Siguieron amándose con desesperación y de pronto él se quitó los pantalones y el calzoncillo, aquella gruesa polla negra erguida estaba reclamando la boca de mi mujer, lentamente ella fue deslizándose hacia su aparato y se lo metió en la boca de una vez empezando un espectacular y excitante ritmo de sube y baja sobe aquel vástago.
Al cabo de un momento me volví a subir a su espalda y con la polla empecé a jugar en su culo, ella lo notaba y en un momento determinado me dijo que la penetrase cuando quisiera y como quisiera que era absolutamente mía y estaba a mi disposición..
La quise volver a poner a 4 patas pero estaba demasiado hecha polvo para ello así que me puse encima de su espalda mientras la clavaba por el coño...aquí tuvimos una corrida conjunta de impresión.
La tumbé sobre la cama boca arriba y empecé por levantarle las piernas y clavársela de esa manera, mirándole los ojos ella asentía con la cabeza cada empuje mío y sus ojos parecía que se saldrían de las órbitas a cada empellón, mientras gemía y me animaba a seguir dándole teniendo en poco espacio de tiempo dos orgasmos, el último de los cuales fue tan bestial e intenso, una corrida tan fuerte que pensé que me iba a romper las caderas de la forma en que me apretó.
Orgulloso de sus cuernos, cuenta todas las experiencias que vive con su mujer. O mejor dicho que su mujer vive con sus amantes.
Ya en la ducha ha sido Ángel quien se ha metido con ella primero enjabonándola y magreándola a placer y ella le ha chupado un poco la polla, luego Ángel se ha salido a secarse y he entrado yo a seguir calentándola con una suave mamadita también para mí, pero echándome cuando empezaba a calentarse la cosa