Empecé a besarla lentamente hasta que la tenía casi atorada en la garganta, húmeda entera mientras con mis manos jugaba con sus pelotas y le metía uno de mis dedos, a modo de venganza, dentro de su propio culo.
La tienda era más bien pequeña pero contaba con un amplio sótano que hacía las funciones de almacén. Lo deduje, en un principio, ya que la muchacha bajaba numerosas veces a reponer el pan que vendía.
Le pregunte que que tal le parecía el método y él me dijo que era muy bueno entonces le dije que comprobara a ver que tan bueno era y el sin mas recato se lo engullo todo hasta la base no entiendo como lo hizo pero lo hizo, entonces empezó a sobarlo y mamarlo rítmicamente esto me puso a cien....