Mi tutora del internado
Cuando tenía 18 me quedé huérfana de madre, así que mi padre tenía que decidir o llevarme con él de viaje y realizar una vida no muy conveniente para una chica, o la otra alternativa era ir a vivir con mi abuela paterna, que era igual de arisca que su hijo o la peor de todas ir a un colegio interno en Londres; al final eligió la última, ya que parecía la que más me convendría a futuro, eso pensó mi padre en ese momento, aunque no sabía lo que realmente experimentaría en aquel lugar y las consecuencias que acarrearía.