La depilación I
Y sin mas, empezó a pasar una rasuradora eléctrica por el pecho. Resultaba agradable, así que cerré los ojos y me relajé. La máquina avanzaba a buen ritmo, de modo que enseguida pasó a limpiar el vientre. Luego me pidió que levantara los brazos y se concentró en los sobacos. Antes de que me diera cuenta, ya estaba atacando el vello del pubis.