En la lluvia
Te siento tan dentro de mí. Mi cuerpo se convulsiona cada vez que embistes, no me importa, al diablo con que me escuchen; no puedo contenerme más y comienzo a gemir cada vez que empujas tu cuerpo contra el mío. Te excita el escucharme. Lo adivino por tu rostro y porque continuas tu acción con mucha mas intensidad.