ÁFRICA

Hola a todos, una vez más escribo aquí, no para contarles una experiencia personal, sino una especie de fantasía que me ha rondado la cabeza por estos días. Ahora empezaré la narración, espero les guste.

Mi esposo Jose y yo, fuimos a hacer un safari por Etiopía.

Llegamos a Addis Abeba, capital etíope, esa tarde nos quedamos en el Hotel Ag Palace, para el otro día hacer un recorrido por las afueras de la ciudad, y en grupos iniciar el recorrido hacia el sur del país.

En horas de la tarde y viajando en vehículos 4×4, el cual compartíamos con una pareja de adultos mayores de Europa. La caravana se detuvo en algo así como un estadero, donde podíamos comprar un souvenir, alguna bebida o alimento.

José me hace una mirada maliciosa que me indica que nos separemos un poco del grupo, ya saben que.

Nos hicimos en una bajada y detrás de unos matorrales, yo solo llevaba una camiseta anudada en la cintura , un cachucha y una short, ajustado a la cadera, de grandes bolsillos.

Una vez oculto, Jose empieza a besarme de una manera muy erótica, suelta el nuda de mi blusa, empieza a descender con su boca por mi cuello, suelta los botones de mi blusa uno por uno, desabrocha el sostén y liberará mis senos, de los cual se prenda, succionando como niño famélico.

Suelta la correa y el botón del short, haciendo un espacio para meter su mano, e inicia un suave masaje sobre mi clítoris.

Sigue descendiendo con su lengua por mi vientre, llega a mi ombligo, hala de mi pantalón sacándolo por las piernas, ubica su cabeza en la entrepierna, muerde a lado y lado de mi entrepierna para luego meter su lengua en mi vagina ahhhhhh. Inicia un suave lameteo, mientras que con dos de sus dedos juega dentro de mi vagina.

Cada vez es más fuerte su lengua en mi sexo. Oooooooh. Jose se detiene. besa nuevamente mis labios, se arrodilla frente a mi cabeza, saca su enorme polla colocándola en mi boca, yo no pierdo tiempo e inició una frenética mamada.

Acompasada con el movimiento de su cadera, Jose saca su tranca de mi boca para colocarla en mi lubricada vagina, e inicia un delicioso mete saca, me empiezo a perder en mi, mi cuerpo se empieza a adormecer, aggggg, en ese momento Jose me la saca, yo lo miro a los ojos, y le digo: Amor no me tortures de esta manera.

El me mira, sonríe, me toma de las caderas y gira mi cuerpo para quedar de espalda a él, besa mi espalda, con sus fuertes manos, separa mis nalgas e introduce so lengua en mi esfínter inicia con lengüetazos suaves que fueron aumentando en intensidad y profundidad, introduce un dedo en mi trasero, luego dos, hasta llegar a tres, al cual lo ensaliva y procede a meterme su pene. Creo no soportar más y llegar en un caudal incontenible cuando…

Aaaayyyyyy, grito muy fuerte, José se paró, me pregunta que paso, yo casi llorando le cuento que algo pico mi pierna, Jose mira al horizonte y ya el grupo se alistaba para continuar el recorrido, no se atrevió a llamarlo ya que el estaba semidesnudo y yo completamente en bola.

Sube su pantalón y me dice, esperemos unos segundos que pase el dolor, pero el dolor no se iba, se hacía más intenso y me adormecida la pierna, ya prácticamente había oscurecido, Jose me vistió como pudo, vamos que parece que el grupo ya se marcha. Al tratar de ponerme de pie, no logre hacerlo.

El dolor… aumento, Jose se afana y pasa una de sus manos por mi rostro y dice: parece que tuviese fiebre. En un momento vemos que un nativo se nos acerca y nos dice:

-hello

Jose: yo no hablo ingles.

El Nativo se toca la barbilla y alzando la mano, indica que ya regresa.

Pasados unos minutos llega otro hombre, que le dice a Jose que habla muy bien el español, Jose le explica lo que pasaba y le pregunta donde puede encontrar un médico, a lo cual responde hombre:

Médico nativo de la aldea, poder prepara algo para que su esposa mejore.

Jose: que bien, que tenemos que hacer.

Ayúdeme a llevar a la joven a la aldea, es cerca.

Unos minutos después y ya entrada la noche, llegamos a la aldea.

Jose me lleva en sus brazos, le indican que me deje sobre lo que parece una mesa baja en el centro de la aldea y a unos pasos una fogata. Al llegar un grupo de 8 o 10 adolescentes se nos acercan todos pendientes de Jose y de mi. Mi esposo pregunta por los hombres mayores:

Están el la selva, en ritual sagrado.

Sobre la mesa, estoy yo bañada en sudor, mi Jose con angustia en la voz le pregunta que si pueden iniciar. El hombre levanta sus manos en dirección a la fogata, dice algo que no entendiamos, los adolescentes hacen un circulo en torno a nosotros, las ancianas más allá inicia una especie de rezo. Jose levanta mi cabeza, paré que pudiera beber de un líquido oscuro que me pasaba el aborigen y me dice al oído: animo todo saldrá bien.

Los jóvenes inician una danza alrededor nuestro, busco con la mirada a Jose y ya no lo encuentro, al fondo suena un golpe de tambor por espacio de un minuto aproximadamente, las mujeres, en su mayoría mayores, hacen sonar suavemente algo parecido a una castañuela.

El aborigen coloca una mano en mi vientre, aprovechando que la blusa está mal abotonada, levanta una mano e inicia una especie de plegaria, luego con las dos manos toma un pequeño recipiente que le pasa uno de los jóvenes, vierte parte del contenido en mi ombligo, una especie de aceite aromático, masajea mi vientre, sus manos se deslizan con facilidad debido al líquido en mi vientre, dos jóvenes a cada lado de mi sostienen mis brazos, todos alrededor mío eran jóvenes, negros, esbeltos, con líneas de colores en su rostro, cintas o pequeñas manillas de colores en muñecas y tobillos y pequeñas telas de lo que parecía ser lana cruda de colores vivos en su cintura.

De un momento a otro el nativo que hacía las veces de chaman jala con fuerza de las dos puntas de mi blusa, salen volando los botones que aún cerraban parte de mi blusa y quedan al descubierto mis enormes senos, el chaman esparce el líquido en ellos, el masaje ya es algo más que erótico, to trato de safarme, pero los dos jóvenes a mi costado lo impiden, al brujo le pasan encendido algo parecido a un tabaco cubano, el le da una gran calado, posteriormente bota el humo en mi rostro.

Ya a esta altura no masajeaba mis senos, solo apretaba y halaba mis pezones, el humo que inhale me transporto, mis sentidos se activaron, todo lo veía lejos, como cuando uno se ha pasado un poco de copas. Con un cuchillo artesanal cortan al lado y lado del short, quedando mi sexo al descubierto, el alboroto aumenta, Jose en su afán por ayudarme no me coloco la ropa interior, quedo completamente expuesta.

Al fondo las castañuelas:

Shiiiiii..shiíiii…..sh

Un tambor:

Tummmmm………..tummmm…

El chaman recorre de forma sexual mi cuerpo con sus manos, en ocasiones, mete hasta cuatro dedos en mi vagina, mis manos están libres, yo soy la que me agarro fuerte mente, miro y resulta que me agarro con cada una de mis manos, pollones negros, a los cuales masajeo con frenesí.

Levanto la cabeza y un joven se mete entre mis piernas, yo solo veo su silueta, ojos y dientes, que parecían sonreír, con una mano levanta du pene para que lo vea, mientras con la otra aprieta sus huevos, suelta su pene sobre mi pelvis, cae como algo macizo, fuerte,

Shiíiii…schiiiiiiii……..

Las castañuelas, toma nuevamente su pene, pasa su glande en medio de mis labios vaginales, los abre,

Tummmm……

Un golpe retumbante del tambor, me entierra la porra,

Tummmmm……..

un golpe mas fuerte y prolongado del tambor.

Entierra toda su herramienta en mi, que debido a la gran lubricación entro sin problema, ahhhhhhh. Muevo mi cadera, como pidiéndole a este hombre más y más, yo giro y giro mi cabeza para poder succionar e intercalar los penes que se ofrecen y proporcionarles el mayor deleite posible.

Un chorro de semen inunda mi boca, yo lo trago de inmediato, lo chupo y masturbo con rapidez, para que me de hasta la ultima gota de tetero. Al otro lado siento como empiezan a bañar mis mejillas y cuello, al mismo tiempo que mi interior se llena de leche caliente y abundante.

Silencio total, me pasan una pequeña toalla con la que me limpio. Todos los adolescentes se apartan un paso de mi, uno de los jóvenes me tiende una mano, me siento, abren un pequeño camino de penes frente a mi, al final y sentado sobre un tronco, uno de los jóvenes masajea con ambas manos su miembro erecto, doy un paso hacia él.

Shiiii……, las castañuelas, ahora camino decididamente.

Ahora me arrodillo frente a este mástil, trato de tragarlo, pero solo entra el glande.

Tummmmmm……, el tambor.

Levanto la mirada, el joven me mira asustado, yo hago mi mejor trabajo con lo poco que cabe en mi boca, mientras le masturbo con ambas manos,

Schhhhhiíiiiii…….

Mi Jose lo tiene enorme, pero la de el me lo puedo tragar hasta la mitad, este es otro nivel, veo a mi lado una un recipiente con el líquido que anteriormente mu han ungido, vierto su contenido en el glande del hombre, con mis monos lo esparzo completamente, un ultimo pico, mi giro, y quedo un poco impresionado, los veo la silueta de los adolescentes que antes me rodeaban ahora están sentados en el suelo, acariciando de maneras diversas sus pollones, contemplan el espectáculo en silencio, casi sin pestañear, yo me siento poderosa, el joven tras de mi vuelve y sostiene su tranca con ambas manos, yo lo tomo por el glande y la dirijo a la entrada de mi vagina, los demás abren aun más lo ojos y estiran su cuello, tratando de ver mejor el espectáculo,

Schiiii…….. a lo lejos las castañuelas, las mujeres no paran de danzar y cantar.

Un momento, había que dar un mejor espectáculo a estos jóvenes, muevo el glande un poco más atrás, a la entrada de mi orto, alfin y acabo mi culito había quedado hambriento con la faena inconclusa con Jose.

Tummmmmn………….

Schiiiii……..

El glande se incrusta dentro de mi, no hay problema, quito mi mano.

Tummmmmm….

Unos centímetros más, ooohhhhhh

pummmmm….

Siento la mano del joven que aún sostiene ese hermoso mástil, espero unos segundos, muevo la cabeza lentamente y en círculos, el cabello cubre mi rostro, quito la mano del joven.

Tummmm……..

Uuuuummmm……., un poco más adentro, él retira su ultima mano, sigo descendiendo atraves de ese mástil, hasta que que completamente sentada en su pelvis, ahhhhhhh…..

Tuuuuummmmm…….

Taaaaammmmmm…

Tummmmmmm…..

Doy tres círculos, buscando el acople perfecto,

Schiiiiii………

Shiiiiiiii…….schiiiiiiii.

Pefeeeectoooo….

El sujeta mis caderas, ¡un momento, el espectáculo es mío, todos contemplan mi faena!. Golpeo con mis glúteos su pelvis, un corrientrazo recorre mi cuerpo, a pesar de estar empalada floto. Aaahhhhhhhh, ohhhhhh, le baño el falo y los testiculos con mi fluidos.

Tun, tun, tum tum, tum

Dchiiii’ schiii.schiii..

Entre abro los ojos, todo es algarabía y baile, ya no tengo espectadores, todos los jóvenes están entorno a mi, acarician, besan, muerden y acarician mi cuerpo como pueden.

Yo no paro en mi cabalgata desenfrenada, con los dedos enterrados en las piernas de mi verdugo, uno de ellos se abre camino entre mis piernas, levanta mis piernas sobre sus hombros, abligandondome a acostarme sobre mi hermoso empalador y….empieza a comerse mi coñito, ummmmmm. Yo ya no controlo los movimientos, son ellos los que de manera rítmica y acompasada me perforan, no, noooo, no quiero tan rapido. Ahhh, ahhhhh, ahhhhuuuuu……al tiempo que los músculos de mis comensales se tensan y me llenan de litros de leche.

El que esta en mi vagina se retira, aprovechó para acariciar los huevos a mi nuevo juguete, ummmm, completamente lavaditos, saboreo mi mano.

Veo un joven acostado en el suelo que juega con su herramienta, pero en ese momento uno de ellos vuelve y entra en mi, me bombea un par de veces, saca su miembro y me da un baño de leche, otro chico quiere tomar su lugar, pero yo se lo impido, empiezo a levantarme saliendo la herramienta de mi chico completamente flácida.

Me dirijo al joven que está en el piso, me coloco en cuatro y empiezo a chupar, mientras pongo en pompa mi trasero, yo chupo, estos niñatos entran y salen de mi sin compasión ahora en mi vagina, ahora en mi trasero, siento chorros de semen llenar mi vientre, llenar mis intestinos, escurren por mi espalda, yo no paro de chupar, esa lechecita tiene que ser mía.

Veo al hombrecito que empieza a convulsionar, llena mu boca de teterito caliente, lamo hasta las pocas gotas que escurre por esa bella espada, ahora sus huevos y nuevamente con mi trasero llenoooo…..oooooaaaaahhhhhhhhh, llego nuevamente en un torrente de fluidos vaginales que se entremezclan con los fluidos masculinos, de poder me los hubiese tomado todo. Al fondo los tambores y las guirnaldas van bajando la intensidad, yo me dejo caer de medio lado y todo se nubla.

Cuando abro los ojos la luz del sol me enceguece, me encuentro en una cama de hospital, cuando me muevo una enfermera sale rápidamente, veo a lado y lado y en una cama contigua a la mía está Jose, la enfermera regresa acompañada de un hombre que luce una bata blanca. Buenos días, soy el médico Gómez, fueron traídos aquí por unos de sus campaneros de viaje, me puede contar qué les paso señora Maira.

-Realmente no estoy segura, digo

– mire señora, cuando los trajeron estaban en medio del camino, su esposo estaba como inconsciente, pero usted; umm tenía la ropa medio puesta y su cuerpo estaba completamente bañado en una especie de aceite natural y sem…, bueno sin un análisis completo no podemos decir exactamente que es, pero aquí no contamos con el equipo necesario, tendríamos que trasladar las muestras a otro lugar, esto demoraría varios días y depende si ustedes declaran haber sido víctimas de algún acto violento, hurto o acceso carnal violento, cuéntenos que les paso. Mi Jose que estuvo atento todo en tiempo, con una expresión de extrañeza comenta;

-Realmente no recuerdo.

Y usted señora Maira:

Recuerdo haber estado en una especie de rito africano, ya que no me estaba bien de salud.

El medico hace una mueca despectiva y agrega.

Las tribus africanas se encuentran al sur de aquí, ya no hacen los rituales que usted sugiere, ya que en su mayoría son cristianos o musulmanes.

El médico me da la espalda y me dice; en unos cinco minutos la llamo al consultorio para que sea revisada por un ginecólogo y descartar cualquier agresión, ya que en sus cuerpos no se encontró señales de violencia. Antes que el galeno saliera de la sala mi esposo dice: ¡es cierto lo que dice mi esposa, estuvimos en ese ritual, yo tocaba los tambores!.

Los tres nos miramos al tiempo, el médico sonríe ligeramente.

– En unos minutos la llamamos señora.

Espero les haya gustado mi relato, espero sus comentarios, si quieren que continúe con la historia.

Gracias por leerme.

Maira.