Elise se arqueó hacia arriba y gritó cuando su coño se espasmó en mis dedos. Sentí su ano apretarse en mi dedo y empujarlo hacia afuera mientras jadeaba en busca de aire. Su cuerpo se estremeció y sus piernas temblaron cuando su orgasmo la recorrió.
Me encanta bailar y acariciarme mientras que de reojo veo como tus ojos no dejan de desvestirme, y cuando al fin te decides a bailar y poder sentir tu gran paquete que lo presionas en mi cuerpo, eso me acelera la respiración, y no puedo evitar en querer acariciarlo, para confirmar que realmente eres el que me puede volver loca esta noche, tu haz sido el elegido para hacerme gritar