relatos eróticos preciosas piernas

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Sorprendió a su madre mirando, mientras ella y su ama enloquecían sus cuerpos de placer, convirtiéndose la caliente mirona en su nueva esclava

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Me tuvo que separar la boca del pene porque estaba realmente muy concentrada en eso. Se subió a la cama, se sentó y recargando su espalda en la cabecera. Extendió sus preciosas piernas. Y me indico que me subiera en él. Poco a poco sentí como se me iba hundiendo en mi pequeña puchita, mientras mi cara era de una mezcla de dolor y placer.