Un taxista en la noche

El pasado verano tuve una reunión con compañeros de trabajo, se cenó, se bebió y la diversión fue parar a un table dance de los muchos que existen en Monterrey.

Como no exhibo mi preferencia sexual, acompañé a mis amigos y francamente, me aburrí con el espectáculo, porque ver mujeres desnudas no es mi fuerte, porm´s que enseñen.

Mi espectáculo privado lo disfrutaba en cada vuelta al WC, porque TODOS los tipos que iban a orinar tenían la verga parada… incluso pude conocer y observar muy buenas vergas de mis compañeros…. esto me puso caliente. Imaginé las oportunidades que pudiésemos aprovechar después de esa noche de copas para conocernos más «íntimamente»… sin embargo, cortaba mi sueño pensando que si se habían calentado viendo mujeres desnudas, seguramente no iba a interesarles sexo con un macho.

Llegó la despedida…. busqué un taxi, subí e indiqué mi destino.

Sentía que el pantalón me apretaba los huevos y la verga y en un movimiento impulsivo me acomodé la tela del pantalón y de los boxers.

El taxista me comentó que hacía mucho calor, que él no aguantaría vestido como yo iba. «Por eso yo uso esta camiseta de tirantes y estas bermudas, sudo mucho y luego en esta posición se mojan los huevos…»

Le contesté que estaba de acuerdo con él, que si yo pudiera me quitaba toda la ropa y hasta me aventaría a andar desnudo por la calle.

Él se rio sonoramente y me dijo: «Hay otro problema con el calor; yo estoy caliente por dentro y por fuera, si no me cree, mire, traigo la verga bien dura, tengo varios días sin coger….pero al rato sale un culito».

Le contesté que cuando no había con quien desahogarse, una buena puñeta (masturbada) era relajante.

Él me dijo que a veces sí lo hacía pero que esa noche, tenía que encontrar con quien «picar».

Yo le seguí el juego y le dije: «Sí, puede ser, pero con ese animalote va a estar cabrón que alguien se anime». Esto se lo dije porque se veía un bulto descomunal bajo la bermudas.

Él sin sorprenderse me dijo: «¿A poco se le hace grande?…» se abrió el cierre de la bragueta y sacó una vergota tremendamente gruesa y cabezona (como me gustan), olía a macho, estaba brillante de precum….. me dijo «agárrela». Yo estaba ya listo para soltar mi leche, era tal mi calentura que no pensé en consecuencias… lancé mi mano hasta tocar fuertemente esa reatota sabrosa y me ordenó: «mámala»…. la succioné con algo de trabajo por el grosor….. estacionó el coche en una acera poco alumbrada y seguí mi tarea…. el tipo pujaba y decía incoherencias….. estaba supercaliente…. dio un grito soltó raudales de leche en mi boca…. no acostumbro tragarla, así que la tiré por la ventanilla, pero mi mano seguí asiendo el tronco de esa gran verga y mis dedos estaban pegajosos por tantos «mecos» como decimos en México.

Yo tenía ganas de más… no me animaba a llevarlo a mi casa, pero le hablé por mi celular a un amigo y le dije que llevaba un «invitado»…. Me dio luz verde, le pregunté al taxista que si no le importaba que fuésemos tres en un lugar cómodo y me dijo que estaba puesto, que tenía ganas de disfrutar culo.

Llegamos con mi amigo, nos desnudamos los tres, hicimos una mamada en triángulo, luego nos cogimos previo condón lubricado… Nuestras tres vergas quedaron satisfechas porque cada una probó dos culos…. fue una cogida apoteósica.

Mi amigo hizo trato con el taxista…. lo invitó a visitarlo dos veces a la semana…. se han llevado muy bien…. los he visitado algunas veces y la experiencia es maravillosa.