relatos eróticos ojete

2 relatos

Una suegra muy especial

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Mi mujer Adela, y yo vivimos solo en un viejo y amplísimo apartamento de la costa, donde acostumbramos a vivir casi todo el año, entregados al trabajo de cada uno y después a los mil juegos y placeres de la Erótica Universalis.

Mi tía del campo

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Me sumergí en el pecho de mi tía echándonos ambos en su cama, su olor a hembra ya no me dejaba pensar, quien iba a pensar que mi tía era una mujer tan ardiente, se movía apretando mi cabeza contra ella y me decía, dime que me quieres hacer, dime que le quieres hacer a tu tía, le dije tía quiero lamerte toda, quiero lamer tu concha y tu ojete.