Atrapada y sin salida
Sintiendo asco, cogió el pene que tenia frente a su cara y se lo llevó a la boca, engullendo el capullo, notó el sabor agridulce de los restos de orina y sudor, el muy cerdo no se había lavado, pensó, pero dejó a un lado sus pensamientos y se concentró en mamarle la polla que ya sentía como se ponía tiesa contra su paladar.