En el colegio algunos compañeros me contaban las guarradas sexuales que habían visto hacer a sus padres y hermanos, o algunos de ellos, muy fanfarrones para su edad, presumían de que varias chicas del pueblo se las habían mamado y a otras hasta "pasado por la piedra".
Comenzó a hablar en inglés y me señaló sus piernas. Yo estaba de rodillas parado frente a ella, con las bragas rojas puestas, sin saber que hacer hasta que Lady Marina me asió fuertemente del pelo y me introdujo la cara entre los muslos de Natalia.
Soy alta, no muy delgada, pelo negro sedoso, con buenos pechos, guapa y unas piernas largas, torneadas con hermosos muslos que rematan en un culo respingón, mi carne es dura, cuesta trabajo pellizcarme y mi chocho, oculto por una tupida mata de bello, me hace disfrutar con locura.