Capítulo 2

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Andrea II

Estabamos en días de transición entre el otoño e invierno y los cambios de climás bruscos afectaron a Andrea ,y por ello tuvo que guardar unos días de cama ,estados de fiebre la llevaron a ser medicada y a prolongar su estadía.

Pero con los cuidados de su madre y mi compania la paso lo mejor que pudo.

La enfermedad de Andrea nos unió mucho mas a Irma y a mi, por que los dos nos desvivíamos por que a Andrea no le falte nada.

Pasaron los días y el juego nos iba involucrando a ambos.

Por las noche no era extraño que me quedara a dormir en la sala de estar de esa manera pasaba mas tiempo con Andrea.

Por ese entonces Andrea había tomado un nuevo vicio que se vino acoplar con los que ya teníamos.

Quizás la proximidad de su madre y el peligro de lo prohibido la exitanban a mas no poder.

Para despedirme antes de irme a dormir poniendo un dedo cruzado en sus labios en voz baja me decía:

-Me voy a despedir de ella.

Yo me paraba a la cabecera de su cama, me baja el cierre y sacándomela se la ofrecía a su boquita abierta, para que con la lengua como a ella le gusta jugara alrededor de la cabeza de mi pija.

– Esta atento por si mi mama viene. Ella no se si le va a gustar que su hijita le saque la lechita a su novio estando enfermita.( decía con picardía).

Yo no daba mas, – Te voy a acabar…

– Tíramela todo en la cara mi amor, ella cerrando los ojos y abriendo la boca se disponía a esperar el chorro de leche sobre ella , tome mi pija con la mano y comenze a moverla frenéticamente, cuando siento que la puerta se había entreabierto logrando dejarme ver una silueta, pero lo que tenia entre manos ya estaba muy avanzado como para dejarlo, así que continúe ya poniéndome de costado para que nuestra espectadora tuviera una mejor visión y sin mas lance toda mi leche sobre la cara de mi novia y algunos guascazos cayeron en su pelo y sobre la almohada, mientras se podía notar que bajo las sabanas ella con una mano en su entrepierna se movía como una serpiente.

Irma golpeo la puerta que estaba entreabierta y entro, apenas tuve tiempo de guardarla y disimulando me senté sobre la cama.

Andrea había tomado un pañuelo y pasándoselo por la cara simulo sonarse la nariz.

– Es muy tarde chicos, que les parece si la continúan mañana y ahora nos vamos a dormir eh!.

– Si mama ya nos despedíamos.

-Nos encontró en plena despedida.

-Te sentís bien Andrés.

– Si mama.

-Te saco una manta estas acalorada

-Bueno.

Aropandola quedo contra la pared, Irma siempre mirardome.

Al quedar de espalda Andrea, se notaron los restos de leche en su pelo y mucho mas en la almohada.

-Qué duermas bien. Que Claudio sabe lo yo quiero ahora…..

Pasando un dedo por la leche y como extrañada lo miro y me miro.

-Qué vayan a descansar. Chau mi amor.

Cerramos la puerta de la habitación.

-Bueno hasta mañana Claudio, como me levanto temprano me voy a dormir chau.

Con un beso nos despedimos

La mañana siguiente desperté por los ruidos de Irma que se preparaba para ir a trabajar, la vi cruzar el pasillo semivestida.

Llevaba un conjunto blanco hermoso de seda, eran de esas bombachas grandes donde la tela sigue todas las formas de una mujer y la hace mas acariciable que si estuviese desnuda.

Yo también daría mi show cuando me despertase antes de irse, corrí las sabanas dejando parte de mi slip a la vista, sobre todo la parte interesante y con la pija bien parada, tanto que a penas sobresalía la cabecilla por un costado.

El momento llego, para el cual yo fingí dormir, con las sabanas enroscadas debido a un sueno (erótico por supuesto), la sentí llegar y detenerse sentándose a mi lado, sentía su mirada en mi slip ,estuvo un momento ahí después se levanto sin despertarme, cuando regreso yo trataba de entre abrir un ojo para ver su comportamiento. volvió a sentarse me miraba el slip y mi cabeza asomando por el costado.

-Claudio?

Yo no conteste para demostrale que estaba profundamente dormido.

– Claudio?

Miro hacia el pasillo, y después no lo pude creer lo que vi, todavía pienso que fue un sueno. Ella llevaba una pollera con tablas bastante ancha y blanca.

-Claudio? Llamo nuevamente como para asegurarse, después mojo dos dedos en su boca llenándolos de saliva, los cuales los paso, con miedo por mi cabeza, y la rozo dejando saliva en la puntilla, como lubricándola. para ese entonces, ya sobresalía mucho mas que antes, repitió ese movimiento llevándose los dedos a la boca una vez mas, después con la mano izquierda levanto su falda por sobre las rodillas y después corrió su bombachita y metió su otra mano debajo de ella,( yo la veía por instantes, pero pude ver su cara afiebrada) al sacarla la olió y me la volvió a pasar por mi cabeza nuevamente, con dos dedos bajo el prepucio lentamente, y sin soltarlo volvió a subirlo, mientas hacia esto, su otra mano estaba debajo de su falda y seguramente corriendo su bombacha. La acción de bajar y subir el prepucio se me hizo insoportable, creo que ella se dio cuenta que faltaba muy poco para ver salir la leche que ella había logrado poder sacarme, porque puso su otra mano en el momento justo para recibir los tres lechazos en su mano. Inmediatamente se levanto y salió de la sala.

Yo estaba tan caliente que me pajee nuevamente ni bien se fue acabando otra vez.

Claudio… despertate que ya me voy.( Me grito de la cocina).

Tiempo que aproveche como sugería su llamada para que me encuentre visible.

– Hola buen día.

– Muy buen día.

– Eso espero. No te olvides que los espero en el centro a la salida de la oficina para ir al cine esta noche, no me fallen. Chau!

Llegamos con tiempo al centro, lo que nos dio tiempo de pasear un poco hasta que se aproximara la hora de ir a buscar a la madre de mi querida novia.

Ya en la puerta, nos estaba esperando.

Tenia puesta la misma pollera blanca tableada, caminamos unas cuadras, hasta la zona de los cines, con el sol de la tarde cayendo entre los edificios, sus rayos tenues se filtraban transparentando su falda pudiéndose ver sus piernas contorneadas y el comienzo de sus bragas blancas.

En el cine nada importante, al salir comentamos la película, mientras comíamos algo liviano.

El único contratiempo fue que al llegar a la estación de tren ya habían cancelado dos trenes anteriores por una huelga de señaleros y la central estaba repleta de gente y en los andenes no cabria un alfiler.

Logramos ascender y estuvimos demorados media hora mas, antes de salir se corto la luz dentro del vagón y quedamos en penumbras, con tanto movimientos y empujones, quedamos cerca de una puerta que comunica con el vagón continuo.

Mi novia quedo abrazada por su mama como protegiéndola y yo que tras de ella, no habia pasado ni la primera estación que me vi obligado a colocar una mano en su cintura.

– Sos vos Claudio?

-Sí como están.

– Bien.

-Y Andrea.

-Acá… estoy bien, apretada y con sueño. Con el amparo de la oscuridad fui, poco a poco apoyándome en la hermosa colita de la madre de Andrea me fui animando cada vez mas, a la vez que sentía que ella hacia recibo de ello sin decir una palabra. Después de la segunda estación que paramos en la cual subió mas gente, la situación me daba excusas ante cualquier protesta, pero como no las hubo y yo estando bien exitado, al estar tan unidos que su pollera ya se hundía metiéndose entre sus nalgas. Queriéndolas sentir mas y dada su pasividad me arriesgue a comprobar si era realmente aceptación. Me baje el cierre cubierto por la gente y la oscuridad reinante y comencé a frotármela entre sus nalgas, pronunciando los vaivenes del tren, ella contrariamente a lo imaginado aproximo mas su cola dejándose deliberadamente apoyar y librándose a disfrutar con mucho disimulo, cruzando algunas palabras con su hija.

Me di cuenta de su calentura por que apoyo su mano sobre la mía que la tenia en su cintura.

– Estas bien Claudio?

– Si Irma no se preocupe cuídeme a la nena.

– Como fuera mi hija.

Mientras intercambiábamos palabras nuestros cuerpos pujaban por estar mas cerca.

Al pasar la cuarta estación, no pude mas y le fui levantando su falda hasta que parte de su ruedo quedo a la altura de mi estomago y mi pija quedo sobre su bombacha y entre sus nalgas.

Por los movimientos del tren pude pasarle mi pija por sus cachetes, quedando en ese entonces, piel con piel lo cual aumentaba su desenfreno, dejándosela pasar calladita sin una palabra, como si fuera una colegiala que es manoseada por primera vez por entre las piernas.

En la quinta estación, me la tome con mi mano y se la pase por el lado interior de sus piernas, ella sintiendo esa carne caliente, entreabrió las piernas un poco, permitiéndome llegar a su pubis y hacer presión por sobre su bombachita blanca, eso sucedió varias veces, el tiempo para mi era interminablemente delicioso.

Pude sentir lo mojada que estaba la zona por sus flujos, al faltar una estación para bajarnos, volví a colocársela entre las nalgas y la fricción de ambos cuerpo llego a ese camino natural, que culmino con mi descarga copiosa, abundante de semen, entre su bombacha y pollera.

No pude desaprovechar la ocasión, una oportunidad como estas no se da todos los días, así que me di el lujo de limpiar y expandir mi leche con mi pija por sus nalgas y piernas y termine de limpiármela con el ruedo de su pollera antes de guardarla, sabiendo desde ya, que al llegar a su casa y sacársela llevaría a su boca los restos de leche de su falda y se haría una paja de lujo, después de esa experiencia de le hizo vivir el novio de su hija, que ni su marido en las buenas épocas, logro despojarla de toda prudencia y llevarla a tal grado de indecencia.

Al bajar del tren, nos adentramos al frío para el cual no estabamos preparados, teníamos que caminar tan solo seis cuadras pero parecieron veinte.

El viento nos obligo a abrazarnos a los tres quedando yo por suerte en el medio de ambas mujeres, lo cual nos causo risas y así entre temblores y chistes se fueron pasando las cuadras, antes de llegar a casa pensaba en la leche derramaba, todavía liquida entre su pollera y su bombachita blanca.

Con este pensamiento ya la tenia parada nuevamente.

Al doblar la ultima esquina e internándonos en la calle mas oscura e inevitable por ser la cuadra de la casa de Irma, y hablando del frío y de lo bien que nos caería un café, fui dejando su cintura bajando mi mano por el fin de su espalda para volver a sentir la falda mojada por mi leche, y animándome a bajarla mas, para poder por ultima vez, manoseándole lentamente y descaradamente su cola pasándole bien dos dedos por la raya de la cola llegando casi hasta el final de sus piernas, teniendo en cuenta que tanto su pollera era de una tela suave y su bombacha de raso, la sensación de mi mano ante ese cuerpo fue única. Subí y baje dos o tres veces la mano y apreté con delicia sus cahetes.

Ya llegaba a levantar un poco la falda por el movimiento del breve pero intenso manoseo.

– Bueno… Bueno..(dijo Irma como avisándome) ya llegamos chicos. Y yo ahora les voy a preparar un buen café, después de ponerme cómoda por que estos zapatos me están matando, que les parece.

– Bárbaro mama yo y Claudio te ayudamos.

Al entrar Irma inmediatamente se dirigió al baño.

– Chicos me voy a dar una ducha en seguida salgo. Pueden ir preparando las cosas en la cocina.

– Si mama.

Ya en la cocina la tome a Andrea en mis brazos.

– Dale Andrea chúpamela antes de que salga tu mama, que llevo la leche de todo el día mi amor.

– Humm.. debe ser mucha pobrecita le debe doler tener acumulada tanta lechita, yo te la voy a sacar.

Así mi amor pajéamela bien, pásale la lengua como vos sabes, antes de caiga tu mama.

– Y si llegara mi mama y nos descubriera te gustaría.

Tal comentario me calentó tanto, que Andrea se dio cuenta y me pajeo con mas fuerza para hacerme acabar.

-Y si al verme pajearte y ver tu pija grandota y sus venas hinchadas y me ayudara a chupártela, danlole tu leche en su boca y salpicándole toda la cara.

-Dicho esto acabe en su boca un manantial de leche.

– Hija de puta que cochinita que Sos.

– Todo por tu leche mi amor.

Después ya en el comedor, los tres conversamos con el televisor prendido a media vos.

-Llegó carta de mi hermana.

-Sí como esta la tía.

-Bien tiene que hacer unos tramites en capital, y la invite a que pase unos días acá.

– Y cuando viene.

-No falta mucho, ella piensa que el mes entrante.

– Mi tía es muy buena, todos los del campo lo son o viven de otra manera.

– Seguro no tan acelerados como los de la ciudad.

Esa noche hubo una vuelta mas de café y yo me despedí y ellas se fueron a dormir.

De regreso, el frío, la noche y mi casa.

Ya en mi cama, pensaba en volver a estar en casa de mi novia.

Y como tentar y dejarme tentar, en ese juego sutil que, sin dejar sentadas las bases, cada día estaba mas candente. Juego de fuego, de momentos intensos, arriesgados y prohibidos.

Continúa la serie