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Las clases de alemán

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Allí me estaba esperando, con un boli entre las manos, sin saber a donde mirar, abrí mi lata y empecé a beber y después de un sorbo de bebida fría y burbujeante bajaba la lata por mi cuello, al igual que el lápiz, me rozaba las tetas y eso hacía que mis pezones se apreciasen, más todavía.