba yo.

Abrí la puerta – Hola de nuevo vecinita, la verdad es que venia a pedirte sal, pero esa era una excusa ya que como me has comentado que eres de fuera y no conoces a mucha gente por aquí quería saber si te interesaría que nos relacionáramos como amigos en vez de cómo vecino educados, por cierto mi nombre es Daniel. – El mío es Silvia y si estaría encantada de aquí un amigo que no tuviera nada que ver con el trabajo, por cierto pasa –me puedo fiar no, espero que además de director de pelis no seas un psicópata- él se echo a reír con una risa que hacia que se me cayeran las bragas.

Estuvimos hablando de lo que me estaba costando adaptarme a todos los cambios sufrido, que echaba de menos a mi familia etc., hasta pasada la media noche, donde el se despidió invitándome al día siguiente a una cena en su casa, ya que al tampoco le gustaba estar solo, yo le conteste que aceptaba, pero que me tenia que contar un poco de su vida ya que yo le había contado toda la suya. El sonrió y me dio un beso en la frente – Como me hubiera gustado que hubiera sido en otro lado-.

Al día siguiente por la noche yo estaba muy nerviosa, no sabia que ropa ponerme me parecía que todo me queda mal, estuve apunto de no subir, pero subí y no creo que me arrepienta.

El me abrió la puerta me saludo y me dio un beso en la frente, cuando entre había una rubia de 1.90 con unos pechos enormes que se entreveían a través de su blusa, yo me sentí algo decepcionada ya que creí que íbamos a cenar los dos solos, creo que se me noto en la cara.

Daniel me presento Judith Silvia, Silvia Judith, Judith ya se marchaba que esta noche le espera un largo rodaje, con Jean Paúl, Sonreí, ella se marcho, y el comento –Su nombre en Juana pero como no queda bien como nombre de actriz se lo ha cambiado.

Reímos los dos –He pedido comida china, espero que te guste- Si me gusta, sobre todo sus ensaladas-, pasamos un par de horas hablando de su trabajo de cómo estaba cansado de esas chicas como Judith las cuales no tenían ninguna imperfección física –ya que si tenían alguna pasaban por quirófano- y que ya el no se excitaba dirigiendo películas, ya que cuando ruedas tantas te acabas cansando y que lo que mas le gustaba era poder charlar así con alguien como yo ahora. – Y yo pensando en echar un polvo, que desilusión- Sonó el timbre, era Judith que quería hablar con Daniel, así que como no esperaba mojar, me despedí y me fui a dormir a casa después de darme una ducha muy muy fría.

Cuando estaba acostada con mi pijama de franela calentito, llamaron a la puerta, mire por la mirilla y era Daniel, abrí la puerta extrañada, y el me cogió en alto muy me pego un morreo impresionante, al terminar se disculpo, me dijo que con el pijama que llevaba puesto el atraía mucho y que el había notado –como para no darse cuenta- que el también me gustaba- Yo alucinada pensé que estaba soñando le dije que pasara, que se quitase el abrigo que llevaba, y que si quien el me gustaba y que yo comprendía perfectamente que el podía tener cualquier chica que desase, el me contesto que me besaba a mi y que a menos que yo quisiera hacer algo más que hablar esa noche no se iba a quitar el abrigo.

¿Por qué ya no ten interesa hablar tanto como antes, has bebido y Judith te ha dejado? Pregunte algo enojada. El se quito el abrigo estaba completamente desnudo -Bueno con unos calcetines largos que le hacían quedar muy gracioso pero nada erótico.

Entonces me fije en su instrumento estaba muy muy bien dotado.

El me miro y me dijo –que antes de ser director había sido actor por su destacable instrumento; se abalanzo sobre mi, me quito la parte de arriba de mi pijama masajeando suavemente mis senos, los cuales estaban muy duros, besaba suavemente mi cuello mientras me quitaba el pantalón y las bragas, me tiro contra el sillón y empezó al lamer suavemente todo mi cuerpo, empezando por el cuello pasando por mis pechos, el ombligo y mi concha la cual estaba muy húmeda, siguió lamiendo todo todos mis fluidos, hasta que alcance un orgasmo monumental, su pene grande y gordo estaba totalmente empalmado así que me lo metí como pude en mi boca y empecé a lamer y chupar, como el mejor helado que nunca me había comido, chupe el glande, le lamí los testículos, el mientras me acariciaba suavemente y me introdujo un dedo por mi concha yo estaba totalmente empapada, a si que se aparto y me tumbé boca arriba en la alfombra y el introdujo su gran falo sobre mi, en ese momento me sentí totalmente empalada, empezó con suaves embestidas, hasta que se hicieron mas y mas fuertes, creí que me iba a destrozar, pero no empezó un segundo orgasmos, el cual me hizo temblar, el saco su pene y lo introdujo en mi boca eyaculando a la vez, yo empecé a tragar como pude toda a aquella leche que manaba de el, descansamos un momento empezó a besarme y lamerme de nuevo pero esta vez empezó por la nuca mi espalda muy culito, empezó a acariciarme con su pene la entrada le dije que parase que por ahí era virgen y con su falo me iba a destrozar, el paro fue al baño y trajo un bote de vaselina que yo tenia para los labio, me dijo que no me preocupase que me dejase llevar, que me iba a disfrutar como nunca, puso la vaselina en mi orificio, y en la punta de su pene, a continuación introdujo la puntita, un poco mas un poco mas –dios que dolor pero que placentero- cuando la introdujo del todo creí morir, de nuevo empezó con suaves embestidas hasta que fueron fuerte ya que no encontraba ninguna oposición, esta vez el orgasmo fue terrorífico, fue el mejor, el eyaculo después sobre mi hasta ahora ano virgen.

El tomo su abrigo se despidió con un beso en la frente y se marcho, dejándome totalmente alucinada y cansada. Esperando que de nuevo otro día llamara a mi puerta.