Acampada

Mi relato ocurrió hace unos tres meses, justo dos días antes de mi cumpleaños; yo tenia aún los dieciocho, y mis amigos oscilaban entre los diecisiete y los veinte.

Todo empezó una tarde de sábado, cuando estábamos todos aburridísimos en uno de los bancos del patio del instituto, donde desde hacia tiempo nos reuníamos a partir de las cuatro de la tarde.

Solíamos ser unos cuantos, pero los asiduos éramos nueve: tres parejas (entre ellas yo y mi novia ), dos chicas y un chico.

Nunca sabíamos que hacer ya que era a primera hora de la tarde y como siempre pasaban las horas rutinariamente, hablando de cómo había ido el fin de semana pasado y las borracheras que habíamos pillado.

-Vamos al cine?- dijo mi novia.

Siempre al cine… y al final nunca íbamos porque nadie se ponía de acuerdo. Unos querían ir al cine, otros a tomar algo al pueblo de al lado y otros a dar vueltas en coche. Al final acabábamos como siempre allí sentados fumándonos nuestro cigarrillo y llegando a las ocho sin haber hecho nada.

Pero de pronto (y como siempre) mi novia propuso algo. No, no era ir al cine… Era algo diferente, pero que a todos nos convenció: -Que tal si para salir de la rutina nos vamos de acampada o hacemos algo diferente el finde que viene?-. Porqué no? pensamos todos, y en un momento empezaron a salir ideas de todas partes: traernos pollos para asar al fuego, bebidas, alcohol a saco, tabaco, radiocassete… Y al poco rato ya habíamos hecho el planning y habíamos quedado todos para ir el próximo sábado a acampar a unos prados que hay encima de una montaña de los alrededores. Era perfecto, no vivía nadie en 10 km. a la redonda y allí solo podía subirse a pata, o sea, ni polis ni nada que nos estorbara.

Al fin llegó el sábado, yo y mi novia pusimos las cosas en la misma maleta, cogí el coche y fui hasta el pie de la montaña, donde ya estaban todos. Solo faltaban el Javi y la Marta, y tenían las bebidas. Nos estuvimos esperando varios minutos pero al final llegaron, cogidos de la mano como siempre y con las bebidas en el maletero de su flamante Clio 16V.

Empezamos a subir cuesta arriba, y al poco rato mi novia ya no podía. Ahora tenía que acarrear nuestra mochila, una tienda y a mi novia: vaya palo… Siempre que teníamos que caminar la tenia que esperar y ayudar. Me enfadé pero ella me calmó con sus palabras: -Tranqui cariño, cuando lleguemos arriba te recompensaré.- me susurró. Bueno, al menos de algo serviría la subidita… Y una vez arriba nos fuimos yo y ella detrás de unos matorrales, me bajó los pantalones, me tumbé al suelo y empezó a chupármela como nunca… Estaba en la gloria. No se si seria por el cansancio, pero me lo estaba haciendo de maravilla. Al poco rato paró y me empezó a subir los pantalones. – Pero que haces, te has vuelto loca! No puedes dejarme así- le dije enfadado. Pero ella replicó – Tienes que reservar fuerzas para la noche mi vida, te voy a dar mucha caña en la tienda…- Yo le pedí que acabara, pero ella me hizo escoger entre acabar la mamada o una noche inolvidable. Y yo, como es de suponer, aunque en aquellos momentos me lo pensé, escogí la noche… Vaya noche, creo que tardaré muchísimo tiempo en olvidarla. Las chicas y yo Montamos las 4 tiendas, y los otros fueron a buscar leña a los alrededores para hacer un buen fuego. Era verano, pero que seria una acampada sin un fuego?

Y al fin llegó la noche, y llegaron los cubatas, las cervezas, los chupitos, y al final las risas. Todos íbamos muy borrachos, bueno, solo 2 iban un poco pasados, los otros estábamos en aquel momento en que te lo pasas de puta madre y no tienes vergüenza de nada. Mi novia tocándome la polla y los otros riéndose, el Javi metiéndole mano a su novia y el Miguel simulando que le comía las partes a la Ester… Total, un cachondeo.

Empezamos a hablar de aventuras pasadas, anécdotas y cosas que nos habían pasado juntos, hasta que salió un tema tabú entre nosotros. Aquella noche que probé los besos de Sara, mi novia. Habíamos jurado que no hablaríamos mas de ello, pero lógicamente y tal como íbamos salió.

-Os acordáis aquella noche en casa del Moni?- Nadie dijo que sí ni tampoco que no. Aquella noche jugamos al conejo de la suerte ( aquello de dar a un beso a quien te toca ), y acabamos todos enrollándonos.

La había cagado de pleno.

Pero no… todos empezaron a hablar y comentar con total normalidad lo que pasó aquel día. Hasta Sara me recordó que fue aquella noche la primera en que nos enrollamos… Y después de risas y miraditas decidimos volver a jugar al conejito pero con la condición de no acabar como el verano pasado.

Y como habíamos acordado, no acabamos mal. Acabamos aburridísimos, porqué al ser tres parejas daba corte alargar el morreo, por mucho que te gustara, ya que era la novia de un colega.

Después Moni propuso otro juego, ella era la que iba menos borracha. No tenía novio y nos propuso un juego nuevo. Ella seria la madre y nosotros sus esclavos. Teníamos que elegir entre «verdad, acción o beso» y si no dar una pieza de ropa a cada uno de los esclavos.

Y así empezamos, muy aficionados, al juego que nos había propuesto la guarra de Moni, y digo guarra porque estaba todo el día hablando de sexo. A ver lo que nos esperaba.

El primero en escoger fue Javi, el novio de Marta, y lógicamente escogió «verdad» como todos nosotros en la primera ronda. Era lo más fácil: la madre te decía algo y tu lo tenias que afirmar por muy falso o malo que fuera. Por ejemplo a Jonas creo que le preguntó si era verdad que se masturbaba pensando en Rociito (que fuerte ). Y así pasamos todos la primera ronda sin ninguna dificultad.

La segunda ronda ya se puso más caliente, algunos elegían beso, y otros acción. El orden del grupo era el siguiente: Javi, Marta, Miguel, Ester, Pedro, Ana (estos dos no eran pareja), yo, Sara y Moni.

Javi escogió el beso, y se lo tuvo que dar a Ana, con la condición que durara como mínimo dos minutos. Y duraron. Javi ya se estaba poniendo, y Marta tope de cabreada. Marta escogió también el beso, para vengarse de Javi seguramente, y le tocó besar a Miguel. Le tenia al lado y casi ni se movió para darle un morreo de dos minutos y siete segundos, que se hicieron eternos para Javi.

Miguel escogió «acción», porque no vio lo del beso muy claro, y confiaba en que Moni no se pasaría ni un pelo. Pero no fue así. Moni hizo practicarle un «striptease» hasta quedarse completamente en pelotas.

Ester se opuso totalmente, pero todos presionamos a la pareja, que al final cedió y Javi tuvo que dar ocho piezas de ropa. Una para cada uno de nosotros. Total, que se quedó casi como si hubiera hecho el «striptease» ya que ocho piezas eran muchas, y en verano se va escaso de ropa. Se quedó en calzoncillos, y le dejamos contar el reloj como prenda de ropa.

Ester escogió beso, y lógicamente me tocó a mi, ya que habíamos estado enrollados hacia años. Estuvo bien recordar el pasado.

Pedro escogió acción, ya que al no tener pareja iba un poco quemado y se estaba poniendo caliente. Y Moni le obligó a masturbarse delante de todos nosotros. Y lo hizo. Las chicas lo miraban atentamente, debían estar poniéndose cachondas también. Y Pedro acabó corriéndose en varios espasmos de placer quedando tirado al suelo.

Ahora le tocaba a Ana, que aun estaba embobada mirándose la corrida de Pedro. -Tendrás que hacernos un «streptease», Miguel nos ha dejado con las ganas-. Dijo Moni. Ana no aceptó. Y tuvo que dar ocho de sus prendas. Suerte que tenia el zapato de Miguel, sino hubiera tenido que mostrándonos sus bellos y grandes pechos. Se quedo con las bragas y el sostén.

Yo no podía dejar de mirármela. Ese cuerpo esbelto y bien formado, con esas grandes tetas donde se entreveía el pezón un poco duro por el frescor de la noche, o por lo cachonda que la puso la paja de Pedro.

Y al fin me tocó a mí, y escogí el beso. Y tuve que dárselo a Ana. La muy pícara de Moni había notado las miradas que le hacía…

Ya era mi segundo beso en la noche. Y que beso… Esa sensación de besar a una chica medio desnuda, delante de mis amigos y mi novia me ponía de lo más cachondo.

Noté que Ana estaba muy puesta, ya que la intensidad de los movimientos de su lengua la delataba. Sara, al lado, veía lo bien que me lo estaba pasando con otra chica y creo que esto le encantaba. La iba mirando mientras besaba a Ana y notaba que su excitación crecía y crecía… Era una sensación nueva y muy extraña que me llenaba de placer.

Era el turno de Sara y yo estaba ansioso para ver que escogía y que le tocaba hacer. Ella estaba muy caliente, y escogió acción, pensando que Moni le mandaría hacerme algún juego erótico para calentar más el ambiente.

Moni, estaba empeñada en el «streptease». Y le mandó a mi novia hacernos un provocativo baile sacándose una a una sus prendas y quedándose completamente desnuda. Yo no dije nada. Estaba deseando ver actuar a Sara. Quería que todos pudieran contemplar su belleza y su estilo tan provocador, y le dije: – Demuéstrales quien eres cari.

Al oír mis palabras, y estando cachonda como estaba empezó a quitarse la ropa provocativamente delante de todos. Primero se bajó los «shorts», al mismo tiempo que movía su milimetrado culo, después se sacó la camiseta y se la empezó a mover entre las piernas moviendo su lengua de un lado para otro. Mis amigos estaban mirando impresionados aquella actuación. Me encantaba ver que mi novia les despertaba los instintos sexuales. Las chicas se la miraban atónitas, pero aprendiendo cada uno de sus movimientos. Creo que también se estaban excitando. Finalmente Sara se sacó el sostén y poco a poco sus braguitas dejando ver su perfecto y recortado sexo entre la admiración de todos. – Muy bien nena!- le dije. Y se tumbó encima mío comprobando mi excitación y aprobandola con una sonrisa perversa. Bueno chicos, ahora os falta la última ronda, y creo que será la más divertida- añadió Moni.

Ahora volvía a ser el turno de Javi, que con un bulto entre las piernas estaba ansioso por la prueba. Ahora ya nadie tenía miedo, sino que lo contrario, todos esperábamos nuestro turno para poder desahogar nuestros deseos sexuales. Moni obligó a Javi a chupar todo el cuerpo de mi novia, que al estar ya desnuda era más fácil. Yo hice mala cara. Tenia celos, pero a la vez ganas de ver disfrutar a mi novia como ella me había visto disfrutar a mí durante el beso y el «striptease».

Marta por sorpresa de todos no dijo nada. La miré y vi que me sonrió. Que raro…

Y Javi empezó a lamer la espalda de Sara, luego sus pechos y su cuello. Mi niña estaba suspirando rápidamente a la vez que Javi bajaba hasta su culo y empezaba a lamerlselo provocando más excitación a Sara. Luego se dirigió hasta su sexo y lamió su clítoris y le dio un beso. Me miró y volvió a su sitio. Esto si era un amigo.

De pronto Marta se levantó y vino hacia mí. Me metió la mano en los pantalones y empezó a tocar mi dura verga. Moni, entendiendo la venganza de Marta asintió con la cabeza. Quería vengarse de su novio? O estaba ansiosa de placer? No lo sé, solo recuerdo como subía y bajaba aquella suave mano al mismo tiempo que me lamía la oreja y me susurraba:- Pásatelo bien, igual que ellos dos se lo han pasado antes, pásatelo bien-. Yo ya estaba flipando, hacía poco aquello era un simple juego de niños, y en poco más de veinte minutos se había convertido en el principio de una orgía.

Y al final me corrí, con una intensidad y unos espasmos que sorprendieron a mi novia. Nunca había sacado tanta leche de golpe.

Ahora era el turno de Miguel, y ya solo le quedaba el beso. Pero Moni obligó a Miguel a que le diera un beso en su coño. No nos habíamos dado cuenta de la excitación de Moni? Claro, ella era la más guarra de todas y no podía estar en el banquillo…-Eso es trampa- dijo Miguel. Pero Moni insistió en que ella era la madre y ella era quien ponía las normas. Y se sacó la falda y las bragas y el Miguel le pegó un morreo, que al final se convirtió en una mamada. Tenia arte el cabrón, ya que en poco menos de dos minutos Moni se corrió dejando ir un largo y placentero suspiro.

Y a Ester que le deparaba aquel juego? Se la veía muy cabreada, ya que el beso de Miguel no había sido lo que se dice un beso… Así que le dijo a Moni: -No te cortes un pelo conmigo-. Esas palabras hicieron abrir más de lo normal los ojos a Moni. Ester tenía que chupar la verga a Javi y a Pedro a la vez. Y esa no se cortó un pelo. Hizo levantar a los dos chicos y se puso a chuparles la polla tan bien como supo, ya que chupar dos pollas a la vez debe tener su dificultad no?

El primero en correrse fue Javi, Ester cerró la boca y se quitó un poco el semen, luego continuó con Pedro, que no pudo correrse debido a la borrachera y a que ya se acababa de correr hacia poco.

Le volvía a tocar a Pedro, suerte era solo un beso, pero el pobre estaba medio tirado y Moni le dijo que besara el suelo. Él lo besó y se quedo tumbado durmiendo. Todos nos reímos.

Después de aquellas risas un ambiente de buen rollo nos envolvió. Tanto silencio y nervios se habían vuelto normalidad y deseo, Moni nos preguntó si nos divertíamos y todos afirmamos. -Pues continuemos con el juego- expuso. Ahora era Ana la elegida. Estaba esperando que me tocara a mí, que me hiciera alguna de las siete maravillas.-Por favor, Moni, por favor…-pensaba yo. Y no tardó en dar su veredicto. Moni a parte de guarra tenia fama de cabrona, y al ver lo bien que me lo había pasado con Ana notó que podía crear celos o mal rollo con Sara. Pero nada de eso ocurrió.

Ana tuvo que masturbar a mi novia con sus dedos. Eso ya era lo más. Moni lo había hecho aposta para encender más mi deseo sexual. Ver a mi novia y a una tía que me ponía a mil practicando lésbico. Ella sabia que era mi mayor deseo el ver dos tías montándoselo, pero mi novia?

Ana no quería de ninguna de las maneras, pero la presión de todos, por haber hecho lo que les mandaban era superior a ella, o sea que tuvo que hacerlo además de sacarse la poca ropa que le quedaba.

No podía más aquello era un espectáculo impresionante… Mi novia… Ana… su culo al aire y Ana moviendo sus dedos cuidadosamente dentro del coño de mi novia, era impresionante. La excitación de Sara crecía como la espuma, al principio les dio un poco de asco pero en aquellos momentos estaba al noventa por ciento de su deseo, ya solo le faltaba una polla que la penetrara. Y así lo hice. El deseo no me dejó controlar y me desborde. Me fui a la tienda, y en unos segundos llegué sin ropa y con el preservativo puesto. No podía perder el tiempo… Y me abalancé encima de Ana y la follé. La follé con todas mis ganas y tan bien como supe, y antes de correrme guarde parte de mi potencial para mi novia , que se lo merecía. Y me la estuve follando durante unos cinco o diez minutos antes de ver lo que estaba pasando alrededor. Sabía que Ana me estaba acariciando y lamía los pechos de Sara, al mismo tiempo que nos ayudaba a follar, pero al girarme vi una imagen que tardará tiempo en marcharme de la cabeza.

Estaban todos desnudos, menos Pedro, que dormía. Javi se follaba a su novia mientras Moni y Ester estaban morreándose y Miguel les chupaba el coño aleatoriamente. Aquello era una escena digna de ver, solo real en un sueño, y se estaba cumpliendo.

Mi sueño de hacer una orgía, que nunca me había propuesto hacer realidad, y menos con mis amigos, estaba ocurriendo allí, en lo alto de una montaña a unos doce kilómetros de casa.

Al final me corrí, viendo aquel espectáculo, similar al de una película porno, y me tumbé encima la manta que cubría el suelo. Tenía a un lado a Ana y al otro mi novia. Solo dije: -Gracias Ana- y -Te quiero muchísimo Sara-. Luego me quedé callado mirando las estrellas y oyendo los gritos de placer de Moni, que era follada por Javi, y de Ester y Marta que estaban con Miguel. Finalmente se corrieron y se tumbaron contemplando las estrellas al igual que nosotros y pensando si estaba bien o estaba mal lo que acabábamos de hacer.

Fue una gran experiencia para todos, muy pocos se arrepintieron de haber participado en la orgía, incluso estuvimos unos días sin verlos. Pero el resto lo admitió como algo inevitable que tenia que pasar en nuestras vidas, e una historia más que recordar, y quien sabe si volver a repetir en otra ocasión.