Capítulo 2

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LA CUIDADORA DE MI MADRE (Capitulo II)

By Alex ®

Tengo que admitir que la primera zurra que me dio, me dolió tres buenos días, cuando me duchaba y el agua corría por mi espalda y por mis nalgas me escocia y eso me provocaba grandes recuerdos y alguna que otra excitación.

Zurra bien y fuerte la condenada y eso que nunca, había utilizado la zapatilla.

Pensé en Loli y le quise enviar unas flores, pero creí que le haría mucha más falta el dinero, por lo que puse 300 euros en un sobre y puse su nombre en él, se lo di a mi madre para que se lo entregara, ya que yo por motivos profesionales, me iba de viaje a Asia y no regresaba, en menos de dos semanas.

Estaba en el aeropuerto, esperando el avión para salir de Bangkok y me sonó el móvil, vi que era Loli y me asusté, pues nunca me llamaba, pensé que a mi madre le había pasado algo.

Me puse y un terremoto de gritos e insultos,

¿Que, qué me había pensado, que ella era una puta?,

Bueno intente interrumpirla y al final opte por dejarla que se desahogase, lo último que dijo fue,

Si lo tuviera aquí delante, le daba una de la que no iba a salir ileso, estúpido, niño pijo de mierda y me colgó.

Decidí no devolverle la llamada, que se le pasara el enfado y cara a cara explicarle mis motivos.

A mi regreso, fui a ver a mi madre y estaba ella acostándola, esperé a que acabara para hablar.

Me vio y le cambio el semblante e intento pasar por delante mío, como si no me hubiera visto, la pare y le pedí por favor que fuéramos a tomarnos un agua, una cerveza al bar de enfrente, que quería hablar con ella cinco minutos, que había habido un mal entendido,

No tengo nada que hablar Ud., se sacó del bolso el sobre y me dijo métaselo por el culo.

Después de insistir y pedirle mil veces por favor déjame que te explique, ella volvía a dirigirse a mí de Ud., yo sin embargo la seguí tuteando, finalmente de mala gana acepto.

Deje a que se volviera a desahogar

Pero qué se ha pensado, me ha tratado como a una puta, que ella era pobre, pero decente,

Le intente coger de las manos y las retiro y las puso en su regazo.

Cuando entendí que había acabado le dije que estaba totalmente equivocada, que me merecía una gran admiración y respeto y qué bajo ningún concepto, el sobre significaba el pago a los servicios de una puta.

Le conté la verdad, que quería agradecerle el rato tan agradable que pase contigo, y que me dio la impresión, que también ella lo había pasado conmigo y que pensé en enviarle una ramo de flores, pero reconozco que soy un patán y muy práctico y creí que tú, te estas deslomando trabajando, no sé cuántas horas al día, para tirar a tu familia adelante y que te seria de mayor ayuda ese dinero, que unas flores, así además, puedes comprarte un par más de zapatillas, porque pienso que tienes pocas, eso le hizo gracia, se sonrió y el semblante de su cara se dulcifico.

Loli, tienes claro, que no he pretendido ofenderte, aunque no lo haya hecho del todo bien, me perdonas si te has sentido mal y sonriendo me cogió de las manos y me dijo que si

De todas formas estoy muy enfadada contigo, pues me has  engañado, que ya me lo explicaría en otro momento, que tenía que ir a casa a preparar la cena para su hijo.

Yo volvía a irme de viaje y tarde en volverla a ver, diez días, me acerque y ver a mi madre coincidiendo, con ella, me espere a que la acostara y nos quedamos charlando en el comedor, que era la zona más alejada de la habitación.

Me dijo que era un sinvergüenza, y que la había engañado y que no era la primera vez que me habían dado una zurra, y no me refiero, a las que te debieron de dar de pequeño. ¿quién eres, que eres Alex, porque me has engañado? que tonta he sido, todo el mundo me engaña, pensé que tu no tenías ni idea y que te hacía ilusión te diera unos azotes y por eso creí que a los 25/30 azotes me dirías basta.

Tienes toda la razón del mundo, pero no te engañe, más bien te oculte, lo que sucede es que lo que paso no debió pasar nunca, y no me arrepiento en absoluto, me gusto, me encanto y si tu quisieras me gustaría repetir, pero deja que te explique.

Tengo desde hace mucho tiempo la fantasía de que me azoten en el culo, con la zapatilla u otra cosa, pero no lo hago en Barcelona, por lo motivos que te puedes imaginar. Aprovecho mis muchos viajes para hacerlo y cumplir mis fantasías, y casi como los marineros, una mujer en cada puerto.

Mira una de las personas con las que mejor me siento, está en Sevilla, lástima que voy poco por esa ciudad, cuando la llamo para quedar ya me pongo a cien solo con escucharla lo que me dice, que me va a pasar, que me lo piense bien, etc.

Ella me ha insistido, que tiene una amiga en Barcelona, que es un fenómeno en este tema y siempre le he contestado que, en Barcelona, esas cosas no las hago.

¿Qué me paso contigo?, tus zapatillas me embriagaron, no podía quitármelas de la cabeza, y el día que te oí le decías a mi madre, la zurra que le habías dado a tu hijo, estuve soñando muchas noches, en ser yo el que estuviera en tu regazo, recibiendo unos buenos azotes.

Por otro lado, la prudencia me decía que no, que era una locura, por eso nunca me decidí a decirte nada, fuiste tu que el verme embelesado cada día que te veía en tus pies tus zapatillas la que me soltaste

 “A Ud. le gustaría le diera una zurra con las zapatillas” se sonrojo,

Y a mí se me abrió el cielo y hasta hoy, eso es absolutamente toda la verdad y nada más que la verdad.

Sin tiempo a que reflexionara le dije, si tú quieres, me encantaría volver a repetir y volver a estar encima de tu regazo con el culo al aire, esperando el castigo. Se sonrió y dijo

Ya veremos, me lo tengo que pensar, además me das un poco de miedo.

¿Miedo?

Si, miedo y mucho.

¿Porque?

Porque estoy tan enfadada, qué si te cojo, no paro de azotarte hasta romperte la zapatilla en el culo.

Miro el reloj y la acompañe a su casa y quedamos que ya hablaríamos

Tarde en volver y coincidir con ella casi dos semanas, debido a mis múltiples viajes.

La primera vez que la vi, después de la charla, iba calzada con deportivas, me sorprendió y creo que con ese detalle contesto a mi petición.

Yo seguí con mis amigas en diferentes ciudades aprovechando viajes y conseguí olvidarme de esa idea, habían pasado más de seis meses.

Entré en casa de mi madre y sorpresa, no llevaba las deportivas, iba con zapatillas y estuvo muy simpática conmigo, cuando en presencia de mi madre, ella se retiraba por si yo tenía algo que decirle. En ese sentido era muy correcta. Era mi madre que la llamaba y le decía venga Loli y escuche lo que me dice mi hijo.

Espere a que la acostara y fui directo al grano, el cambio de las zapatillas por las deportivas, es un sí,

Ella me dijo que probara

Le pedí si quería darme una buena zurra con lo que quisiera.

Estas seguro de lo que me pides, ¿no temes te azote hasta romper la zapatilla en tu culo?

Me expondré, respondí

Quedamos como la otra vez, el sábado a las 10,00 en casa de mi madre, yo llegué antes y ya puse la silla baja en el salón, entro y llevaba otra bolsa con dos pares de zapatillas, más las que llevaba puestas, yo volví a elegir dos.

Son todas iguales solo cambia el colorido y la tela, cerradas por delante, abiertas por detrás, con un pequeño talón y la suela de color amarilla, con sus granitos, que picaban a culo desnudo una barbaridad, me entretuve un buen rato mirando las suelas.

Había un par sin estrenar aún y delante de ella besé y lamí la suela.

Te gustan estas, perfecto, ya veremos si cuando acabo las sigues besando y de paso quítate ya los pantalones, vamos a ir al grano, se calzo las zapatillas que había elegido,

Eran de una color medio granate y rojo muy difuminados los colores, son una tela en el empeine medio aterciopelada, pero a la vez medio de seda.

Se sentó y se subió la falda, una vez en calzoncillos, me puse en su regazo, me acomodo y me empezó a azotar con la mano,

Azotes fuertes y espaciados, pero muy fuertes al poco, empezaron a caérseme las lágrimas,

Tengo ganas de que también pruebes mi mano, ya me diras ¿si con ella los azotes también duelen?,

Le conté que dolía mucho, me dio 10/12 más y me pidió

Quitate los calzoncillos, me volvió a colocar bien y con el culo al aire, volvió a azotarme con la mano, esta vez igual de fuerte eso creo yo, pero con una cadencia mucho más rápida, no me había repuesto del azote en la nalga derecha, que ya caía el de la izquierda, yo calculo, que conmigo sobrepaso los 100 azotes con la mano,

Paro y me dijo

¿Cómo estas, paramos o seguimos?

Le dije que dolía mucho, que tenía razón, que zurraba muy fuerte con la mano, pero que estaba bien.

Nos levantamos y fue a buscar dos vasos de agua, me ofreció y bebi un poco, entonces ella levanto la pierna y se sacó la zapatilla derecha, esa imagen me vuelve loco, ya ,lo explique en el capítulo anterior, me excita una barbaridad, pero loco de verdad, se sentó con la zapatilla en la mano y me indicó me pusiera bien.

No digo que empezó, siguió azotándome fuerte y rápido, la zapatilla hacia un poco más de ruido que la mano, plis, plas, plis plas, lloraba como un crio, me dolía un montón, pero igual que la otra vez, le puse el culo un poco más en pompa, ella lo noto y me zurro mucho más fuerte, cada azote me hacía mover de dolor, me dije a mi mismo, que los contaría, pero me desconté calculo me cayeron unos cien más.

Sal y bajate, bebe un poco de agua, ella hizo lo mismo. Descansa un poco

Me senté en el suelo y el frio de la baldosa me alivio un poco, pero al estar sentado me dolía y mucho el culo.

Alex esto no esta bien, esta será la ultima vez que te zurre. Yo nunca habia zurrado a nadie, salvo a Lucas (su hijo) y con motivos y como sabes siempre con la mano.

Nunca habia cogido una zapatilla como el otro dia y hoy y tengo que confesar que me gusto y estuve muchos días queriendo volverte a tener en mi regazo y volverte a zurrar, ese precioso culo que tienes.

Tu miras las zapatillas de una mujer, pues que sepas que yo miro el culo de un hombre.

Esto nuestro si seguimos no acabara bien, lo entiendes?, tu o yo querremos más y eso no puede pasar.

Le respondí que me sabía mal, pero que la entendía y por supuesto aceptaba su decisión.

Estas preparado y listo para recibir la última parte de la zurra y que como despedida, me iba a acordar de ella durante mucho tiempo,

Se sentó y me puse encima suyo, me pidió le diera la zapatilla izquierda, ella hizo un gesto y se la me medio saco del pie, la cogí mire la suela y la bese, y le di la zapatilla, me acomodo bien y empezó de nuevo fuerte, muy fuerte o eso es lo que percibía, teniendo en cuenta los que llevaba ya encima, un poco más lentos, yo lloraba y entonces en el momento más crítico de la zurra para mí, empecé a notar que me estaba excitando, ella lo debió notar entre sus piernas y me volvió a acomodar en su falda y siguió con los azotes fuertes manteniendo la cadencia, perdí el oremus, estaba en el cielo, con el culo me imagino amoratado e hirviendo de caliente, la provocaba y se lo subía y se lo ponía bien en pompa, ella reaccionaba azotándome más fuerte, note que hubo un momento que medio paro de azotarme y note se estremecia.

Una vez repuesta, me dijo me he excitado tanto azotandote que me he corrido como una loba.

Cuéntalos, son los últimos 25 azotes,

Yo creo que los últimos y los más fuertes, que me habían dado hasta el momento, no recuerdo en los muchos años que llevo, unos azotes tan fuertes como aquellos, lentos eso sí, uno…dos…tres, cuatro….cinco…veinticuatro…y veinticinco. Dejo caer la zapatilla y se la calzo.

Dijo Y FIN.

Dame la crema del bolso.

Estuvo mucho rato poniéndomela en las nalgas, y diciéndome, esta ha sido, mucho más fuerte que la anterior¡, tendrías que ver cómo te he dejado el culo, lo tienes amoratado de tantos azotes.

Relajados ya, aunque ambos sudorosos, y mientras me masajeaba el culo, me pregunto.

¿Allí donde vas, te zurran tan fuerte como yo, mas o menos que yo?

Le comenté que normalmente no, eran zurras de unos doscientos azotes, más o menos, pero no tan fuertes todo y que me gustaban.

¿Con que frecuencia sueles ir?

Le dije depende si viajo o no, lo máximo es una vez por semana, como mucho, normalmente dos zurras al mes, pero por supuesto, no del tipo como las tuyas, las tuyas no las podría aguantar una ni cada semana, ni cada quince días

¿Qué no te gustan mis zurras?,

Me encantan le dije, pero se nota que salen del corazón, por placer, por agradar, las otras son parte de un trabajo, salvo las de Pat, la de Sevilla, que hoy por hoy, ante todo es una gran amiga, ya hace mucho tiempo ha dejado de cobrarme, si puedo la invito a cenar, luego se viene a mi hotel, me zurra y se queda a dormir.

Me repitió que esta era la última y me pidió por favor, no insistiera, le dije que de acuerdo.

Recogió sus cosas, llevo la silla a la habitación y nos despedimos con un beso en los labios muy casto

Alex

Nota:

-Este relato también ha sido retocado del inicial.

-Sigo buscando a mi spanker, ama y señora muy dominante, para tener una relación virtual conmigo, con el fin de intercambiar ideas y experiencias.

-Mi correo es alexabelloalex@gmail.com

 

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