La primera mujer que me follé tenía 20 años, 3 más que yo. Lo hicimos detrás de la puerta trasera de una discoteca de pueblo, en el suelo, en el campo.
Puse mi mano en su sexo, y comprobé que estaba muy mojada. Me tumbé encima de ella, y la penetré de golpe, de una vez, metiéndola con fuerza hasta el fondo de su vagina. Me pareció sensacional ese calor húmedo, ese placer intenso..., me puse un poco nervioso, pero en cuanto empecé a apretar, me di cuenta de que aquello iba a acabar muy bien...
Sus tetas se balanceaban como columpio, de arriba para abajo, y su cara de vieja con placer era maravillosa, cada embestía ella me pedía que se lo hiciera más fuerte, que yo era su manjar, que me iba a comer entero, a lo cual mi excitación se acrecentaba más y más, el final era previsible siempre terminando en su zorra grande y mojada ella mordiéndose los labios o una almohada.