Katherine Riveros Cogida por viejos, tierna chica es adicta a los hombres maduros

Katherine Riveros es una chica de 24 años, se encontraba cursando el octavo ciclo de la carrera universitaria de trabajo social, la apasionaba su carrera ya que gracias a ella podía ayudar a las personas más desafortunadas y llevarles algo de alegría y ayuda en compañía de su novio Carlos, juntos tenían más de 3 años de relación

Katherine Riveros parecía tener una vida de lo más normal, pero su vida dio un giro drástico cuando entró en una discoteca con sus amigas a desestresarse sanamente luego de una semana pesada de exámenes y encontró a su novio junto a otra chica en el extremo más alejado de la discoteca muy acaramelados, a la pobre se le vino todo su mundo abajo, sus amigas trataron de animarla y llevarla a otro lugar pero era inútil Katherine Riveros solo quería irse a su casa, no valía la pena siquiera encararle nada a ese tipo que por tanto tiempo había amado, así que tomo el primer taxi que vio y se largó de aquel lugar sola.

Ya en medio camino la joven entre lágrimas pensó que no era conveniente regresar al departamento que compartía con su ahora exnovio por todos los recuerdos que esto traería así que lo mejor era ir a la casa de su abuela, pero en la situación en la que se encontraba primero tendría que calmarse, por lo que le dijo al taxista que la deje cerca a la dirección que le había dicho en un principio, esto con el objetivo de que sus ojos rojos desaparezcan y no le pregunten nada más fuera de lo común en casa.

Eran cerca de las 8 de la noche, Katherine Riveros decidió caminar un poco para tratar de despejar su mente, pero era inútil, a medida que caminaba su tristeza se convirtió en ira ya que ella siempre se había comportado de la mejor manera frente a algunas insinuaciones que había recibido en todo ese tiempo ya sea de chicos bien parecidos como de viejos verdes y es que no era para menos ya que sin ser una modelo, Katherine Riveros es muy popular en la comunidad masculina debido a sus encantos femeninos, posee un formidable trasero producto de sus continuas visitas al gym y un par de piernas esbeltas, sus pechos superaban el tamaño promedio y a pesar de ello no se encontraban caídas para nada sino todo lo contrario, se alzaban de una manera majestuosa, su abdomen plano las hacía resaltar aún más, su cabello largo ondulado y su rostro de test trigueña clara que denotaba toda su inocencia en el mundo del sexo era la cereza del pastel ya que esos ojitos grandes y coquetos y esa boquita poseedora de unos finos labios podían volver loco a cualquiera.

La nena sin darse cuenta empezó a pasar por unos bares de mala muerte, esto no pasó desapercibido por algunos sujetos que se encontraban bebiendo cerveza y licor barato, estos automáticamente le llenaron de chiflidos, piropos morbosos e invitaciones para que se acerque y los acompañe con un trago, Katherine Riveros no hizo caso y siguió su camino

-asu mare que rico culo tiene esa condenada, si fuera mía nunca saldríamos de la habitación –le decía uno de los borrachos a su amigo que no perdía detalle alguno de la sexy figura de la chica

-a la mierda la voy a traer acá– dijo otro viejo ebrio envalentonado por todos los vasos de cerveza que había estado bebiendo

La nena seguía su caminata sin hacer caso cuando sintió que un hombre se le acercaba de manera rápida

-hola mamacita, a dónde vas?

Katherine Riveros salió un momento de sus pensamientos, giró su cabeza para observar a un sujeto de lo más horrible, le calculaba unos 60 años este tenía toda la ropa sucia y con un fuerte olor a cigarro y cerveza

–Ho…hola me dirijo a… a la casa de una amiga –fue lo único que se le ocurrió a Katherine Riveros en ese momento

-mmm ya veo, pero la noche aun es joven porque no nos acompañas un rato a mi amigo y a mí con unos traguitos, es su cumpleaños y con tu sola presencia le alegrarías la noche, ándale no seas malita –-le decía el viejo con toda la amabilidad que podía aparentar

— Perdón, pero yo no tomo

-vamos, solo será un ratito, lo saludas por su cumpleaños y listo—ya a estas alturas el viejo hacia un esfuerzo tremendo para mirarle a los ojos y no desviarlos a ese generoso escote el cual no era muy atrevido, pero dado el buen tamaño de sus pechos, era casi imposible no desviar la mirada.

Katherine Riveros solo atino a indicarle que su amiga la estaba esperando y que no podía y acelero el paso, el vejete herido en su orgullo debido al rechazo de tan despampanante muchacha, solo atino a observar cómo ese par de imponentes nalgas se alejaban de sus manos, Katherine Riveros camino unas cuantas cuadras hasta perder de vista esos bares de mala muerte y se sentó a descansar en el pasto de un parque, la oscuridad de la noche y la poca iluminación del lugar le ayudaba a pasar desapercibida mientras se atormentaba recordando otra vez lo tonta que fue todo este tiempo, comportándose bien mientras su exnovio le metía los cuernos, estuvo en ese lugar por casi una hora hasta que dolida por la ira decidido ir a alguna discoteca cercana y enrollarse con el primer chico que vea ya que si él le era infiel , ella no se quedaría de los brazos cruzados y le haría lo mismo ya que de momento su novio no sabía que ella la había visto, saco un pequeño espejo para arreglarse un poco y decidió ir a la avenida a buscar alguna disco por ahí, desgraciadamente la ruta más corta para ir a la avenida de las grandes discotecas era regresando por donde había venido, así que para evitar el mal momento de hace unos momentos decidido rodear el lugar caminando por los terrenos baldíos, para evitar a esos borrachos nuevamente.

Por cosas del destino y para su mala suerte apenas había caminado unas cuantas cuadras y se encontró nuevamente con el viejo, esta vez se encontraba solo, se había retirado del lugar luego de lanzarle una botella a uno de los borrachos que se había burlado de el luego de su penoso intento de galantería frente a la jovencita.

-vaya nos encontramos nuevamente preciosa, ¿tu amiguita no se encontraba en casa?

La nena algo asustada solo atino a negar con su cabeza

-venga pues, ahora que ya no tienes nada que hacer, acompáñame con unas cervecitas, no te preocupes yo te pongo todo jeje

Katherine Riveros bastante incomoda por las palabras del viejo solo atino a ignorarlo y seguir su camino, mientras que el viejo comenzó a seguirla, solo la siguió unos cuantos pasos cuando preso por la calentura no aguanto más y tomo de la cintura a Verónica, la quería atraer hacia su fofo cuerpo, Katherine Riveros luchaba por zafarse del viejo pero este a pesar de su edad y de todo lo que había tomado, seguía con fuerza para luchar por su presa, poco a poco entre empujones el viejo la llevo hasta una parte poco iluminada.

–yaaaaa déjeme iiiiiiir

-CALLATE!!, hace poco me humillaste frente a los demás y ahora querías hacer lo mismo ignorándome, te voy a dar una buena culiada para que aprendas a ser más respetuosa con tus mayores, te llevare a mi cuarto y te hare gozar como una perra, ya verás cómo te va a gustar

El horrible anciano logro apegar su grasiento y maloliente cuerpo a Katherine Riveros, podía sentir ese par de majestuosas tetas presionarse contra él, luego procedió a bajar sus manos de la cintura de la jovencita hacia esas duras y bien trabajadas nalgas de la nena, las manoseaba con gran vigor por encima de su falda.

-ufff que rico culo tienes puta de mierda

Katherine Riveros estaba presa del miedo, un viejo maloliente le estaba manoseando en un lugar descampado y oscuro, gritar era en vano ya que las casas más cercanas estaban alejadas y también sentía vergüenza del que dirían las personas y como la juzgarían si la encontraban en esa situación, por su parte el viejo seguía en su labor de manoseo, sentir ese par de nalgotas y amasarlas a su gusto era el cielo, pero aun quería más así que intento meter una de sus callosas manos debajo de la falda para tocar directamente esas nalgotas

–ahhhhh nooooo no meta su mano ahí

Katherine Riveros forcejeaba pero era inútil comparado a la fuerza de ese sujeto , el magreo intenso a su trasero junto a esa horrible cara acercándose a su cuello para oler su fina piel con desesperación, todo eso sumado a que se encontraba en un terreno baldío con poca iluminación, le estaba haciendo sentir sensaciones que nunca antes había sentido, la estaban poniendo cachonda, no recordaba haberse sentido así antes, ya que el sometimiento y el querer hacerlo a la fuerza era algo nuevo para ella puesto que siempre la habían tratado con amabilidad incluso en las pocas sesiones de sexo donde a ella le hubiera gustado que su exnovio fuera más rudo en la cama, pero le daba pena decírselo.

La falda de Katherine Riveros ya se encontraba levantada, el horrible sujeto se las había arreglado para subírsela hasta la cintura, los leves intentos por parte de la jovencita por bajarla con sus manos eran inútil.

–te encanta que te manoseen el culo ¿verdad? Por qué mejor en vez de estarme jodiendo con bajar tu faldita usas esas manitas y me haces una buena paja, hazlo bien ya que esta verga pronto estará dentro de tu culito haciéndote gritar como la perra que eres

La jovencita sentía ese duro mástil con su pierna y la diferencia con la verga de su exnovio sin duda se hacía notar, le daba algo de curiosidad sentir bien el tamaño y grosor con sus manitos

poco a poco se empezaba a nublar por la calentura , si bien su boca aun rogaba al vejete que la soltara, sus acciones empezaban a contradecirla, tocar ese fierro caliente de carne por pura curiosidad como pensaba ella no le estaba pareciendo tan mala idea, pero volvió a la realidad de golpe cuando sintió un ruido fuerte y el viejo cayó al suelo, la nena asustada abrió los ojos y vio a otro viejo que tenía en sus manos un pedazo de tabla que había recogido del suelo.

-ven para acá mija, ese tipo ahorita va a llamar a sus amigos y te van a violar—le dijo jalándola con una mano y con la otra recogía su humilde caja de cigarros y chicles

La joven aún sorprendida se acomodó el vestido y siguió a su arrugado héroe el cual se le miraba tan horrible y asqueroso como el otro tipo que yacía en el suelo inconsciente, pero al menos este la estaba salvando

Ambos caminaron varias cuadras hasta llegar a un parque similar al que había estado descansando Katherine Riveros hace unos instantes, aunque a diferencia del otro, este era más grande y contaba con mucho menos iluminación, decidieron descansar ahí un rato y no era para menos si bien Katherine Riveros podía continuar, el viejo que la había salvado se encontraba bastante agitado y no era para menos ya que si por la edad le impedía moverse como un joven, ahora se le tenía que agregar que el viejo era medio cojo y no podía desplazarse bien ,a pesar de la oscuridad, la jovencita noto que este sujeto era poseedor de una panza prominente pero su demás contextura era delgada seguramente esto se debería al exceso de cerveza, su piel de color marrón la cual disimulaba levemente sus arrugas bien pronunciadas, su ropa estaba igual de maltrecha que el otro viejo y su olor también era bastante fuerte, una pequeña barba mal afeitada cubría el rostro de su cansado héroe que sentía que se le salía el corazón por el esfuerzo físico que había hecho, entonces saco de su caja un paquete de cigarro y empezó a prender uno para retomar fuerzas

-descuida jovencita, este monumento en la esquina del parque es un punto ciego para todo aquel que venga por esa dirección, si alguien viene podremos verlo primero y tendremos tiempo suficiente para escondernos–decía esto mientras daba la primera bocanada a su cigarro

La bella jovencita aun asustada por esta posibilidad solo atino a agradecerle y le dijo que ella podía continuar por su propia cuenta, a lo que el viejo le dijo que de momento era muy peligroso, el viejo con el que había estado era un tipo ya conocido y bastante problemático por esta zona.

-lo más sensato es hacer algo de tiempo hasta que se canse de buscarte y te puedas ir sin ningún peligro de que te encuentre el o alguno de sus amigotes – volvía a decir el viejo que ya estaba por la mitad de su cigarro

–entiendo, creo que es lo mejor por ahora

-y dime muchacha como es que te viste en esa situación, ¿ese gordo te jalo a la fuerza??

A Katherine Riveros solo le quedo exagerar las cosas, por otro lado, lo que si conto es como había llegado hasta esa zona, empezó a contarle al viejo fumon como es que había encontrado a su infiel pareja y como se puso a caminar por esa zona para despejar su mente hasta que se encontró con ese indeseable gordo

-vaya sí que ha sido un día terrible para ti y todo por culpa del pendejo de tu novio, sabes la mejor cura para aliviar el dolor de esas personas ingratas es tomarse un poquito de este licor que tengo guardado acá

El viejo saco entonces del fondo de su humilde caja de cigarros una pequeña botella la cual era una especie de agua ardiente artesanal con algo de saborizante

-mira, acá tengo un vasito, con esto no solo se te pasara el frio que seguramente debes tener con la poca ropita que llevas puesta, sino que también te ayudara con los problemas del corazón ya veraz

Katherine Riveros al principio se quiso negar ya que no sabía que contenía ese licor, pero se le hizo algo ofensivo rechazarle algo al señor que la había salvado arriesgando su propia vida por ella

–está bien, tomare una copita para el frio

A medida que la hora avanzaba Katherine Riveros se dedicó a contarle al vejete toda su historia amorosa y como ese ingrato le había pagado, por cada pausa tomaba una copita ya que realmente sentía que le hacía bien desahogarse y cada copita la calmaba un poco tal y como le había dicho ese horrible fumon que poco le prestaba atención a las historias de la jovencita ya que estaba más concentrado en las largas y esbeltas piernas de la nena que sentada en ese lugar hacia que su faldita se suba un poco más mostrándolas mucho más apetitosas

El asqueroso sujeto cada vez que se servía una copita trataba de hacerlo lo mínimo posible mientras Katherine Riveros al contrario cada vez se servía un poco más producto del desahogo que estaba sintiendo en ese momento, poco a poco el asqueroso fumon se acercaba a la jovencita que no se daba cuenta de las intenciones de aquel vejestorio, ella la miraba como su salvador.

Tener a una persona escuchando sus infortunios le estaba sentando bien y no le daba importancia a los leves acercamientos del viejo, de todas maneras estaba en deuda con el por haberla salvado

-sabes muchacha, con todo lo que me estas contado solo puedo llegar a la conclusión de que tu noviecito ese es un pendejo, tener a semejante monumento de mujer y aun así buscar a otra chica es de imbéciles

–jiji basta no exagere tampoco

-para nada muñeca, ni en la televisión he visto a una mujer con unas piernas tan sexys como las tuyas y ni que decir de tus…bueno ya tú me entiendes

–mmm no, no le entiendo –decía Katherine Riveros con algo de picardía, tal vez producto del alcohol o del despecho que aun sentía, se le vino la idea de jugar un poco con aquel horrible viejo, de todas maneras, a diferencia del otro, sentía que con el si podía manejar la situación.

-bueno, con esos enormes pechos que tienes

–vaya, ¿enserio? Yo creo que son normales

El licor ya casi se estaba cavando y la conversación se volvió algo más personal, pasaron de simples historias a algo más íntimo como los gustos de la nena, sus tipos de hombres ideales, etc. la jovencita algo mareada solo le seguía la corriente y respondía todo lo que ese pervertido le preguntaba, el horrible fumon ya se encontraba justo al lado de ella, cada palabra era un acercamiento más a ese juvenil cuerpo que pedía una nueva experiencia

Ambos se encontraban pegados uno al lado del otro, la pequeña faldita se subía cada nada ya que aún seguían sentados en el pasto, el viejo no perdía detalle de esto y más que enojar a la muchacha, le provocaba algo de gracia ver como se le salían los ojos a ese horrible viejo

–ayyy ya no me mire tanto don, me pone nerviosa jiji

– es inevitable nenita tienes unas piernotas muy bonitas.

–jiji sigue siendo un exagera….

Katherine Riveros no pudo terminar su frase ya que apenas levanto su rostro se encontró con el arrugado rostro del viejo que sin decir nada le planto sus rajados y secos labios a los de la nena

Katherine Riveros sorprendido solo atino a cerrar sus labios y alejar su lindo rostro, pero el viejo la tomo con ambas manos para que no pueda zafarse, pronto sintió como una lengua invasora trataba de adentrarse dentro de su boquita, ella ofreció algo de resistencia pero era inútil, el aunque no lo pareciese era más fuerte, así que no le quedo más que dejarse besar un poco por aquel horrible anciano, además sentía que esta podría ser una buena manera de vengarse de su exnovio

Producto del despecho y dolor que aun sentía eso sumado al alcohol es que cedió sus labios a aquel horrible anciano que tan bien se había portado con ella hasta ese momento, incluso la había salvado y había escuchado todo su drama

Katherine Riveros sintió esa babosa lengua por toda su boca, sus finos labios que había sido cubiertos por una pequeña capa de pintalabios color carmesí ahora se traspasaban a la maloliente boca del excitado sujeto que sentía como poco a poco la nena movía sus labios y su lengua al ritmo de el

Había pasado casi medio minuto donde el viejo le lleno de sus babas toda su boca, para Katherine Riveros sentir otros labios aparte de la de su exnovio la estaba encendiendo, por su parte el viejo al no sentir rechazo por parte de la nena se aventuró con una de sus arrugadas y callosas manos a palpar la pierna de la jovencita, comenzó dando suaves caricias a la pantorrilla para luego poco a poco subir hasta sus muslos, para el suertudo anciano le hubiera sido muy fácil llegar hasta el sexo de la nena ya que al seguir aun sentados en el pasto le permitía llegar hasta esa delicada zona, pero a pesar de su tremenda calentura sabía que si se apresuraba podría asustar a la nena y todo se perdería por lo que decidido mantener por un rato más su mano acariciando sus muslos para ver cuál sería su reacción y si debería continuar o de momento calmarse para no asustar a su ángel.

Luego de unos cuantos segundo Katherine Riveros retomo algo de su cordura y alejo de ella a aquel calenturiento vejete

–ay don que pena, no sé qué me paso

-no pasa nada preciosa, solo te pruebo el punto de que tu novio es un pendejo por dejar a tan hermosa mujer de lado

–le agradezco el cumplido señor pero…

-Manuel, me llamo Manuel nenita

–ok disculpe señor Manuel, pero como que me da pena todo esto, creo que lo mejor será que me vaya a mi casa

– ¿piensas irte y arriesgarte con ese gordo delincuente buscándote??

Katherine Riveros se quedó callada, estaba muerta de vergüenza por el baboso beso que se había dado con el horrible viejo, pero también le daba miedo que el otro sujeto le haga daño

-tranquila bebita, ven siéntate otra vez a mi lado no vaya a ser que te vea ese miserable

Katherine Riveros no hizo caso y fue el viejo el que se puso a su lado nuevamente

-tranquila piernona, estemos un ratito más acá hasta que nos aseguremos de que ese tipo no te siga buscando, mientras eso pasa podríamos continuar un poquito más con mi recompensa

–re…recompensa??

-pues claro nenita, arriesgue mi vida para salvarte de las garras de ese delincuente, tienes que tener en cuenta que por salvarte ahora ya no podre vender mis chucherías y cigarros por esa zona

La ingenua jovencita sintió algo de lastima por el viejo fumon que se valía de cualquier cosa para conseguir lo que quisiera y lo que quería en ese momento era poseer ese curvilíneo cuerpo

–en verdad lo siento, por mi culpa lo arrastre a esta situación, déjeme que saque mi cartera y le retribuiré el valor de sus cosas sin comprarle nada

-pues de eso no te preocupes muñeca, me contento con que sigamos un poco más con lo que estábamos haciendo hace poquito

–perdón señor Manuel, pero eso mejor no, es que me da pena

Katherine Riveros miraba al piso algo avergonzada de recordar el salivoso beso, señal que noto el fumon para acercarse un poco más y pasar su callosa mano por el rostro avergonzado de la muchacha.

-tranquila, ¡mua! –(le robo un pequeño besito) – dale a este pobre viejo, algo de alegría antes de que se vaya a la tumba

El fumon volvió a robarle un par de besitos más, los cuales no eran rechazados por la conmovida muchacha, así que poco a poco el viejo Manuel se volvió a meter de lleno en la fresca boca de la universitaria que sin nada que decir solo acepto a continuar con el beso en forma de agradecimiento, tal y como le había dicho el asqueroso fumon

Los besos volvieron una vez más a ponerse calientes por parte del viejo, en tanto Katherine Riveros solo atinaba a corresponderle tímidamente, la mano callosa otra vez volvió a apoderarse del muslo de la universitaria, pero esta vez avanzaba poco a poco en sus caricias y suaves apretones, le nena por momentos trataba de retirar la mano de su pierna, pero esta volvía a su posición acariciando esa tersa y suave piel

-tienes unas muy ricas piernas mamacita, me gustaría llenarla de besitos también

–¡mua! no mmm ¡mua! … solo besitos

La nena no podía ni hablar por que los besos babosos no paraban en ningún momento, el viejo aprovechaba la no negatividad de la jovencita para seguir avanzando en sus manoseos, esas callosas manos ya se encontraban a la altura de su falda y tenían toda la intensión de seguir avanzando y meterse dentro de esa faldita

-que ricas estas, eres el mejor regalo del mundo, sentir tu culito será parte de mi recompensa por salvarte ¿verdad?

Katherine Riveros volvía a sentir esas extrañas sensaciones, de alguna manera le empezaba a gustar que se dirijan a ella de esa manera, poco a poco empezó a ceder más terreno el cual fue muy bien aprovechado por don Manuel que ya tenía unos dedos dentro del vestido de la muchacha haciendo movimientos circulares en sus muslos

Los dedos se acercaban peligrosamente a su destino final, esa intimidad que poco a poco se estaba humedeciendo producto de las caricias, Katherine Riveros intentaba cerrar las piernas para que estos no avanzaran, pero la arrugada mano se colaba hasta llegar uno de sus dedos a los inicios de la pequeña ropa interior, con una de sus manitas intentó débilmente empujar la mano de Don Manuel, aunque lo consiguió, el descarado viejo aprovechó para tomar a la nena de su delicada manita y llevarla a su miembro por encima de su pantalón

Katherine Riveros se quedó sorprendida pero no retiro su mano, aun por encima de ese harapo que tenía por pantalón podía sentir un miembro de dimensiones respetables

–d..don por favor no me toque ahí

-tranquila preciosa deja que te dedee un poquito, ya verás como pronto me pedirás que no pare.

El viejo por fin después de mucho intentarlo llego hasta la zona más íntima de Verónica, podía sentir ese calor que emanaba de su rajita producto de todo el manoseo y besos que habían estado dándose, don Manuel empezó un suave manoseo por encima de la ropa interior de Katherine Riveros, que era lo único que la protegía de esos dedos invasores

La respiración de la jovencita se volvía más pesada y poco a poco se dejaba hacer , la apestosa boca del sujeto dejaron por un momento esos finos labios y se dedicó a llenar de besos y lengüetazos el cuello de la universitaria, poco a poco bajaba la cabeza hasta llegar al inicio de los hermosos pechos , empezó a llenar de besos la parte superior de esas montañas de carne, sintiendo por primera vez esa suavidad y ese aroma que solo una jovencita podría ofrecerle, los ojos del viejo se deleitaban con ese hermoso canalillo que pronto podría saborear a su gusto , de momento las suplicas de la jovencitas se convirtieron en leves jadeos

–mmff mmff señooor Manuel ya no sigaaa

– shhh pajarita mira cómo te está gustando, esas tetitas tuyas piden a gritos una buena chupada además ya estas toda mojadita ahí abajo

Dicho esto, dejo caer su cara en ese par de melones, lo que hizo que Katherine Riveros lance un leve suspiro, el viejo se sentía en la gloria, podía sentir esa suavidad incomparable, pronto comenzó a mover su rostro de un lado a otro para hacerse más espacio y meter su cara aún más, llevando el escote hasta el limite

–ufff nooo lo romperá –decía Katherine Riveros entre jadeos preocupada de que el viejo pueda romper su blusa debido a los toscos movimientos que hacía con su rostro entre sus pechos, sentía como su canalillo se llenaba de saliva

El vejete por su parte hacia odio sordos a las advertencias de su musa, jamás había tenido una experiencia como esa ni un sus mejores años, sentir ese par de globos en su cara y ser capaz de ver ese perfecto brasier de encaje de color negro era como un sueño, pronto su lengua empezó a lamerlo todo, ya no se conformaba con solo sentir, quería, lamer chupar, morder, etc.

-pero que ricas y suavecitas las tienes mami, chuparte las tetas también forman parte de mi recompensa

Katherine Riveros no recordaba la última vez que alguien trataba así a sus pechos y eso que aún no llegaba a sus ya inflamados pezones que rogaban por succionados fuertemente, la universitaria podía sentir esa babosa lengua por todo su pecho y le faltaba muy poco para llegar a sus tesoros pero la blusa y el brasier le negaban esto, el lujurioso anciano se empezaba a desesperar, quería quedarse prendido de esas fabulosas tetas pero por más que movía su rostro le era inútil así que sin importarle si se rompería la blusa la jaloneo hacia abajo liberando por fin uno de sus pechos y ver en todo su esplendor ese formidable pezón oscuro cubierto de una fina areola

– pero que rica cosita me voy a comer, te la voy a chupar hasta sacarte leche

Fue lo único que dijo antes de que su apestosa boca se apodere de ese pezón que se encontraba duro por todas las caricias que había recibido previamente, esto agarro de sorpresa a la joven, su inflamado pezón estaba siendo succionado con gran pasión, la nena quien todo este tiempo había estado con su carita para arriba y sus ojitos cerrados producto de la rica sensación que había estado sintiendo, bajo su rostro y encontró una escena de lo más desagradable , le sorprendió como las cosas habían llegado hasta este punto ,podía ver como ese horrible sujeto se había apoderado de su pecho y lo chupaba como un becerro hambriento, un horrible y arrugado becerro

— Mmm…oooh, nooo que le pasaaaa pareeee!!

con ambas manos trato de separar al vejete de su pecho, pero era inútil, la jovencita sentía como su pecho era devorado y de rato en rato recibía leves mordidas, su exnovio jamás se había prendido así de sus tetas

Katherine Riveros ya no aguanto más y ahora si lanzo un fuerte gemido, producto de una fuerte mordida, sus pezones eran el switch que despertaba en ella toda esa morbosidad escondida, así que rendida por la calentura con ambas manos a abrazo con fuerza la cabeza del vejete para que este le siga chupando a su gusto

El viejo Manuel por fin tuvo luz verde para devorar esos pechos como quisiera, tantos años habían pasado donde solo se limitaba a ver a las jovencitas con sus bamboleantes pechos y sus finas prendas y ahora por fin tenia la oportunidad de sentirlas, no quería perder ningún detalle ya que no sabia si esta oportunidad se podría volver a repetir, dejo un momento de dedear a la nena y con esa misma mano amaso con fuerza el otro pecho por encima de la blusa

Katherine Riveros solo se limitaba a morderse su labio inferior y abrazar fuertemente al horrible sujeto que se deleitaba con sus suaves melones, las sensaciones que estaba sintiendo en ese momento la estaban nublando, no aguanto más y se hecho en el pasto , el vejete la siguió y volvió a prenderse de su seno mientras que su arrugada mano se apodero del otros, esta arrugada pero hábil mano se metió por debajo de su blusa y trataba de pellizcar su pezón por encima de su brasier, Katherine Riveros de rato en rato miraba a su horrible pareja , le calentaba la idea de que un tipo tan horrible y desafortunado de la vida la estuviera poseyendo , pronto recordó el grosor de la esa verga que había tocado hace poco, le daba curiosidad sentirla nuevamente, pero antes de que logre su cometido escucho un ruido lo que la obligo a salir de su transe , alejándose del viejo y volviendo a poner su ropa en su lugar, el vejete descolocado solo se acercó para volver a bajarle el vestido pero Katherine Riveros le dijo que había escuchado ruido, probablemente sería el gordo delincuente que la estaba buscando, dicho esto el viejo se levantó de mala gana vio a sus alrededores y diviso solo a una pareja ebria que estaba en el mismo plan de manoseos mientras caminaban.

El asqueroso anciano estaba teniendo la mejor noche de su vida, pero sabía que la hermosa jovencita seguramente se negaría a seguir avanzando más en ese lugar, ya que al mínimo ruido la podrían asustar como ahora, pronto al viejo se le ocurrió la idea de engañar a la ingenua muchacha diciendo que había visto al gordo junto a un par de tipos los cuales seguramente la estaba buscando, la pobre universitaria estaba asustada y no sabía qué hacer así que el viejo le dijo que tenían que irse de ese lugar de inmediato, tomo su mano y se la llevo de aquel parque rápidamente por la otra calle hasta ir por una chacras , Katherine Riveros en ese momento solo se dejaba llevar, muchas cosas pasaban por su cabeza pero de lo que si estaba segura es que no quería encontrarse con ese gordo delincuente –“al menos con don Manuel puedo manejar la situación” –pensaba la ingenua joven que no sabía que ya hace mucho había perdido esa opción.

Luego de pasar por las chacras, llegaron a una casucha bastante descuidada, Katherine Riveros fue empujada hacia el interior con una fuerte nalgada por parte de su horrible salvador, el feo hogar solo consistía en un par de cuartos, en el principal estaba un sofá-cama que se caía a pedazos de lo viejo que estaba, delante de esta una mesa con una tele pequeña de las antiguas, había basura regada por todo el piso así como platos con comida que hace mucho no limpiaba, la otra habitación era una especie de baño donde el olor era bastante fuerte

Don Manuel llevo a Katherine Riveros al sofá-cama para que se ponga cómoda mientras del otro cuarto saco otra botella del que parecía ser el mismo licor fuerte que tomaron hace poco, la nena ya estaba algo picada pero debido a todas las cosas que había pasado en esta ultima hora y todas las ricas sensaciones que había experimentado, necesitaba un buen trago para asimilarlo así que recibió gustosa el vaso ofrecido por el viejo

Luego de beber aquel trago decidido echarse en el sillón para descansar, sin importarle nada, sin embargo el viejo tomo esa decisión como una luz verde para continuar con lo que habían dejado en el parque, así que dejo la botella a un lado y se hecho al lado de la nena, rápidamente una de sus manos se apodero de uno de los turgentes senos de la nena y lo comenzó a amasar lentamente

Katherine Riveros al sentir esas callosas, pero aun fuertes manos, solo intento quitarlas, pero ya era demasiado tarde, las tremendas chupadas a la que había sido expuesto uno de sus senos la tenían caliente, y ahora ese mismo pecho era amasado por el suertudo vejete, la joven no supo en que momento paso de tratar de quitar la mano del viejo a presionar la mano del viejo incentivando para que este se las apriete con mas fuerza, cosa que el anciano comprendió

-ufff como se nota que te gusta que te agarren las ubres, vamos nena, amamántame otra vez

— Mmmmmfssss noooo señor Manuel, esto está mal –decía Katherine Riveros con una suave voz, mientras se mordía el labio inferior

-dale ricura, tu noviecito seguramente esta haciendo cosas aun perores con su aventura, tu no te tienes que quedar atrás… vamos hazlo por tu héroe

Volver a recordarle a su exnovio era un golpe bajo, ella sabía que tenía que pagarle con la misma moneda a ese bastardo, así que le siguió el juego al vejete que no perdía tiempo y ya estaba tratando de meter mano dentro de su blusa para apoderarse otra vez de su pecho

–¿tanto le gustan mis pechos señor? –pregunto con una voz pesada producto de los manoseos que estaba sintiendo

-me encantan tetona, jamás había tenido en mis manos unas ubres tan perfectas como las tuyas

— y que dice de mi colita ¿también le gusta?

-claro que sí, tienes un culo increíble, no culpo al otro tipo por meterte mano, estas riquísima, ese culo pide a gritos una buena cogida

–¡ayy! Que malito, no justifique al otro tipo por favor, el me manoseo a la fuerza, en cambio usted no es así, usted no me obligara a nada que yo no quiera ¿verdad?,

-claro que no tetona,no hare nada que tu no quieras, pero no puedes negar que la estamos pasando muy rico, ya verás que pronto vas a estar cabalgando de lo lindo y pidiéndome más verga

–jiji, pero usted puede ser mi abuelito, derrepente le puede dar algo

-toda mi vida la pase en la calle, tengo cuerda para rato, aunque no niego que un poco de ayudita no me vendría mal, así que dale nenita, déjame chuparte esas tetotas una vez más, para tener fuerzas

–mmm está bien, pero le advierto que nada va a salir he

-tranquila, si me das un poco de tiempo veras como pronto esas ubres tuyas producirán abundante leche

–mmmm ufff ¿enserio?

-te lo prometo tetona

Katherine Riveros ya no aguantaba la calentura y fue ella misma quien bajo uno de sus tirantes de su blusa , para que quede libre uno de sus pechos, ahora seria el seno derecho el que recibiría las succiones, el viejo Manuel abrió grande su boca, mostrando esos dientes amarillentos producto del cigarro al que era adicto y de una sola vez se engulló el pezón de Katherine Riveros que dio un pequeño gemido de placer por tener otra vez ese fue horrible rostro en su pecho haciéndole sentir esas sensaciones que le estaban gustando.

–mmmfff ohhhhh siii!! asi chupelas uffffffff

El viejo bajo el otro tirante para tener ahora si por fin ambos melones a su disposición, alternaba de pezón, las mordía, las llenaba de lengüetazos, los amasaba con fuerza, hizo todo lo que siempre quiso hacer.

La sexy jovencita sentía todo su pecho lleno de saliva, sentía esa boca a la que le faltaba un par de dientes succionar con fuerza ambos pechos, el morderse el labio ya no era suficiente, sus finos labios le reclamaban más acción , así que bajo su cabeza y fue ella quien ahora le daba uno de los mas salivosos besos que había dado en su vida, el viejo Manuel correspondió el beso de la misma manera mientras sus manos seguían amasando esos deliciosos melones.

Los besos eran cada vez más lascivos, la viscosa lengua del vejete exploraba todos los rincones de la fresca boquita de Katherine Riveros, ella por su parte también quería corresponder de la misma manera y por fin movía su lengua a la par del viejo, sus lenguas chocaban, se entrelazaban y seguían su camino, fue ahí cuando se dio cuenta que a su arrugado viejo le faltaban algunos dientes, esa sensación lejos de darle asco le encanto.

Pasaron unos minutos y los besos no paraban su intensidad, Katherine Riveros impulsada por toda la calentura que sentía, tumbo al viejo boca arriba y fue ahora ella quien se le subió para seguir con los besos, la vista del anciano era magnifica, podía ver como ese par de majestuosos melones caían producto de la posición de la nena, realmente en esa posición parecían un par de ubres de vaca que necesitaban ser ordeñadas, Don Manuel no perdió la oportunidad y apretó una con cada mano como si de verdad estaría ordeñando

-desde hoy serás mi vaca lechera, muge tetona mugeeee

La nena sentía algo de vergüenza , pero la calentura era mas grande así que le hizo caso al pervertido viejo, dio un tímido mugido y soltó una risilla nerviosa que denotaba que estaba avergonzada, luego de eso volvió a los besos con este, por su parte el anciano se sentía dueño de todo, luego de darle un poco mas de amor de los pechos de Katherine Riveros, bajo sus manos a las tremendas nalgotas de esta y las manoseo como si no hubiera mañana

Habían pasado unos 15 minutos de intenso magreo y besos, don Manuel vio oportuno cambiar de posición , así que despegándose de esos finos labios, hecho de nuevo a la excitada muchacha en el sofá-cama y le dijo que se quede así, el sudado vejete se puso de pie entonces y admiro el monumento de mujer que se estaba comiendo, todo ese cuerpo era perfecto y digno de cualquier modelo, Katherine Riveros de la vergüenza llevo ambas manos a sus pechos para taparlos, pero era inútil, sus juveniles pechos estaban hechos para admirarse y así le ordeno el viejo , vio entonces como esas juveniles montañas de carne las cuales estaban por encima del promedio no lucían para nada caídas, sino que mantenían su forma y su posición a pesar del tamaño

El vejete satisfecho con la vista y con la actitud de la nena le dijo que se de vuelta, ahora quería admirar ese poderoso trasero, Katherine Riveros sin más palabra hizo caso y se volteo, jamás había pasado por su cabeza posar de esa manera para un viejo tan repugnante, pero hacer todo esto le estaba gustando.

El pervertido viejo empezó a llenar de besos las piernas de Katherine Riveros, poco a poco subía, le dio una especial atención a sus suaves muslos hasta llegar al nacimiento de esas perfectas nalgas , levanto su falda y se encontró con un espectáculo que jamás había visto, esas perfectas posaderas adornadas con esa fila tela que tenia por ropa interior se encontraban a centímetros de su cara, tomo con ambas manos ese firme trasero empezó a amasarlo con gran vigor, por su parte la jovencita solo arañaba el viejo sofá soportando los manoseos de ese horrible viejo suertudo

-pero que enorme culaso te gastas mi niña, me pregunto si será tan delicioso con tus tetas

Dicho esto, hizo lo mismo que con los pechos, movió a un lado la ropa interior de la jovencita, el cual era lo único que protegía sus posaderas y dejo caer su rostro pesadamente entre ambas nalgas para darle un beso negro.

Por su parte Katherine Riveros si bien se encontraba bastante excitada, aun no se sentía   lista como para que el viejo llegue a tal nivel con su trasero, podía sentir esa lengua haciendo círculos en su virginal ano

-dime nenita, ¿alguna vez te han dado por el culo?

Katherine Riveros solo negó con su cabeza

– ¿te gustaría que yo sea el primero que te reviente este lindo culito?

Katherine Riveros algo asustada ya que nunca había llegado a tener sexo anal, negó nuevamente ya que no se sentía lista para eso, el viejo por su parte podía sentir el calor del sexo de la jovencita la cual pedía a gritos una buena cogida

Don Manuel se dirigió hasta la nuca de la jovencita para decirle al oído todas las barbaridades respecto a su trasero y como se lo iba a reventar para que sea una mujer completa, el erecto miembro del vejete se encontraba a la altura de las nalgas de la jovencita, con gran dificultad, el viejo se bajó el pantalón y con ayuda de su mano guiaba su verga para recorrer todo el trasero de Katherine Riveros

Katherine Riveros sentía ese miembro duro como una piedra recorrer sus nalgas y querer meterse entre ellas hasta llegar a su virginal entrada, pero eso no era todo, si no que el viejo también movía su verga para que roce con su mojada vagina, solo la fina tela que había regresado a su lugar protegía a Katherine Riveros de esa maloliente verga que ya quería abrirse paso por cualquiera de esos dos agujeros, el viejo mientras le seguía diciendo cosas al oído frotaba su verga contra el húmedo sexo de Katherine Riveros, el punteo descarado cada vez se hacia mayor, el viejo pensó que la nena estaba bastante lubricada, al menos por su vagina para metérselo de una vez, así que punteaba con mas fuerza esa zona y cuando se decidió a hacer a un lado la fina tela que protegía a Katherine Riveros , la jovencita dio un salto y se alejo

– ¿pero qué pasa? —dijo algo molesto ya que la nena interrumpió su momento de gloria

–e…este don por favor no me lo haga así, póngase un condón

-no me jodas nena, a mí me gusta meterla sin esas estupideces, ya veras como te va a gustar

— por favor, hoy no es un día seguro

-y que mas da preciosa, la mejor manera de que salga lechita de tus tetas es preñándote, así que trae ese culito que vamos por el primer hijo

Mas allá de su calentura, Katherine Riveros no quería por nada del mundo que un viejo tan horrible y sin futuro la deje embarazada, pero a la vez se moría por sentir esa gruesa vara de carne dentro suyo, quería sentir otra verga que no sea la de su exnovio y volver a excitarse como antes

–porfiss, yo tengo en mi cartera un condón, yo se lo pondré—fue la oferta de la sexy muchacha

-mmm tentador, si me lo pones con tu boquita acepto culona, si no olvídate

–es…está bien

Katherine Riveros se bajo del sofá-cama y busco entre sus cosas un condón que siempre llevaba porsiacaso su exnovio se olvidase de llevar, le aterraba la idea de quedarse embarazada tan joven así que nunca había tenido sexo sin condón en su vida por mas calenturienta que estuviese y esta no sería la excepción.

-venga mamita, ponme rápido el condón, me muero de ganas por reventarte tus agujeritos

Katherine Riveros tenia el condón en su mano, la verdad es que nunca había hecho algo tan lascivo como meter el condón con su boca, pero tenía que intentarlo ya que sino el viejo se lo haría sin condón, la sexy muchacha se arrodillo y vio por primera vez la verga del anciano en todo su esplendor en cuanto a longitud, la verga del viejo era parecida a la de su exnovio pero sin duda en grosor el del viejo se la llevaba de encuentro, hasta el momento no había tocado esa verga como se debe y ahora tenía que metérselo en la boca para poner el condón

Abrió grande su boca, Tomo el condón y poco a poco se acercó a esa apestosa verga , el vejete tenia ambas manos en su cabeza, quería que la nena hiciera todo el trabajo, ella con dos dedos dirigió esa verga a su boca y poco a poco su linda boquita se iba llenando por aquel trozo de carne repugnante, en el primer intento tuvo que parar ya que el olor era intenso, pero sabia que tenia que hacerlo, por el bien de no quedar embarazada, así fue como en el segundo intento su boca nuevamente se volvió a llenar por aquella verga, sus finos labios de color carmesí rozaban el miembro del vejete y con ayuda de su lengua trato de la mejor manera acomodar el condón para por fin lograrlo, para ser su primera vez todo había sido un éxito y puso el condón de buena manera, para su desgracia el vejete tomo la cabeza de Katherine Riveros y le dijo que antes de metérsela le tenia que hacer una mamada así con el condón puesto, Katherine Riveros no pudo objetar nada, ya que el viejo comenzó a moverse no dándole mas opción a la pobre jovencita que comenzar su labor mamatoria.

–¡Chúpala más rápido!, ¡¡chuuuupala!!, -exclamaba el vejete con sus ojos cerrados por el puro placer que estaba sintiendo

Los movimientos bruscos hacían que la pobre jovencita se atore y pare por momentos, cosa que molestaba al viejo que quería seguir sintiendo esos dulces labios en su verga, a empujones llevo a la dulce jovencita hacia el sofá-cama, se deshizo de la falda e hizo que se quite la blusa para así quedar solo en ropa interior en esa pocilga, frente a ese horrible sujeto que se masajeaba la verga del espectáculo que estaba presenciando

El repugnante tipo ya no aguantaba más, quería dejar los juegos previos a un lado sin importarle lo que la excitada pero algo asustada jovencita piense, así que se subió encima de ella para volverla a llenarla de besos los cuales fueron correspondidos y con sus manos guiaba su verga para volver a puntear la zona intima de la jovencita

–ahora si mocosa calienta vergas, ya te di el gusto de ponerme el maldito condón, ahora si limítate a cooperar si no quieres que me lo saque y me corra dentro tuyo

Katherine Riveros sentía miedo, no quería ver como era penetrada por aquel asqueroso sujeto, pero sabia que tenia que cooperar, no solo por las palabras del anciano, sino por que ella también deseaba experimentar mas profundo estas nuevas sensaciones, jalo aun lado su pequeña ropa interior y se acomodó bien para facilitarle la labor al viejo

El viejo con una horrible sonrisa procedió a tallar su verga muy despacio por toda la zanja de la muchacha sintiendo como los fluidos de la nena lo atraían para que ingrese, Katherine Riveros por su parte solo se limitaba a cerrar los ojos y esperar lo inevitable

Luego de unos segundos de preparar la zona de Katherine Riveros, el viejo ubico la entrada al cielo, con su grueso miembro hizo el primer intento de penetración logrando meter solo el glande, los gemidos de Katherine Riveros se hacían cada vez mas fuertes y fue en el segundo intento donde el asqueroso suertudo puso un poco mas de fuerza para romper esa resistencia y meter un poco mas profundo su verga, un breve “ayyyyy” salió de los labios de la muchacha que sintió como sus paredes vaginales se abrían para poder albergar tan grueso miembro

– ya va entrando chiquilla, ya va entrando- decía el presumido viejo

–noooo!! La tiene muy gruesa

-jajaja muchas gracias, siente la verga de un verdadero hombre, pronto te acostumbraras

–auu nooo, ufffff sáquela usted es muy bruto

Una fuerte carcajada fue la única respuesta que recibió la pobre nena, el viejo metía y sacaba levemente aun, podía sentir esas paredes vaginales abrirse cada vez más, poco a poco aumentaba su movimiento

–ayyyyyyyy, ayyyyyy, ayyyyyyy

-eso mocosa ya puedo sentir como tu hoyito se ajusta a mi verga, vamos mueve tus caderas, muévelas!!

A Katherine Riveros no le quedo mas que obedecer, por fin lo estaba haciendo, se estaba vengando del maldito de su exnovio, estaba teniendo sexo con un…con un pordiosero, ella que con sus encantos podría tener a cualquier hombre ahora estaba abierta de piernas dejándose penetrar por un horrible viejo panzón en una casucha que era como un basurero por lo viejo y mal cuidada que estaba.

–mmffff mmmmm mmmfff

-jaja ya te empieza a gustar zorrita – dicho esto empezó ahora si con mas confianza a penetrarla con mucha más fuerza, llegando al punto de metérsela todo de golpe

–mmmmmmfff auuu despaaaaaciooo, hágalo más suaaaave – eran las suplicas de la nena

-ufff que rico se siente, estas muy apretadita, se nota que el imbécil de tu noviecito la tenía chiquitita, uffff piensa en el ahora, piensa como se debe estar cepillando a esa otra putita que me contaste, piensa lo aburrida que debe estar con la vergita de ese imbécil, mientras tu si te estas comiéndote una verdadera verga

Fue inevitable para ella no pensar en esas palabras, sentía como a pesar de las fuertes embestidas que estaba recibiendo, poco a poco podía sentir ricas sensaciones que su exnovio jamás le había hecho sentir, quería seguir sintiendo esas sensaciones y comenzó ella misma a mover sus caderas, mientras que abrazo fuertemente a su macho

–mmmm siii sigaaa no se detenga

La poca cordura de Katherine Riveros se había desaparecido, las sensaciones ricas cada vez eran mayores y esto se lo hacia saber con fuertes gemidos ya no importándole que alguien la pudiese escuchar desde afuera

-jaja solo era cuestión de tiempo, toma mierda tomaaaa

–ufff siiii ayyy ayyy siiiiiiii dame más siiiii maaas papiiii mas

– ¿no que te dolía? ¡perra mentirosa! ¿quieres que pare?

–ayyyy siiiii duele, pero me gusta, me gusta mucho

El viejo sofa-cama parecía que en cualquier momento se iba a desarmar producto de los movimientos bruscos a los que era llevado debido a la caliente pareja

–dooon su verga es muy gruesa, pero me gustaaa ohhhhh me gusta mucho

El sudado anciano se sentía en el cielo ya que nunca imagino estar cogiendo con un ángel tan perfecto como lo era Katherine Riveros, quería aprovecharla al máximo, así que sin mediar palabra se hecho a un lado con su verga apuntando al techo e invito a la jovencita a que lo monte, ella no necesito pensarlo dos veces y solita se insertó ese mástil de carne para poder cabalgarlo a gusto

-eso perrita muévete así, sigue así, sácate el brasier, quiero ver como se mueven esas ubres

Katherine Riveros ahora arriba de el desvió la mirada, a pesar de la situación sentía algo de pena, pero aun así no dejaba de mover sus caderas

-haz lo que te digo maldita puta o paro de cogerte

La excitada jovencita no le quedo otra que hacer caso y con un rápido movimiento de deshizo del brasier arrojándolo a una esquina de ese sucio lugar, Don Manuel ahora si tenia una vista espectacular, ese par de formidables pechos se movían de arriba hacia debajo de una forma muy cautivadora, el horrible anciano alargo sus manos para poder poseer esos melones y apretarlos a su antojo una vez mas.

Pasaron varios minutos de intensas cabalgadas por parte de Katherine Riveros que parecía insaciable

–siga así señor manuel si siiiii ohhhhhhhh

-que rica puta que eres maldita, te encanta se tratada como una perra ¿verdad?

–ufff siii me gustahhhh, me gusta cómo me trata y como me lo hace

-si fuera por mi, jamás te dejaría salir de este cuarto, nos pondríamos a culiar día y noche como ahora

–Uyyy siii eso me encantaría señor, usted lo hace muy rico

Que la jovencita se ponga a hablar de esa manera cuando hace poco se comportaba tan tímida era demasiado estimulante para el sudoroso anciano, pronto el viejo sintió que se iba a venir

-ufff zorrita ya no aguanto, ya los voy a soltar

–noooo señor asu no se venga, aguante un poquito más, aun quiero seguir haciéndolo quiero seguir siendo su hembra – le suplicaba la nena que no quería que esto se acabe, pero la diferencia de edad era evidente, a pesar de ello Katherine Riveros había recibido la mejor sesión de sexo de su vida

-no aguantare mucho, salte de encima no quiero acabar en este condón, quiero tirártelos en el cuerpito

Katherine Riveros no objeto nada, jamás le habían lanzado el semen en su cuerpo y quería sentirlo, quería sentir ese caliente esperma desparramado por todo su cuerpo, así que se quito de encima, le quito el condón y lo tiro a un lado cerca a su brasier, se puso de rodillas y procedió a masturbarlo fuertemente para que eyaculara

-ahí viene pendeja ¡ahí viene!

–hágalo señor estoy lista

-quiero venirme en tus tetotas

Tres potentes chorros de semen salieron disparados, el caliente semen impacto directo en los pechos de Katherine Riveros, podía sentir el calor de ese semen bajar por su cuerpo hasta llegar a sus piernas, luego de cumplir su cometido el viejo llevo su flácido pene hasta la carita de Katherine Riveros para desparramar lo que quedaba de semen en el bello rostro de la joven, luego de eso cayo pesadamente al sofá-cama para descansar boca arriba

-que rica que estas nenita, disfrute como nunca haberte metido la verga

Katherine Riveros se hecho a su lado exhausta también, sintió la necesidad de abrazarlo en agradecimiento por todo lo que había sentido esa noche, la semidesnuda jovencita (ya que aún conservaba su ropa interior de abajo) alargo sus manos para atraer hacia ella ese arrugado y sudado cuerpo para descansar ambos de la larga faena que habían consumido, como si de marido y mujer se tratase, pero antes que pudiera cerrar los ojos para descansa , sintió unos dedos hurgando cerca de su húmeda vagina

-tu aun no te has corrido zorrita, es mi deber como tu macho hacer que te corras, descuida con mis dedos hare que te vengas

–ufff señor no es necesario, con todo lo que me ha hecho sentir hoy estoy más que satisfecha

-esas son cojudeces, te hare venir tal y como tu me has hecho venir, así que déjate hacer

La sexy muchacha no mostro objeción y dejo que esos dedos invasores se metan dentro de ella, dos dedos se metieron sin ningún problema haciendo gemir a la sensible jovencita, el movimiento era rápido, tal y como cuando ella se masturbaba, al cabo de unos segundos la sexy muchacha empezaba a mover sus caderas al ritmo de esos callosos y gruesos dedos

Pasaron unos cuantos segundos, Katherine Riveros se movía rápido, sentía que algo se venía, todas las ricas sensaciones que había estado sintiendo se acumularon y se apoderaron de su cuerpo y mente para hacerla estallar en el más violento orgasmo de toda su vida

–Ahhhh Diosss que ricoooo ¡siiii! ¡Me corrooo! ¡Señoooor me corro! ¡Ohhhhhhhhhhhhhhh!!

fue lo último que pudo exclamar la jovencita antes de quedar semi inconsciente del delicioso estallido orgásmico que había experimentado.

todo había acabado, la sexy universitaria yacía en ese viejo sofá-cama semidesnuda y muy satisfecha, a su lado se encontraba un sudoroso viejo el cual solo se había bajado los pantalones mientras que su sucia camiseta estaba empapada de sudor, pronto unos fuertes ronquidos era el único sonido que se escuchaba en ese cuarto, Katherine Riveros pensó que luego de tan apasionado momento, ambos se dedicarían a hablar más tranquilos, pero esas cosas al viejo no le interesaban, luego de usarla como quiso, solo se hecho a dormir dándole mínima importancia a su presencia, esto le dio en el orgullo a la pobre nena, se sentía una cualquiera, pero por otra parte no podía negar que ese arrugado hombre la había hecho sentir una verdadera mujer y había activado en ella un gusto que no pensaba que tenía y solo por eso lo perdonaba, sabía que ya era muy tarde y se tenía que ir de ese lugar pero el cansancio también le jugó una mala pasada a la semidesnuda muchacha, sentía como sus bellos ojitos se cerraban del cansancio, asi que sin importarle mucho la hora decidido descansar, se acurruco bien al lado del arrugado vejete, sentía mucho morbo estar echada al lado de ese horrible sujeto como si de verdad fuera su pareja , al cabo de unos segundos ella también quedó dormida.

Habían pasado unas horas, el sonido del chat de su celular la despertó, se alejo un poco de su arrugado hombre y busco su celular, miro la hora y eran ¡las 5 de la mañana¡, tenía que irse de ese lugar e ir a su casa, volteo a mirar a la persona con la que había pasado la noche… no había sido un sueño, de verdad se había acostado con un horrible vejete casi pordiosero en un lugar que olía a mierda, pronto todos los recuerdos se le venían a la mente y Katherine Riveros se moría de vergüenza, no pensó que seria tan atrevida con otra persona a la que acababa de conocer y menos con alguien con una apariencia tan penosa como la de aquel sujeto que aun roncaba fuertemente

La joven universitaria no lo pensó dos veces, ahora mas lucida solo atino a ponerse la ropa buscar su cartera e irse antes de que despierte el vejete, se arregló rápidamente su cabello y acomodo su falda, antes de irse vio una ultima vez al horrible tipo con el que había pasado la noche, le daba asco solo verlo, pero sentía algo de gratitud ya que gracias a el había descubierto nuevos gustos y nuevas sensaciones que jamás le habría hecho experimentar su exnovio, a pesar del asco sintió que lo mas apropiado era despedirse con un suave beso en los labios ya que pensaba que nunca mas lo iba a ver, luego de darle una ultima mirada se fue sin hacer ruido.

Eran las 5 y 30 de la mañana el sol ya se asomaba y Katherine Riveros pensaba mejor la situación , sabía que no podía ir al departamento, la situación con su ahora exnovio tenía que manejarla y terminar con el cuanto antes pero quería ahorrarse todo ese problemón para más tarde, las únicas opciones eran irse a la casa de algún familiar pero por la hora sabia que no era buena idea, decidió caminar e ir hasta la avenida para tomar un carro que la llevase por cualquier lugar mientras despejaba su mente, ya en el paradero busco en su cartera algo de sencillo para pagar al momento se subir y para su sorpresa no encontraba nada, solo su carnet y sus tarjetas… ¡el viejo miserable le había sacado todo el dinero que tenia en su cartera¡, no contento con haberla follado y usado como se le dio la gana le había robado todo el efectivo, por un momento pensó en regresar e increparle pero luego desistió de la idea, pensó que el pobre necesitaba mas que ella el dinero, además le daba miedo despertarlo y que otra vez se la follara, ahora ya no tenia un condón que la protegiese de las posibles enfermedades que podría tener ese viejo pensaba ella, resignada se puso a caminar y pensar que es lo que haría de ahora en adelante, pensaba en que ya no vería nunca mas a ese viejo horrible pero lo que ella no sabia es que el viejo luego de robarle el dinero se había asegurado de sacar otra cosa de su cartera, algo tan importante que haría que tarde o temprano la jovencita regrese una vez mas a ese horrible lugar, el viejo aun entre sueños mostraba una leve sonrisa, sabía que pronto volvería a ver a esa chiquilla y haría con ella todas las sucias fantasías que se había guardado tantos años, pronto ese bomboncito seria suyo nuevamente…

Han pasado meses desde el encuentro sexual que tuvo con el viejo borracho, Katherine Riveros ha conseguido volver a su vida normal, empezó a ayudar en la pastelería de su madre, incluso le dio una nueva oportunidad a su novio, cosa que no le gusto a sus amigas, pero el joven había suplicado e insistido por tantos días que al final la muchacha cedió, con la única esperanza de dejar en el pasado su encuentro con el viejo Manuel.

A pesar de que su vida social parecía estar bien, su vida sexual tenía algunos problemas, su novio había mejorado bastante pero aún no llegaba al nivel del viejo Manuel ya que cada vez que Katherine Riveros llegaba al punto al punto más alto de su calentura, recuerdos de su encuentro sexual con aquel horrible vejete se le venían a la mente, el tremendo morbo que vivió en aquella casucha era difícil de olvidar, incluso había días donde antes de dormir ella tenía recuerdos muchos más largos de aquel viejo y a veces se preguntaba dónde estaría o que estaría haciendo en ese momento.

A pesar de que el tiempo transcurría sus pensamientos lujuriosos no cambiaban, lo más curioso es que cada vez que salía a la calle y miraba a algún señor mayor con aspecto descuidado o algún indigente, ella se quedaba observándolo disimuladamente y se ponía a pensar si aquella persona tenía la misma herramienta y vitalidad para el sexo que el viejo Manuel.

PARTE II: El viejo del reciclaje.

El trabajo en la modesta pastelería iba bastante bien, en pocos meses el lugar gano popularidad, principalmente por la belleza que trabajaba decorando y haciendo de moza en el turno tarde, en más de una ocasión la bella jovencita había recibido propuestas indecentes de clientes de todo tipo, pero ella rápidamente los rechazaba, aunque por las noches antes de dormir pensaba en aquellas palabras subidas de tono que le decían y se preguntaba qué hubiera pasado si les seguía la corriente.

Mas allá de aquellos percances todo iba de lo más normal en la pastelería, el único detalle es que a las 8:00 p.m. hora en la que limpiaba y ordenaba todo para el día de mañana, siempre había un caballero de aproximadamente 60-65 años afuera del local, este siempre pasaba por fuera de la pastelería con su gran saco y aprovechando la pared de vidrio, siempre caminaba lo mas despacio posible para admirar aquel exuberante y juvenil cuerpo.

Katherine Riveros podía sentir aquella perversa mirada todas las noches antes de que cerrara el local, la situación le daba algo de miedo e incomodidad, pero también le intrigaba mucho ya que aquel viejo solo la miraba, nunca le dijo nada obsceno.

Los siguientes días la situación fue exactamente la misma, la joven se ponía a limpiar para irse a casa y casi al instante aparecía el viejo con sus ojos saltones mirándola fijamente del otro lado del vidrio mientras caminaba despacio, pronto la incomodidad que sentía la jovencita en los primeros días se disipaba y en su lugar florecía el morbo ya que esa mirada lujuriosa le empezaban a gustar.

Un sábado por la noche la bella universitaria había quedado con su mejor amiga para ir a un cine que estaba cerca a su lugar de trabajo, Katherine Riveros estaba entusiasmada ya que era el estreno de una película que había esperado mucho, estaba impaciente por salir pero antes de irse quería dejarle un lindo recuerdo a su admirador para que él también tenga en algo que pensar esta noche.

Ese día la hermosa jovencita se sentía bastante bondadosa por lo que minutos antes de que el viejo del saco llegara, se soltó un par de botones de su uniforme dejando a la vista una buena parte de sus suaves pechos copa D que bamboleaban cada vez que ella caminaba y eran perfectamente visibles desde afuera, también empezó a contornear sus caderas de forma provocativa mientras barría, se agacho varias veces, esto con el fin de que su corta falda se levantara aun mas y le regalara un lindo espectáculo al horrible viejo.

Luego de aquel increíble show, la nena noto como el horrible sujeto se frotaba su verga por encima del pantalón, aquella acción motivaba a Katherine Riveros a seguir con su espectáculo, pero ya casi era hora del cine así que con una tierna sonrisa se despidió del suertudo viejo y se metió a la cocina para cambiarse.

A eso de las 8:45 de la noche la bella jovencita se encontraba afuera del cine, una blusa blanca sin mangas cubierta por una casaca negra de cuero bastante pegada, un jean que moldeaba perfectamente su apetecible trasero y unas botas negras era su outfit para esta noche. La blusa con un escote bastante pronunciado dejaba ver claramente el bamboleo de sus niñas con cada paso que daba. Alrededor de las 9:00 pm tenía previsto encontrarse con su mejor amiga en la entrada.

Estuvo en la puerta del cine alrededor de 20 minutos, cuando llega un mensaje a su telegram.

“¡Lo siento Katherine Riveros! Se me presento un inconveniente. ¿Lo podemos posponer? »

La joven estaba furiosa y decepcionada, era una película que ambas esperaron por semanas y estaba a punto de mandarla a rodar y entrar ella sola, pero recordó que la película no seria lo mismo sin su amiga, por lo que optó por dejarla en visto de momento, aquella acción era como una tortura para su amiga que seguía escribiendo, pero Katherine Riveros no respondía nada.

Ahora con la película totalmente descartada, una parte de ella quería irse a casa y la otra quería quedarse para ver cualquier cosa, al final decidió quedarse para ver otra película, el problema es que las demás salas estaban abarrotadas de gente así que recordó que muy cerca de ahí había otro cine, no era tan moderno como en el que estaba, pero seguramente no estaría lleno, además que su orgullo no la dejaría tranquila si se regresara a su casa sin haber hecho nada.

El trayecto fue corto, no le tomo mas de 5 minutos llegar al otro cine, el lugar se veía bastante descuidado, era el clásico cine antiguo de la ciudad que poco a poco se estaba quedando en el olvido a comparación de las modernas instalaciones que había en otros lugares, ahora entendía por qué el otro cine se llevaba toda la clientela.

Escogió una película al azar y entro. Llego hasta donde estaba un caballero cincuentón bastante bajito que verificaba y recogía las entradas, este al percatarse de la presencia de la joven no paraba de observarla con una mirada lasciva y a propósito con mucha calma iba rompiendo el boleto dirigiendo su mirada en aquel gran escote.

Katherine Riveros se empezó a desesperar al ver como el viejo boletero que curiosamente le llegaba casi a la altura de sus senos tardaba exageradamente en romper a la mitad su ticket haciendo como si revisara, la nena volteaba para todos lados no quería verle la cara al calenturiento sujeto.

Primer encuentro con un viejo desconocido

Luego del incomodo momento, por fin entro a la sala, como suponía no había mucha gente, a lo mucho conto unas 10-15 cabezas, saco su celular y se puso a ver sus redes sociales hasta que empezara la función. Pasado unos minutos, vio a alguien entrando en la fila en la que ella estaba sentada, Katherine Riveros no le dio mucha importancia ya que estaba en el otro extremo y a su izquierda había una pared, había como 10 asientos entre esa persona y la jovencita.

La película empezó, sin querer había escogido una película romántica cuya trama avanzaba muy lentamente, al poco tiempo perdió el hilo y saco su celular, estaba más entretenida mirando todas las fotos que sus amigos estaban publicado en sus redes sociales, no se dio cuenta que aquella persona se había levantado y se había acercado varios asientos más hacia donde estaba ella.

El tipo era un caballero bastante maduro, difícil de decir su edad si lo miras por primera vez, debería estar por sus finales de los 50 o empezando sus 60. Tenía un rostro sin muchas arrugas, pero las pocas que tenía eran bastante marcadas. Sus labios gruesos y resquebrajados, físicamente era delgado, pero le sobresalía una barriga típica de las personas delgadas que gustan de beber mucha cerveza, llevaba una camisa de cuadros bastante gastada, unos pantalones anchos de tela por encima de la cintura, el cabello estaba hecho un desastre, se notaba que se pintaba el cabello de una mala manera ya que se podía ver mechones blancos por todo lado.

Al momento de sentarse y tratar de acomodarse en el asiento fue que la nena se dio cuenta y sin querer hizo contacto visual, el tipo de nombre Beto solo sonrió mostrando unos dientes amarillentos, se había sentado a solo un asiento de la nena.

La descuidada y rustica sala de cine podía acomodar fácilmente a 100 personas y solo había un puñado en las primeras filas, la imagen de este viejo sucio con aquella fea sonrisa se le quedó atascada en la cabeza. Fue realmente una imagen repugnante, sabía que debía irse además la película ya no tenía sentido había perdido el hilo hace varios minutos, pero por alguna razón se quedó y decidió darle una nueva oportunidad a la película.

Varios minutos pasaron pero la trama seguía sin presentar mayores emociones, pronto la nena empezaba a ponerle más atención al viejo que casi tenía al lado, recuerdos fugases con el otro viejo borracho que se la cogió se le vinieron a la mente, quería compararlo un poco mas pero ese asiento de diferencia le dificultaba ver a más detalle a aquella persona, algo dentro suyo le decía que fuera ella la que se acercara pero no se atrevía y mientras ella estaba debatiendo en su cabeza los pro y sus contra de su acción el viejo se movió lentamente hacia el asiento.

Sin duda ahora que estaban cerca, el viejo podía tener una vista más que privilegiada de aquel juvenil cuerpo, aquel suave perfume impregnaba en sus fosas nasales, ella por su parte noto el fuerte aroma que desprendía el caballero, no era un olor nauseabundo, más bien un olor típico de una persona que esta en la tercera edad

A pesar de que la jovencita estaba mirando la pantalla, no podía evitar pensar en lo que acababa de pasar, podía ver a ese viejo pervertido clavando los ojos a su generoso escote y si bien no decía ninguna palabra, aquella acción era incómodo para ella.

La película seguía, pero la jovencita no podía concentrarse en ella porque cada vez que la luces se hacían más claras debido a alguna escena, ella podía notar claramente como el viejo la devoraba con la mirada, era obvio que estaba obsesionado con sus tetas, en ese momento se arrepentía de haber llevado un escote tan pronunciado.

Aquellas miradas más el fuerte aire acondicionado de la sala ponían los pezones de Katherine Riveros duros y totalmente visibles sobre su vestido. El material del sujetador no era suficiente para mantenerlos ocultos. Katherine Riveros Estaba avergonzada y quería taparlas, pero tampoco quería hacer una gran escena, por lo que se ajustó la casaca de cuero subiendo el cierre hasta arriba para intentar esconderlas de aquellos ojos pervertidos, la desilusión del viejo era evidente en su rostro, sorprendentemente, parecía que el horrible tipo aceptaba su triste destino, aquella hermosa vista se había esfumado.

Cuando la bella jovencita pensó que ya había pasado el momento incómodo, sintió algo frotándose contra su mano derecha y pinchando su seno derecho, este viejo pervertido al haber perdido su vista privilegiada dio un paso más allá y empezó a rozar el seno derecho de la encamable jovencita con el codo.

– Disculpe, ¿podría mover su mano? – dijo Verónica, con un tono de voz serio, el vejete se sorprendió por aquellas palabras, se le notaba miedoso y sus ojos estaban muy abiertos.

–Lo…lo siento, puse accidentalmente mi brazo en su apoyabrazos

Katherine Riveros no se creía la mentira, recordaba muy bien como ese pervertido la había estado mirando todo este tiempo, así que continuando con su voz seria continúo hablando para tratar de ahuyentarlo

– ¿En verdad este es su número de asiento?, Me parece rarísimo que, entre tantos asientos vacíos, justo el suyo este tan cerca del mío, sería tan amable de regresar a su asiento antes de que llame a seguridad

Se hizo un silencio incómodo, pero pronto el viejo saco de su pequeña mochila el papel arrugado que pertenecía a su boleto donde certificaba que realmente estaba sentado en el asiento correcto, Katherine Riveros se sentía como una tonta ya que el tiro le salió por la culata, el caballero siempre había estado sentado en su lugar y la que había estado en falta era ella ya que al ver el cine tan vacío decidió sentarse en el lugar donde estaba actualmente , pero aceptar su error no era una opción.

Mientras pensaba que decirle el viejo para salir librada de la incómoda situación que tontamente había creado, el viejo se levanto de su asiento, se disculpó con Katherine Riveros por la incomodidad y se sentó a unos 3 asientos de ella.

Aquel acto dejo peor parada a Verónica, había quedado como toda una maleducada, nunca se espero que el viejo se comportara tan cortésmente, llegó a pensar que tal vez ni siquiera le estaba mirando sus pechos y todo había sido producto de su imaginación.

Las aguas se calmaron y ambos volvieron a ver la película. Pero Katherine Riveros solo podía recordar la escenita que había montado, además que podía recordar aquel fuerte aroma que despedía aquel sujeto, aquel olor a hombre maduro hacía que su cuerpo se estremeciera.

Por el rabillo del ojo, Katherine Riveros trataba de mirarlo, él viejo por su parte estaba atento a la película, pero su mano estaba dentro de su pantalón haciendo movimientos extraños, sin duda se estaba masturbando.

La bella jovencita estaba sorprendida, en la pantalla estaba la escena de una joven en lencería que le hacía un striptease a su pareja, aquel baile tenía anonadado al viejo.

Aquella escena hizo que la jovencita sintiera una sensación de hormigueo en su estómago, estaba enterrada en un charco de emociones que rodeaban su mente. Su corazón comenzó a latir más rápido y podía sentir como sus pezones se endurecían cada vez más.

“¿Por qué me estoy poniendo así por este viejo pervertido? ,qué pasaría si dejo que me toque…solo un poquito…¿Y si quisiera más? ¿Y si luego quiere llevarme a otro lugar?”—pensaba dentro suyo la tierna jovencita

Pronto su imaginación se apoderaba de su cordura, empezó a imaginarse aquellas toscas manos tocando suavemente sus senos, esos dedos sucios pellizcando y tirando de sus pezones con fuerza, Incluso si quisiera no podía salir de todos esos pensamientos, se sentía tan bien al recordar ese feo rostro, pero pensar en eso también la asustaba un poco.

Esas fantasías sin duda eran un gran estímulo para ella que no pudo sostener por más tiempo. Todo lo que tenía que hacer era darle un pequeño empujón a la situación y ese viejo pervertido se encargaría de lo demás.

Necesitaba llamar su atención, pero él viejo estaba atento a la pantalla, así que su primer movimiento fue abrir su casaca para liberar de aquella prisión de cuero sus turgentes senos, se volvió lentamente hacia él y lo miro con la esperanza de tener contacto visual. Después de unos segundos, cuando la pantalla se iluminó, el pervertido sujeto cruzo miradas con la cachonda jovencita. Asombrado vio como la nena se mordía su labio inferior y apretó su pecho izquierdo suavemente.

La mandíbula del viejo Beto casi se cae cuando la joven hizo eso, Katherine Riveros satisfecha volvió a ver la pantalla. En un rápido movimiento, el caliente sujeto se volvió a sentar al lado de la nena y se puso a murmurar en su odio solo para que ella escuche.

–Mmm, que grandes y ricas tetas ¿Puedo tocarlas … por favor? —murmuraba el viejo pidiendo un milagro de una forma patética producto de la excitación del momento.

Katherine Riveros al escuchar eso tuvo una combinación entre miedo y calentura por lo que había provocado, al principio negó con la cabeza cualquier avance del viejo cruzando sus brazos a la altura de sus pechos, pero ante las suplicas de este por fin terminó cediendo

“Cómo puedo negarme cuando dijo por favor”–-pensaba juguetonamente la nena

Finalmente, Katherine Riveros sin decir ninguna palabra bajo sus brazos, dejando expuestos sus apetecibles senos, el suertudo caballero tomo eso como una aprobación y extendió su mano apretando suavemente el seno derecho. Frotaba los pezones duros con la palma de la mano aun por encima de su blusa y la vibración que creaba los hacía aún más duros.

La respiración de Katherine Riveros se hizo más profunda y más rápida, todo su cuerpo estaba reaccionando al manoseo que el viejo le estaba dando. Don Beto por su parte se encontraba en el cielo, estaba levantando y acariciando los senos de la hermosa muchacha mientras ella fingía mirar la pantalla, ahora con más confianza uso ambas manos y comenzó a amasar ambos senos con mucha más fuerza y rapidez

Al cabo de unos segundos el viejo tenía total control de los pechos de la joven, pellizcando aun por encima de la blusa los duros pezones de la nena, dibujando círculos con sus gordos dedos, de rato en rato frotaba ambos pezones al mismo tiempo con su antebrazo.

Luego del tremendo agasajo Katherine Riveros volteo su lindo rostro para ver al horrible tipo, Cuando lo miro pudo ver aquel rostro desencajado por lo excitado que estaba, su boca generaba bastante saliva y el aroma a adulto mayor se había vuelto aún más fuerte y para su sorpresa, había un bulto bastante grande en aquel pantalón de tela.

La excitada jovencita a estas alturas hacia grandes esfuerzos para no soltar ningún gemido a pesar de la rica manoseada que estaba sintiendo.

–Mmm, hermosos pezones paraditos y duros, están listos para metérmelos a la boca—murmuraba el viejo en el odio de Katherine Riveros para estimularla aún más.

Esas sucias palabras estaban excitándola a lo grande. El viejo estuvo manoseándola durante casi media hora de pronto la pantalla se apagó y las luces se encendieron.

¡La película había terminado!, entre los primeros tímidos avances y la parte final del manoseo se habían tardado casi hora y media que duraba la película.

Tan pronto como las luces se encendieron la nena se apresuró acomodándose su blusa toda jaloneada donde se podía ver perfectamente su sujetador deportivo de color negro, el viejo por su parte estaba igual de desarreglado que antes así que acercándose al oído de la joven le dijo:

–Tus tetas son las mejores que he visto y tocado. Nunca esperé que fueras una niña tan traviesa, dejando que este viejo sintiera tus grandes tetas –dijo el horrible tipo mientras la nena seguía arreglándose

-muchas gracias – fue lo único que pudo decir la acalorada muchacha con voz bajita, aquella voz autoritaria y sería se había esfumado.

–sabes bomboncito, en la sala de al lado esta a punto de comenzar otra función, no te preocupes por las entradas estoy seguro que también estará vacío y ahí podemos continuar lo que estábamos haciendo, ¿o prefieres ir a un lugar más privado?

– ¿y usted como sabe eso? – pregunto extrañada

–pues muy fácil, yo soy el que limpia las salas, me conozco este cine, sus funciones y cuanta gente promedio entra como la palma de mi mano

– ¿u…usted es el que limpia? Y como es que tenia un boleto de asiento

–mi compa de la boletería me lo dio, me dijo que había una modelo de grandes tetas y pues me dio todos los boletos sobrantes para que entre a comprobarlo, es un gran tipo ese enano de mierda, seguramente lo debiste ver antes de entrar a la sala, se podría decir que gracias a el es que la hemos pasado rico, tal vez luego deberías ir y agradecerle como se debe jeje

Katherine Riveros sabia perfectamente de quien se trataba, era increíble como todo esto había sido orquestado por aquel enano caliente, incluso ese tipo había planeado en darle todos los boletos sobrantes al viejo de la limpieza para que así se pueda sentar en cualquier lugar y no tener problema en caso ella se quejara como lo había hecho antes.

–entonces que dices, Ya no hay nadie acá, ¿La seguimos en la otra salita?

– ¿y no podemos quedarnos aquí? —murmuro con algo de pena la nena

— jeje sin duda las mocosas como tú son unas calenturientas, por mi estaría encantado si tuviéramos la sala para nosotros dos, pero a esta hora esta por comenzar la ultima función y por la película que sigue estoy seguro que tendrá mas personas de las que estuvieron antes, en cambio en la otra sala casi no habrá nadie, es una película que ya esta varias semanas en cartelera, estoy seguro que ya está pirateada en el mercado así que poca gente le dará bola a esta hora de la noche.

-o…ok entiendo

–genial bomboncito, entonces vete a la sala 5, en unos minutos empezara la función, te vas a la ultima fila para que estemos mas cómodos, no te preocupes por no tener boleto, a esta hora ya ni guardias de seguridad hay jeje, yo limpiare rápido esta sala de mierda para que el maricon de mi jefe no me haga problema y en un momento estaré contigo para continuar en lo que nos habíamos quedado ¿está bien?

La nena asintió afirmativamente con la cabeza, todavía se estaba recuperando de lo sucedido, pero ya había quedado un segundo encuentro con aquel viejo de la limpieza, podía sentir la humedad en sus bragas segundo encuentro con el viejo desconocido

Tal y como le dijo el viejo, la bella y nerviosa jovencita se metió a la sala 5 y se fue hasta la última fila, esta vez había menos gente que en la otra sala, la espera se sintió verdaderamente larga y cuando las luces se apagaron, señal de que ya iba a empezar la película, el anciano aún no estaba con ella.

Una leve preocupación mezclada con alivio se apodero de ella, por un lado, sentía que dejarse manosear los senos por un viejo desconocido había sido demasiado y era hora de marcharse, pero por otro lado se preguntaba dónde estaría aquel vejete

“tal vez me equivoque de sala o será que el viejo también tuvo suficiente por un día” — eran los pensamientos de la tierna jovencita

pronto comenzaron a aparecer comerciales y no había ni rastro del viejo. La nena estaba a punto de irse cuando por fin lo vio entrar y acercarse a su fila de asientos, instintivamente se trató de arreglar un poco acomodando su ondulado cabello.

Katherine Riveros podía sentir su cuerpo preparándose para el segundo round. Ahora el viejo no necesitaba ninguna invitación para continuar donde lo habían dejado, tan pronto como se apagaron las luces, se acercó a la linda jovencita, una de sus manos se fue directo a los melones de la nena y la otra fue a parar a una de las suaves piernas.

A pesar de que el pervertido sujeto podría haber metido su mano dentro del escote, sabía que ahora tenía mucho más tiempo y no quería espantarla con algún movimiento brusco, así que estaba lo suficientemente tranquilo como para seguir acariciando esos melones solo desde afuera. Siguió frotándolos durante unos buenos 15 minutos, Katherine Riveros estaba disfrutando de las ricas manoseadas ya no solo a sus senos sino también a sus piernas, pero ahora ella quería llevar la situación aún más lejos a pesar del miedo que sentía.

Sin pensarlo mucho, en un estado donde la calentura predominaba a la razón, empezó a acariciar el sudoroso rostro del viejo levantándolo para cruzar miradas, con una sonrisa coqueta y metiéndose juguetonamente uno de sus dedos a sus labios pregunto coquetamente :

– ¿Quiere ver más?

El viejo que creía tener el control de la situación se quedó sin palabras y empezó a tartamudear. Ver al viejo pervertido ponerse de esa forma enterneció a la jovencita por lo penoso que se veía el tipo, así que metiendo su mano dentro de su escote, saco su seno derecho del sostén. Ahora su amamantable pecho estaba fuera del sujetador deportivo, pero todavía estaba cubierta por la blusa, se podía ver aquel pecho perfectamente redondo y firme a través del material translúcido de la blusa. Luego hizo a un lado esta prenda para poder liberar totalmente su suave y apetitoso seno. La expresión del rostro del viejo era de asombro total.

–¡Dios santo! Son más grandes de lo que imaginaba…¡y son tan firmes!, ¿Puedo tocarlos?— preguntó casi suplicando.

-Adelante, por hoy son todas tuyas… pero no seas muy rudo ya que son muy sensibles — Katherine Riveros simplemente se dejaba llevar por la calentura del momento, le encantaba tener el control y tener en su mano a ese viejo sucio usándolo para satisfacer sus nuevos gustos que estaban floreciendo y que poco a poco aceptaba.

El suertudo viejo extendió ambas manos hacia el suave pecho desnudo copa D. La nena casi se corre de placer cuando sintió aquellas manos rasposas en sus desnudos pechos.

–Ohh, maldita sea que melones tan grandes. Nunca había visto o tocado unas ubres tan hermosas como estas

-uhmmmm uhmmm ahhhhhhhhhhhhmmmmfffff –eran los leves gemidos que soltaba la tierna jovencita mientras se mordía el labio inferior

— No he tocado a una mujer en años y eres una chica tan linda y sexy… Pero creo que hay más, en el fondo debes ser una zorra cachonda lista para ser usada por viejos como yo

La nena era elogiada y llamada zorra al mismo tiempo que el viejo apretaba sus tetas con verdadera pasión, tirando de sus sensibles pezones y frotándolos con su palma. El vejete Sabía exactamente lo que estaba haciendo, La experiencia de los años sin duda era de gran ayuda . Katherine Riveros solo echo su cabeza hacia atrás y volvió a gemir suavemente

El viejo ahora con más confianza tomo una de las suaves manos de la muchacha y lo llevo hacia su bulto.

— siente lo que pronto vas a tener dentro de tu conchita , Sé que quieres tocarlo, adelante agárramela y siente lo dura que se ha puesto gracias a ti

Katherine Riveros obedeció sin oponer ninguna resistencia

–eso nenita, ¿Te gusta?, me la has puesto así desde la primera vez que vi tus tetotas, pronto vas a estar cabalgando encima mío moviendo esas ubres tan ricas que tienes

La nena tenía sus ojitos cerrados mientras frotaba ese tremendo bulto que se asomaba por aquel viejo pantalón de tela, de repente sintió algo de humedad en su pezón. Abrió sus grandes ojos y vio con sorpresa como el viejo sin previo aviso se metió parte de su seno en su maloliente boca y estaba succionando como un bebé.

-ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh espereemmmmffff ahhhhmmmfffffffffffffffffff – eran los gemidos de la nena que aun luchaba por hacer el menor ruido posible para que nadie de los asientos de abajo los escuche, aunque poco a poco eso estaba dejando de importarle

El pervertido señor por su parte estaba jugando con el duro pezón usando su lengua mientras chupaba con bastante fuerza, de rato en rato daba leves mordidas para luego volver a succionarlos.

Katherine Riveros a estas alturas podía sentir su vagina bastante húmeda. Se arrepentía de no haber llevado una falda en vez de jean para así poder tocarse con mayor libertad, podía sentir como ambos senos se estaban llenando de las babas del horrible tipo que no cabía en alegría por todo lo que estaba pasando.

Para comodidad de ambos, la caliente Katherine Riveros acomodo con mucho cuidado la cabeza del horrible pervertido para que descansara en sus piernas, la vista que tenia el viejo era impresionante y abriendo todo lo que pudo su boca invito a Katherine Riveros a que pusiera una de sus tetas en aquella boca repleta de dientes amarillentos cosa que la nena hizo de inmediato. Realmente parecía que la bella jovencita era una joven madre que estaba dando de lactar a su bebé, solo que este bebé era bastante feo y tenía casi la misma edad que su abuelo.

La escena “maternal” duro varios minutos dónde el viejo succionaba como si de verdad quisiera sacar algo de leche de esas suaves montañas de carne y mientras ella daba de lactar a su horrible bebé, también decidió actuar por su cuenta y sin pedir permiso bajo el cierre del pantalón del viejo, sin decir nada metió su mano para tocar directamente aquella barra de carne caliente,

–ohhhhh siiiiii sabia que eras toda una perra pervertida, vamos hazme una buena paja que pronto te la voy a meter por ambos lados.

Katherine Riveros obedeció sin titubear, mientras hacia a un lado el calzoncillo del viejo, pudo notar que este poseía una herramienta bastante considerable, no pudo evitar compararla con la verga del viejo borracho, ya que a pesar de que esta era un poco mas corta, lo compensaba enormemente con los grueso que era y sin duda era mucho más grande que la de su novio, la nena primero empezó con unos leves movimientos pero las succiones a sus senos eran tan agresivas que pronto empezó a subir el ritmo y con ayuda del liquido preseminal se le hizo más fácil subir y bajar su mano para deleite del horrible tipo.

Había tanta saliva que podía sentir como su sostén se mojaba, el pervertido estaba haciendo su mejor esfuerzo para meterse toda la teta en la boca, pero ni siquiera un tercio del seno de la joven podía cubrir.

-ahhhhhhhhhhhhhhh ufffffffffffffffffffffffffffff siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ahhhhhhhhhhhhhhhhh — gemía suavemente en el odio del viejo alentándolo a que continúe así de rudo con sus niñas.

Cuando el viejo comenzó a morder su sensible pezón con mayor fuerza, la nena empezó a masturbarlo más rápido, Estaba haciendo sonidos descuidados con todo el líquido preseminal de aquella gruesa verga

El pervertido conserje se sentía en el cielo, una hermosa mujer de grandes senos le estaba haciendo la paja de su vida mientras él le chupaba las tetas, miro directamente al rostro de la bella jovencita y no pudo aguantarse a robarle un beso, aquel acto sorprendió a Katherine Riveros, pero lejos de rechazarlo, la bella mujer abrió sus finos labios para intercambiar saliva y entrelazar sus lenguas al mas puro estilo de un beso francés de unos recién casados.

Mientras el increíble beso continuaba, el viejo trataba de meter sus manos dentro del jean de la caliente jovencita para poder sentir aquella húmeda zona directamente, pero aquella prenda estaba tan pegada que le era imposible por lo que empezó a sobar la zona intima de la muchacha por encima del jean

–Ohhh …putaaaaaaaa tetonaaaaaa ¡me voy a correr!, sácame la verga de los pantalones, no quiero mancharlos

La nena en un rápido movimiento hizo lo que el viejo le pedía y por fin pudo ver aquella varonil herramienta en todo su esplendor, sin duda aquel mástil de carne era más grueso y tenía una prominente cabeza, de pronto pudo ver como unos 3 potentes chorros de semen salían volando con gran potencia por todo el lugar manchando parte de su blanca blusa y su jean.

Los ojos del viejo se pusieron en blanco por unos segundos ya que esa había sido la mejor paja de su vida, sus ojos estuvieron cerrados por unos segundos y luego miró con una gran sonrisa a la tierna muchacha que tenía una respiración pesada

Justo cuando la nena bajaba su linda cara para fundirse en un profundo beso en agradecimiento por todo lo que había experimentado, el celular del viejo empezó a timbrar haciendo que la nena rápidamente acomode su ropa por el susto

–me lleva la…espera un rato tetona, es el maricon de mi jefe tengo que contestar o si no ese maldito me puede botar— así que acomodándose su pantalón se fue hasta el otro extremo de la sala para poder contestar sin interrumpir la película, mientras tanto Katherine Riveros aprovechaba el momento para arreglar su ropa ligeramente ya que seguramente el viejo otra vez iría a por ella luego de la llamada

luego de unos segundos el viejo regreso a su asiento bastante frustrado

–la puta madre tetona, ese maricon quiere que vaya a la otra sala a limpiar una mierda que se ha desparramado por toda la sala, no sé cuánto tiempo me tome.

La nena se quedó sin palabras, sin duda ella quería llegar más lejos ¿en verdad la iba a dejar con tremenda calentura?

–Eres una chica increíble. Nunca en mi vida me había sentido tan bien, Espero que te haya gustado como este anciano te chupó tus tetotas y gracias por ayudar a liberar mis bolas, sin duda esto se tiene que repetir, pásame tu numero putita para quedar más tarde y seguir pasándola rico hasta el final

La bella jovencita estaba anonadada, su mano estaba goteando con el semen del viejo, su pecho y sujetador aún se sentían húmedos, no sabía cómo reaccionar así que solo atinó a decirle su numero celular para que el horrible vejete lo anote en sus contactos

–listo bomboncito, hoy más noche te llamare para ver donde la continuamos, conozco un hostal cerca de acá, aunque siendo sincero estás tan buena que soy capaz de meterte la verga en el callejón de al lado, ¡Tengo que decirte que esas tetas tuyas son las mejores!, nunca me cansaré de chupártelas, pero también me muero de ganas por probar ese rico culito que pide a gritos una buena cogida – decía esto mientras le sobaba las piernas hasta llegar a su húmeda vagina por encima del jean, para tallarla suavemente.

Antes de irse el viejo le plantó un último beso con harta lengua mientras seguía masajeando la zona íntima de la muchacha aún por encima de la ropa, de pronto abruptamente el viejo conserje se alejo y se fue caminando con una evidente erección.

La caliente nena no podía creer que aquel viejo la estaba dejando en ese estado de calentura y había preferido irse a terminar su trabajo, estaba segura que cualquier otra persona hubiera mandado al diablo eso y se hubiera quedado con ella hasta el final, aquella acción del pervertido señor sin duda había lastimado su orgullo, sentía que debía irse a su casa y dejar con las ganas al tipo, pero la tremenda calentura que aún estaba en su cuerpo le decía que aún no era suficiente.

Katherine Riveros un poco más calmada pero aún bastante cachonda pensaba en sus opciones, ¿sería mejor quedarse a esperar a ese horrible vejete?, tal podría ir a buscar al enano pervertido que inició todo esto y darle su respectivo regalo tal y como le dijo el conserje , tal vez podría buscar un nuevo candidato en las oscuras calles para calmar sus deseos o tal vez…solo tal vez debería ir a buscar al viejo borracho de Don Manuel a su casucha para arreglar cuentas pendientes.

Katherine Riveros, aún con la respiración agitada y el cuerpo temblando de excitación, se quedó en su asiento tratando de decidir qué hacer. La película seguía en la pantalla, pero ella no podía concentrarse en nada más que en la calentura que sentía. Finalmente, tomó una decisión. Se arreglo lo mejor que pudo, se levantó de su asiento y salió de la sala, dirigiéndose hacia la boletería donde había visto al enano caliente por primera vez.

Al llegar a la boletería, vio al enano boletero sentado en su pequeña silla, mirando con una sonrisa lasciva mientras ella se acercaba. Katherine Riveros, con una mezcla de nerviosismo y excitación, se acercó a la ventanilla y le devolvió la sonrisa.

—Hola, ¿te acuerdas de mí? —preguntó Katherine Riveros con una voz suave y coqueta, sin duda estos señores feos despertaban algo en ella que no se podía explicar y luego de haber sido, manoseada por el conserje en aquella sala, su cabeza solo pensaba en consumar el acto, de lo contrario no podría dormir esa noche por lo caliente que estaba.

El enano boletero, sorprendido pero encantado, asintió con la cabeza. —Claro que me acuerdo de ti, preciosa. ¿Cómo podría olvidarme de una belleza como tú?

Katherine Riveros se mordió el labio inferior y se inclinó un poco más hacia la ventanilla, asegurándose de que el enano tuviera una vista clara de su escote. —Me dijeron que tú eres el responsable de que yo haya pasado un rato…agradable con el señor conserje.

El enano mostrando sus dientes amarillentos producto del excesivo cigarro que consumía solo atinó a decir:

—Sí, fui yo quien le dio los boletos. Me alegra saber que lo pasaste bien. Pero dime, ¿qué cosas te dejaste hacer con ese viejo? —preguntó, bajando su voz a un tono más grave y sucio.

Katherine Riveros se mordió el labio inferior, sintiendo una oleada de calor en su cuerpo.

—Bueno, él… él me tocó en …ay no me da pena decirlo acá, puede venir alguien ¿Hay algún lugar donde podamos hablar en privado? —dijo, su voz temblando ligeramente.

El enano boletero se levantó de su silla, sus ojos brillaban con lujuria. —Sígueme, preciosa. Conozco el lugar perfecto.

Katherine Riveros siguió al enano boletero por un pasillo oscuro hasta una pequeña habitación que parecía ser una oficina improvisada donde había un par de pantallas que mostraban la entrada y la zona de comidas, alrededor había varias colillas de cigarros y muchas latas de bebidas energizantes y es que el viejo aparte de ser el boletero también atendía el área de seguridad en el que se turnaba con el viejo conserje. El enano cerró la puerta detrás de ellos y se volvió hacia Katherine Riveros con una mirada hambrienta. La habitación estaba iluminada por una tenue luz amarillenta que provenía de una vieja lámpara de escritorio, creando un ambiente íntimo y cargado de tensión.

—Aquí estamos, preciosa, ponte cómoda. Ahora que estamos solos quiero que me cuentes todo lo que paso —su voz estaba llena de lujuria mientras se acercaba lentamente a Katherine Riveros, sus ojos recorren cada curva de ese joven y escultural cuerpo.

Katherine Riveros se estremeció al sentir el contacto del enano, pero no se apartó. —Bueno, al principio solo me miraba, pero luego…

—¿luego qué, preciosa? ¿Te tocó? ¿Te besó?

La joven universitaria se quedó un rato callada ordenando sus ideas, El viejo boletero se apegó a ella, ese rostro ojeroso justo llegaba a la altura los amamantables senos de Verónica, por lo que tenía una vista privilegiada de ese profundo escote, sus arrugadas manos comenzando a recorrer ese juvenil cuerpo, deteniéndose en sus caderas y apretándolas suavemente. —¿Dónde te tocó, preciosa? ¿Aquí? O será por… ¿acá? —preguntó, poniendo una mano sobre el pecho de Katherine Riveros y apretándolo suavemente.

Katherine Riveros asintió, cerrando los ojos por un momento. —Sí, ahí. Y también… también los chupo—dijo, su voz llena de deseo.

El rostro del enano boletero era una mezcla de alegría y sorpresa por ver como la hermosa jovencita empezaba a contar su experiencia, sus manos ahora recorrían los senos de Katherine Riveros, sintiendo su suavidad a través de la blusa. —Mmm… qué delicia. ¿Y te gustó? ¿Te gustó cómo te chupaba los pezones? Seguro que tenía mucha hambre y quería alimentarse de tu lechita —comento totalmente excitado.

Katherine Riveros asintió, su respiración acelerándose. —Sí, se sintió ric…se sintió bien sentir aquellos labios resecos en mis senos, sentir como jugaba con ellas y la fuerza como los chupaba como si de verdad quisiera amamantarse, me hizo sentir cosas que nunca había sentido antes, cosas que jamás sentí con mi novi…con mi exnovio

El enano boletero comenzó a desabrochar lentamente la blusa de Katherine Riveros, revelando ese sexy sujetador deportivo. —ese viejo idiota tiene una gran manía con las tetas, cuando vamos a un putero siempre se toma su tiempo mamando como si fuera un bebe antes de cogérselas, aunque en este caso no lo culpo, tienes unas tetas muy grandes y suaves ¿Y qué más te hizo, preciosa? ¿Te tocó aquí abajo y te metió los dedos? —preguntó, deslizando una mano hacia su entrepierna y apretándola suavemente.

—uy…Sí, me tocó ahí, pero no pudo meter su mano por que estaba…ahhhh…estaba con el jean puesto—dijo Katherine Riveros soltando su primer gemido suave por la forma como el viejo la estaba tocando

El viejo ahora recorría todo el cuerpo de Katherine Riveros, sintiendo cada curva, apretando esas enormes nalgas y dándole un suave masaje en la zona intima a la excitada jovencita aun sobre su apretado jean.

El viejo boletero se centró en manosearle el trasero y mientras lo hacía, hizo que Katherine Riveros se agachara un poco y susurrando en su oído le dijo:

—Sabes, preciosa, fui yo quien envió a ese viejo conserje para calentarte. Sabía que una putita como tu estaría buscando un macho, sabía que con un par de manoseadas ese vejete te haría poner como toda una yegua en celo, pero antes de que pudiera cogerte lo llame y lo mande a otro lado para ser yo el que tenga el privilegio de meterte la verga primero—dijo, su voz llena de orgullo y lujuria.

Katherine Riveros ya sabía que el enano era el autor intelectual, pero se sorprendió por la exactitud del viejo para interrumpir el momento antes de que ella sea inevitablemente cogida.

—¿señor…ufff…usted… como supo cuando debía llamar? —preguntó, su voz temblaba de excitación por la tremenda manoseada que estaba recibiendo.

—¿cómo supe? Jajaja cariiiiño conozco a ese infeliz conserje desde hace muchos años, se cuánto demora en calentar a putitas como tú, ambos hemos trabajado en un cine porno por muchos años y olemos a kilómetros cuando las mujeres calenturientas como tu vienen solo para buscar ser cogidas , no creas que eres la primera mujer que nos cogemos en el cine….aunque debo admitir que si es la primera vez que viene una mujercita tan buena, putitas con el porte, las nalgotas y sobre todo esas ubres que te manejas suelen ser muy caras , pero gracias a ti podre vivir la experiencia de cogerme una puta A1 totalmente gratis jeje

—entonces …lo que me dijo el señor conserje de que tenía que limpiar otra sala…ufff… ¿era mentira?

—pues sí, jaja ¿enserio le creíste? ¿¿¿Tú crees que un vejete tan feo como el preferiría limpiar a cogerse a un manjarcito como tú??? Jaja sí que eres ingenua, todo es parte del plan, ya que si le hubieras dado las nalgas y ese malnacido te hubiera cogido hasta el final lo más seguro es que hubieras saciado tus ganas y ya no podría cogerte, POR ESO trabajamos en equipo, yo me encargo de seleccionar a las putitas y él se encarga de la etapa previa, del calentamiento, del manoseo, luego entro yo, te hago el amor y luego entra el a cogerte por el culito…¿qué te parece nuestro trabajo en conjunto mi querida tetona?

Katherine Riveros estaba sin palabras, realmente cayo redondito en el juego de estos dos vejetes, pero lejos de indignarse su mente solo pensaba en donde estaría el otro viejo en estos momentos.

—ufffff…y el señor conserje ¿dónde está ahora?

—¿de todo lo que te dije eso es lo primero que preguntas?? Jaja si que te dio una buena manoseada, ¿quieres que lo llame ahorita para que te culeemos entre los dos al mismo tiempo?

—¿que? ¡NO! …no…yo solo…uffffff…yo solo quería saber…

—pues es mi hora de gozarte putita, luego que yo acabe le avisare y el vendrá a reclamar tu culito, pero para serte sincero me voy a tomar mi tiempo contigo, es más, me sorprende como ese idiota te haya dejado ir y haya respetado el trato, si hubiera sido yo te culeaba en ese mismo momento.

Con todo lo acontecido Katherine Riveros sabía que si o si iba a terminar cogida por esos dos horribles vejetes, no veía otro escenario donde pudiera salir libre sin que los viejos no se la culeen …y pensar en ese escenario sin escapatoria, lejos de asustarla la calentó aún más.

PARTE VI: el mejor sexo oral

Con la adrenalina a tope, Katherine Riveros no pudo resistir la intensa excitación que la embargaba. El manoseo del enano boletero se volvió aún más intenso, esas arrugadas y callosas manos recorriendo cada centímetro de su piel con tanta destreza, sus dedos se introdujeron por debajo del jean de Katherine Riveros, llegando hasta su ropa interior sintiendo la fina tela de algodón.

El pervertido boletero, ansioso por saciar su lujuria, se puso de rodillas en el piso y en un movimiento brusco deslizo el jean hasta la mitad de sus muslos, exponiéndole el gran y firme trasero que poseía la jovencita.

La situación se volvía más escabrosa por segundos, la adrenalina que sentía Katherine Riveros era indescriptible, no sabía si era miedo o excitación lo que la movía, solo sabía que su coño ya empezaba a mojarse, la sensibilidad en su clítoris era extrema, la idea de que el enano la estuviera manoseando en aquel cuartucho la volvía loca.

Con la boca seca y la respiración jadeando, Katherine Riveros permitió que el enano boletero continuara su camino ascendente por sus muslos. Esas manos expertas recorrieron cada centímetro de su piel suave, acariciando, pellizcando y besando cada pulgada de ese juvenil cuerpo. El enano se detuvo en su ropa interior, que ya estaba empapada de la humedad de su deseo y acercando su nariz al tesoro de la jovencita inhaló profundamente, llenando sus pulmones del embriagador aroma a sexo que emanaba de ella. La joven se estremeció, sus piernas temblando de la emoción, y no pudo evitar abrirse un poquito más, permitiéndole al enano acceder a la joya que se encontraba escondida debajo.

—Mmm, preciosa, huele a que estás preparada para mi —murmuró el enano, su aliento la hacía estremecer. Sus dedos se deslizaron por la tela, buscando la abertura, la hendidura que le permitiría entrar en contacto con su sexo.

Mientras el enano boletero continuaba explorando la intimidad de Katherine Riveros, la joven no podía evitar sentir un extraño y perturbador placer en la humillación. Esas manos expertas hurgando en su ropa interior, acariciando su clítoris empapado y sus dedos deslizando por su abertura caliente. El diálogo se volvía cada vez más lascivo, sus alientos se entremezclaban en la atmósfera cargada de lujuria.

—¿Sabes que tienes un coño delicioso, preciosa? Suave y jugoso, exacto a mi gusto—susurró el horrible señor, metiéndole un dedo en la vagina con habilidad, provocando que la muchacha gimiera suavemente.

—Ay, si… si… me gustan sus manos…

Katherine Riveros no podía creer que le estuviera respondiendo a las vulgaridades que le decía el viejo, su mente se enredaba en la excitación que la envolvía. Más allá del asco y la repulsión, sentía la urgencia de ser tomada, de sentir el calor y la humillación que solo un ser tan despreciable como él podía brindarle.

—¿Te gustó la manoseada que te dio mi compañero, mi linda zorra? Pues eso no es nada, ahora vas a sentir como un verdadero macho trata a su hembra.

El enano, cada vez más emocionado, metió un dedo más, empezando a moverlos lentamente, explorando el interior de la joven universitaria.  En esos momentos, la muchacha se sentía sucia, usada, una simple presa de deseos repugnantes, y eso, paradójicamente, la excitaba aún más.

—Sí, dame, deme todo lo que tenga, por favor… no puedo más—susurró la muchacha

El enano boletero, viendo que la excitación de Katherine Riveros era palpable, no pudo resistir la tentación de darle aún más placer. Retirando suavemente los dedos de su interior le dijo:

—Tranquila, mi reina, no será solo mis dedos los que te harán gritar de placer hoy

Con un movimiento experto, el enano bajo la fina tela que protegía la intimidad de la universitaria, haciendo que Katherine Riveros exponga por completo su sexo húmedo y ansioso. Sin perder un instante, la lamió de abajo hacia arriba, succionando su clítoris erecto y chupando suavemente la humedad que emanaba de su abertura.

Katherine Riveros no se pudo contener y dio un grito ahogado de placer, su espalda se arqueó y sus manos se aferraron a la pared detrás de ella. La sensación de la ruda y caliente lengua del enano en su clítoris era incomparable.

Mientras el viejo la lamía con fervor, sus dedos continuaron explorando su interior, moviéndose de un ritmo suave a uno más intenso, siguiendo el compás del gemido de la joven. Katherine Riveros ya no podía distinguir el miedo del deseo, la humillación del placer, sobre todo porque el enano la miraba a los ojos mientras le hacia el mejor oral de su vida .

—Ay, si… si… ufffff … no pares… —eran las únicas palabras de Katherine Riveros

El enano se detuvo por un instante, disfrutando de la imagen de la muchacha totalmente entregada deseando más, sabía que todos esos años de practica en esos antro de mala muerte con prostitutas baratas estaban dando resultados.

Volvió a la carga, ahora con más decisión, su boca devorando cada centímetro de esa suave vulva, sus dedos entrando y saliendo de ese tesoro con la maestría que solo un hombre de mucha experiencia podía dar. La joven se movía sin control, sus caderas bailando al son de aquella viscosa legua que se movía muy bien dentro de ella y sus alrededores.

Más allá de la fealdad del acto, la sensación era indescriptible. La punta de la lengua del enano, raspando el clítoris de la excitada muchacha, los dedos en su interior, el sonido de su saliva chocando contra su piel, cada movimiento, cada caricia, la acercaba al precipicio del orgasmo. Y en ese instante, el enano se detuvo, jadeando, su cara estaba empapada por la humedad de Katherine Riveros.

—uffffff… ¿señor porqué para?… siga lamiéndome ahí abajo…ufff por favor…

PARTE VII: entregándose por completo

El enano, sin darle opción a Katherine Riveros de responder la lleva bruscamente a una vieja mesa que cruje con el peso, mostrando la impaciencia que sentía por la jovencita, con la respiración agitada, la mira fijamente a los ojos, su rostro denotaba deseo, al instante se saca su verga ya totalmente dura, parecía que iba a estallar en cada minuto.

En un movimiento rápido le quita el jean por completo y lo tira lejos de donde estaban, dejándola totalmente desnuda de la mitad para abajo. Con la excitación en su rostro, comienza a hurgar en la entrada de la excitada jovencita, acariciando la abertura mojada y caliente con la punta de su miembro. Katherine Riveros, entre la confusión, la excitación y la angustia por lo que le sucede, se niega por un instante tratando de cerrar las piernas.

—No, por favor, no la meta…sin un condón—suplica la muchacha, intentando mantener un mínimo de cordura en aquel escenario degradante.

El enano la mira con un brillo malicioso en sus ojos.

—¿Acaso crees que soy un imbécil que se coge a las putas sin protegerse? Tranquila, mi preciosa, ya tengo mi ponchito preparado jeje—dice, haciéndole un guiño a la caliente muchacha.

Sacando un condón del bolsillo de su pantalón, se lo coloca rápidamente, asegurando la protección que Katherine Riveros anhelaba, se acerca a la semidesnuda muchacha de nuevo y pone su miembro a la altura de su vagina, que por la propia humillación y el placer que sentía ella misma abrió las piernas listas para ser penetrada.

Mientras el viejo se acomodaba ella no podía dejar de pensar que se habían saltado varios pasos como el sexo oral que ella pensaba hacerle, que le chupen las tetas o todo previo que ella estaba dispuesta a obedecer, con este viejo boletero, pero solo basto que este repugnante sujeto le hiciera sexo oral para abrirle las piernas por completo

Katherine Riveros echada de espaldas en esa vieja mesa, ya no podía resistir más, se acomodó lo mejor posible empujando las caderas. El enano al ver a esa hermosa mujer prepararse para lo inevitable no lo dudo y empujo una parte de su miembro haciendo que la joven se estremezca y gima por aquel palpitante miembro que empezaba a entrar muy dentro de ella

Comenzando a moverse lentamente, el enano le susurra al oído a Katherine Riveros:

—Ahora vas a sentir lo que es un verdadero hombre, mi linda tetona…

Y con esas palabras, empieza a meter todo su miembro con una facilidad producto del buen oral que le había dado a la jovencita y poco a poco empezó a acelerar el ritmo, la muchacha gemía más y más, aferrándose a la mesa y a la pared, su coño trataba de acomodarse a aquel enano que la penetraba sin piedad, cada embestida más potente que la anterior.

Ya no era solo la calentura del acto lo que la dominaba, era la sensación de ser cogida por un ser que la deseaba sin límites, que la usaría a su antojo, que la veía solo como un pedazo de carne que podía satisfacer su lujuria sin importarle su dignidad. Y ahí, en la soledad de aquel cuartucho, con la excitada mirada del enano y el sonido del cine en la lejanía, Katherine Riveros se rinde por completo al placer, olvidándose de la poca cordura que le quedaba y permitiéndole al enano ser su amo en aquel instante.

El enano boletero continuó empujando su venosa verga adentro de Katherine Riveros, cada embestida era más profunda. La mesa crujía y temblaba al ritmo de los movimientos reproductivos de ambos, su pene tocaba cada rincón de esa jugosa vagina, haciéndola sentir cosas que jamás habría imaginado. Katherine Riveros, incapaz de contenerse, gritó:

—Ah, sí… si… mas… mas… no pares…

El enano, ahora más emocionado por la reacción de la muchacha, aceleró el ritmo, sus manos agarrando fuertemente las caderas, levantándola cada vez que la penetraba.

—Mira cómo me aprietas la verga, zorrita, que deliciosa estás—dijo el enano con sus ojos inundados en perversa lujuria.

Katherine Riveros, con la cara roja del placer y la humillación, jadeando y aferrada a la mesa, no podía creer que estuviera disfrutando de ser usada de aquella manera por un ser tan feo y lo peor es que ella lo alentaba.

—se…señor … si… si… cójame más duro—suplicó la joven, entregada al placer que la consumía.

—ufff…siempre supe que a las putas como tú le gustan los viejos—exclamó, riendo a carcajadas.

La conversación se volvía cada vez más vulgar y excitante, el enano la insultaba y la halagaba a la vez, la hacía sentir sucia y deseada.

—Eres mi putita calenturienta, mi esclava del sexo, la que vino a mi cine a que la cogieran… ahora vas a sentir lo que es un orgasmo real—continuó el enano,  jadeando en su oído.

Mientras el enano la cogía con la pasión de un animal en celo, Katherine Riveros no podía evitar sentir que la vida se le escapaba de las manos, cada embestida la acercaba más a la realidad de lo que era: la presa sexual de unos viejos desvergonzados.

El enano, notando como la jovencita se entregaba completamente al acto, decidió dar un paso más besándola mientras se la cogía, esa boca seca y caliente se pegó a los dulces labios de Katherine Riveros, que sin pensarlo, correspondió al beso, el pervertido boletero, al sentir la suavidad de los labios de la muchacha, se emocionó aún más, y con un movimiento inesperado, levantó las piernas de la muchacha y las puso en sus hombros, para empezar un movimiento mucho más frenético.

Con la respiración agitada, el enano jadeando en su oído le dijo:

—Sabes que no me cojo a putas sin condón, pero tu pareces especial…—dijo mientras su respiración desagradable resonaba en toda la habitación.

Katherine Riveros, que parecía saber lo que se avecinaba, le respondió entre jadeos:

—Pero… usted… dijo que…

El enano la interrumpió con un gruñido.

—tú… tú te sientes tan rica y apretada que merece la pena correr el riesgo, quiero sentir tu coño apretando mi verga completamente al natural—y sin darle oportunidad de responder, la besó de nuevo, metiéndole la lengua en la boca con tanta brutalidad que la muchacha no pudo evitar soltarse y solo le correspondió el beso.

Katherine Riveros no quería ser cogida por temor a quedar embarazada, pero en ese momento se sentía tan bien que quería experimentar como seria hacerlo sin condón, sería la primera vez que lo haría y se lo daría a ese viejo repugnante que jamás soñó en estar siquiera cerca de una joven tan hermosa y de buen cuerpo como ella.

Con un leve movimiento de cabeza ella acepto la petición de ese horrible vejete, el viejo con una sonrisa de oreja a oreja se detuvo y con un movimiento suave, se quitó el condón, su miembro ya reluciente estaba listo para la acción.

El enano boletero, ahora sin condón, penetró a Katherine Riveros con una intensidad renovada. El calor de su duro pene se transmitía a cada fibra del interior de Katherine Riveros, la muchacha no pudo evitar sentir como aquel pedazo de carne la llenaba de placer. El choque de sus fluidos, la pura carne contra carne, era algo que Katherine Riveros jamás hubiera imaginado que disfrutaría. El enano, al sentir el calor de esa joven vagina sin la barrera del preservativo, gruñía de placer, su ritmo se volvía cada vez más salvaje.

—Mira que rica estás, ufffff…. mi putita, sabía que cogerte sin esa mierda de preservativo seria el cielo—dijo el enano, susurrándole groserías en el oído.

—Ay, si… siiiii… ahhhhhh…sin condón… uffffff…se siente …ri…ricoooo…— Katherine Riveros gemía ya sin importarle que alguien pudiera escucharlos.

El viejo, emocionado por la reacción de la muchacha, la besó apasionadamente, intercambiando saliva, su boca recorría el cuello, mordiéndola suavemente y dejándole varias marcas

—Así es, mi zorra, disfruta de la verga de este viejo… si… siéntelo, siéntelo… vas a ser mi putita de por vida, además te voy a marcar tu cuellito con muchos chupetones para que todos sepan que eres mi mujer

Katherine Riveros, sin darse cuenta, empezó a repetir sus groseras palabras, cada insulto que le decía la hacía sentir más deseada, más sucia, más puta.

—Sí, soy tu putita, tu perrita, la que vino a abrirte las piernas… la que se lo chupara cuando quiera…la que te la coges…ufff sin condón…déjeme todas las marcas que desee viejo pervertido— Katherine Riveros decía todo ello totalmente excitada producto de las nuevas sensaciones que sentía, en un tono que jamás hubiera imaginado saldría de su boca.

El enano parando un poco los movimientos frenéticos le dijo:

—¿Que dices? ¿me chuparas la verga? ¿Vas a ser mi putita del cine siempre?

—S.…si… se la quiero chupar… la…la quiero en mi boquita…

El enano se la había estado cogiendo frenéticamente por unos 15-20 minutos donde se dijeron de todo, estaba a punto de explotar, por lo que la bajó de la mesa, la hizo arrodillarse y la empujo contra la esquina de aquel cuartucho

—Tan puta… tan calientita… no puedo creerlo…—dijo, sonriendo de excitación.

Y sin más, la tomo por la nuca acercando su caliente verga a los finos labios de Katherine Riveros que solo se dejaba guiar

—Ahora vas a saborear mi leche, putita calienta vergas…

Y sin darle opción, le metió toda la verga en la pequeña boquita de Katherine Riveros, ahora con la furia de alguien que sabe que se acerca al clímax. Katherine Riveros, ya sin reparos, se inclinó y abrió la boca, ladeando la cara, dispuesta a recibir la descarga del enano. El viejo al notar aquella sumisión, aceleró aún más, empujando su miembro duro contra su garganta, llenando la boca de la jovencita con cada embestida.

—Ahh… aaaaahh… ahí viene putita… ahí viene la lechita, tómatelo todo… ahh… ya… ya… ya…—gritó el enano, en el clímax.

Y en un instante, potentes chorros de semen llenaron la boquita de la universitaria, Katherine Riveros lo tragó todo, no quería que ni una sola gota tocara el piso. El enano la soltó y la muchacha se derrumbó en el piso a descansar un rato totalmente desnuda de mitad para abajo y solo con la blusa totalmente jaloneada

Pero Katherine Riveros no se detuvo allí, se levantó lentamente, se acercó al enano que se había sentado a fumar un cigarrillo y tomando esa verga aun caliente, la metió en su boca, succionando cada gota que aún le salía. El enano la miró sorprendido, sus ojos se abrieron al ver a la muchacha disfrutando de su semen, y no pudo evitar sentir un orgullo malvado por la escena que se presentaba ante él.

—Sí, mi putita… límpiala toda que ahorita se viene el segundo round, vamos a aparearnos toda la noche —le decía, viendo a la joven lamer su miembro aun palpitando mientras le daba una gran bocanada a su cigarro.

Ella, sin mirarlo a la cara, seguía en lo suyo, la degradación era completa, la humillación la llenaba de un placer que jamás creyó que sentiría.

En eso, la puerta de la vieja oficina se abrió de par en par, mostrando al viejo conserje, que miraba la escena con ojos ansiosos.

—¿Listo, jefe? Me toca a mi—preguntó el conserje, su pene ya erecto se notaba totalmente

El enano boletero, dando una bocanada a su cigarro, le sonrió y le dijo:

—Siempre tu tan inoportuno, solo dame un minutito, que limpie bien mi verga y será tuya hasta que me recupere para el segundo round

Katherine Riveros, con la boca aun llena del sabor del semen del enano, sabía que su noche de placer aún no había terminado