Mi primera experiencia

Esta historia me ocurrió estando de viaje de trabajo en otro país.

Tras superar la primera fase de un proceso de selección de candidatos para varios puestos de trabajo en una multinacional, fuí convocado a una entrevista personal con un directivo en una ciudad distinta a la mía.

La entrevista era a las 10 de la mañana así que tuve que darme el madrugón del siglo para coger un avión y llegar a hora en cuestión.

Terminé la entrevista mucho antes de lo que imaginaba; eran las 12 del mediodía y mi avión no salía hasta las ocho de la tarde.

Genial, me fuí al centro de la ciudad y comencé a recorrer las calles, lugares de interés, monumentos, etc. Hacía bastante calor aunque no era verano y como os podéis imaginar, tras tres horas de paseo estaba ya hasta las narices de caminar.

Con varias horas por delante realmente no se me ocurría nada apasionante que hacer. Inexplicablemente estaba muy caliente; quizás la adrenalina acumulada durante el viaje por la tensión de una entrevista de trabajo tan importante me había preparado el cuerpo para un interrogatorio tipo tercer grado, pero la reunión fue tan corta y tan sosa que casi salí igual que entré; osea, que necesitaba expulsar la tensión de alguna manera y no sabía como.

Notaba en el vientre esa presión habitual de cuando hace muchos días que nos has descargado.

Bueno, no os he contado que soy heterosexual y tengo una pareja bastante complaciente; aunque más de una vez he fantaseado (como tantos hombres) con «explorar» nuevas sensaciones.

El caso es que se me ocurrió una idea brillante: Ya está, me voy al cine, descanso y me veo una peli, y si la ocasión lo permite o la peli no es muy entretenida quizás me dedique a jugar conmigo mismo un rato.

Anduve buscando un cine durante un rato mientras pulía el plan de ataque: me imaginaba en un cine oscuro masturbándome y me esa visión me calentó todavía más.

Al cabo de un rato lo tenía claro. Identifiqué la película más rara que vi en el cine más raro y me metí dentro.

Efectivamente, en la sala había 3 cinéfilos y yo, así que me fuí a la última fila y me acomodé: vía libre.

Lo que imaginaba: la peli era un bodrio de padre y muy señor mío mientras que mi calentura iba en aumento; así que tranquilamente me baje la cremallera y dejé respirar al que se ahogaba.

Mi polla lucía una erección increíble motivado muy probablemente por el escenario donde estaba; estuve cascándomela un buen rato; al principio muy pendiente de las otras personas, pero estaban muy lejos y difícilmente me verían.

Estaba excitadísimo pero no quería correrme enseguida sino hacerlo durar un buen rato; de hecho y según la excitación crecía decidí desabrocharme por completo el pantalón y bajármelo hasta los muslos; joder me estaba haciendo una paja memorable; estaba gozando como un loco.

Entonces ocurrió algo inesperado. No sé de donde coño salió un tío al que no había visto antes en la sala; el caso es que me lo encontré viniendo hacia mi cuando estaba a menos de un metro y medio.

Apenas me dio tiempo a subirme «un poco» los pantalones y taparme como pude con la americana.

Pretendía disimular que estaba viendo la película normalmente pero era absurdo.

El tío me había visto y sabía lo que quería.

Se sentó en el asiento contiguo y sin esperar un segundo sumergió su mano bajo mi ropa buscando mi polla

– Déjate hacer. Deja que yo continúe. No hagas ruido

Una mezcla explosiva de miedo, excitación y vergüenza me había dejado inmovilizado.

Curiosamente mi polla seguía rígida como una barra de acero pero el inminente orgasmo de unos segundos antes se había alejado.

Yo no abrí la boca, al menos para hablar, y él tampoco volvió a decir nada más, simplemente se limitó a hacerme una de las mejores pajas de mi vida;

Comenzó acariciándome de arriba a abajo; mi falo estaba mojado por la sesión inicial así que sus dedos escurrían deliciosamente por cada centímetro cuadrado de mi miembro.

Luego me agarró la polla con toda la mano y con fuerza pero sin violencia siguió masturbándome.

Yo estaba alucinando en colores pero él debió sentir que no me gustaba porque cambió su estrategia:

Sin que yo lo esperase se retorció un poco en su asiento y se volcó sobre mi, metiéndose mi polla en su boca. Todo ocurrió muy rápido por que al principio me estuvo comiendo y succionando el glande pero inmediatamente decidió que la quería toda y literalmente enterró mi polla en su garganta

Joder, nunca he sentido algo tan fuerte; estaba temblando de placer y se me escapaba algún gemido anunciando mi inevitable orgasmo.

Él también debió notarlo y fué aún más lejos.

Noté de pronto un presión en la entrada de mi ano; lo que me imaginé era lo que me estaba pasando: el tío me estaba dando un masaje sensacional en mi ano con con sus dedos aderezados de los jugos de mi polla y su saliva

No podía creerlo, un tío en un cine haciéndome una mamada increíble y follándome el culo con sus dedos

No pude más. Tuve que morderme la lengua y apretar los puños contra el asiento para ahogar el grito de placer que me hubiese gustado expulsar.

Lo que si expulsé fué una corrida monumental, exagerada que mi amante ocasional no dudó en bebérsela como si fuese el último vaso de agua del desierto.

Esto duró varios segundos. El tío me succionó todo el semen que expulsé dejándome físicamente temblando.

Tardé pocos segundos en recobrar la consciencia y literalmente desaparecí.

Debí tardar como 5 segundos en estar fuera del cine con la ropa medio desabrochada y una sensación de irrealidad que me duró varias horas.