-Nacho. -Lo siento Raúl, yo no tengo dinero, me lo tienen muy controlado. -Jajajaja, no es dinero, quiero follarme a tu abuela. Se quedó paralizado y blanco, pero más paralizado me quedé yo cuando consiguió responder… -Nacho. -Ufffff, no conoces a mi abuela, pero si te da igual…
Dos horas y varios whiskies más tarde, la charla seguía aún en punto muerto. Y si bien yo escuchaba, mi cabeza trataba de desviarse a otras cosas. Pensaba que hacía calor en mi casa, pero que mi tía no se había quitado su impermeable. Y si no se lo quitaba, no podría ver sus torneadas piernas ni sus pechitos.
La particular aventura familiar continúa en un trío frenético donde el tio recibe su bautismo anal.