La pescadora de perlas
Camino una vez más por el puente de embarque, hasta llegar a la puerta abierta del avión. Ingreso y el sonido de mis pasos se pierde en la alfombra azul que cubre el piso del aparato. Una aeromoza de amplia sonrisa me ofrece un periódico, la saludo rehusando gentilmente su ofrecimiento.