Era increíble la sensación, empezamos el ritmo, yo movía mis caderas, rotaba y me enroscaba, el seguía taladrándome la vagina, qué rico sentía, gemía, gritaba en silencio de placer y él también, lo estaba haciendo sentir como nunca me decía yo le decía: más, más, cógeme, no me la saques, métamela, me encanta, dame verga, dame verga por favor, más, métamela, me encanta tu vergota mi amor.
Después de lo paso con el tío y fue causa de recelos e indignación, y al mismo tiempo fue excitante, estuve pensando durante dos días, pero sin lograr el sueño, pensado como pudo mi mujer hacerlo con el y como pudo comer tal vergón, yo pensé que ella mentía, decidí ver esto a fondo
Como en un breve descanso de este primer impacto, el tío encendió nuevamente la televisión y coloco una película porno, que empezamos a observar, el ver vergas que entraban y salían de coños, nalgas y bocas, realmente me puso pendeja, ya que al mismo tiempo nos acariciamos, sin decir palabra, a la vista siguió la acción, otra vez introduje en mi boca la verga de el tío y le dije,
Esto no es lo interesante del asunto, pues un día tal vez por remordimientos de conciencia, o por la confianza que hay entre nosotros, Zahra me confesó diciendo, lo que a partir de este momento empezare a narrar, tal y como ella lo vivió.