Capítulo 3
- Un incesto diferente I
- Un incesto diferente II
- Un incesto diferente III
Un incesto diferente III
Como les conté en los relatos anteriores, yo era una chiquilla muy caliente que me divertía con un consolador que fabrique, luego mi tía Imelda me inicio en las relaciones lésbica, eso me animo a seducir a Sandra, una de mis hermanas.
Pero ahora quería cogerme a mi prima Laura.
Laura era la prima que me dio a guardar los condones, y que me platicaba lo que hacia con su novio, durante las vacaciones no tuve oportunidad de estar con Laura, por que ella estaba en cursos de verano debido a que andaba mal en los estudios.
Así que apenas tuvimos tiempo de platicar, le conté lo del consolador y lo de la tía Imelda y lo de Sandra, eso la puso muy caliente, quería saberlo todo con lujos de detalle.
Al día siguiente Laura me confeso que esa noche se masturbo pensando en lo que le conté.
Quería saber que se sentía con una mejer, ella lo había hecho con su novio, bueno exnovio.
La oportunidad se presento un fin de semana en que mis padres vinieron a hermosillo, planeaban ir a Tucson, Arizona, de compras.
Mis tíos también se animaron, en eso Laura dijo que ella no podía ir por que tenia que estudiar, ella mi guiño un ojo, yo por mi parte dije que quería quedarme con ella para no dejarla sola, mis padres no estaban del todo de acuerdo, pero mis tíos los convencieron diciéndoles que ya estábamos grandes y nos cuidaríamos además que solo seria un fin de semana. Sandra intento quedarse, sabia lo que pasaría, pero no la dejaron.
Cuando nuestros padres se fueron, Laura me dijo que estudiaría un rato y se fue a su cuarto, yo me quede viendo la tele casi todo el día, luego ella salió diciéndome que tenia que ir a la casa de una amiga, yo comencé a creer que ella tenia miedo de estar a sola conmigo, pero estaba equivocada.
Cuando Laura regreso traía un película, Yo estaba en mi cuarto, me hablo a la sala y me preguntó si estaba lista para comprobar lo que le conté,
-Hasta pálida te pusiste, querida-, exclamó con una sonrisa de oreja a oreja, «vamos a ver si todo lo que dices es cierto o se trata sólo de mentiras-.
Al sentarme en la sala noté que el televisor estaba encendido, comenzaron a aparecer rayas, luego las barras de colores de las películas. Era una cinta porno, muy porno, apenas si había tenido contacto con ellas.
Era una cinta de bisexuales.
Se me cayó la mandíbula al ver lo que se hacían dos mujeres con largos penes de hule introduciéndolos por sus panochas y después llenando sus culos con bolitas ensartadas mientras le chupaban el pené a dos actores muy guapos y bien dotados.
De pronto apareció una escena grotesca en la que una mujer, de espaldas sobre una mesa, era penetrada por la boca y por atrás por dos hombres, lógico, pero lo más increíble era que el que se la metía por el trasero era penetrado por otro hombre.
Ni siquiera podía moverme del sofá, era como si una fuerza invisible me mantuviera pegada al asiento.
Entonces sentí la presencia de Laura.
Al voltear hacia arriba tenía su cara encima de la mía. la bese en la boca y no pudo resistir corresponderme, sus besos eran mejores que los de Sandra.
La lengua de Laura llegó a tocar mi garganta, eso me encantó, mis manos tomaron delicadamente su rostro, su cuello y se deslizaron por encima de sus pechos, entonces trato de retirarlas.
Laura tenia puesto una blusa y un pantalón entallado, le quite la blusa y el brasier y pude ver sus senos.
Sus senos eran mucho más grandes que los míos, más firmes y sus pezones eran de un color canela mientras los míos estaban teñidos de rosa pálido.
Laura reclinó mi cabeza sobre el respaldo del mueble y puso sus pechos encima de mi boca. -Chúpalos-, dijo excitada, -chúpalos -, Sus palabras me causaron excitación, la obedecí en el acto. Me sentí como un bebé, manso y hambriento.
Mientras le besaba y chupaba los pezones, Laura me desabotonó el vestido, colocó mis pechos encima de las copas del sostén y agachó la cabeza para hacer lo mismo con los míos; después, con movimientos ansiosos me quitó el bikini y comenzó a acariciarme suavemente el pubis, rozando mi clítoris inflamado.
Para ese momento yo estaba totalmente húmeda, excitada, y cuando, tirando de mis labios mayores, me dio delicados pellizcos con sus afiladas uñas, yo lo único que deseaba era que me metiera uno de sus dedos, lo que finalmente hizo al tiempo que me daba un profundo beso en la boca.
Gemí ante su invasión y le apreté un pezón, ella también hizo un ruido de gusto.
Estando desnudas las dos, tome la iniciativa, la tumbe en el piso y le bese los muslo hasta llegar a su panocha virgen, en el terreno lésbico, y mame su clítoris, Laura cerro sus piernas sobre mi cabeza mientras que gemía de gusto –aaaaoooo, uuughhh, que rico, primita me matas-, le hice tener un verdadero orgasmo, no como los que tenia con su exnovio.
Creí que eso seria todo, pero ella se levanta y me dijo, -primita me hiciste tocar el cielo, no se como pagártelo-, sonreí mientras le dije –creo que yo si se como puedes pagármelo-, y le señale mi panocha, ella sonrió.
Me puse en cuatro patas sobre el sofá y Laura se puso detrás de mi, con sus manos abrió mis nalgas y paso su lengua por el canal que las divide, toco mi culito y hizo que mi piel se enchinara, siguió hasta llegar a mi panocha y comenzó a mamar como una experta, tuve que morder el sofá para que mis grito no se oyeran hasta la calle, -mmmm sigueeeee, quiero massssss- caí desfallecida después de mi tercer orgasmo, no podía ni moverme, estaba con los ojos cerrados cuando Laura me dijo que todavía faltaba una sorpresa mas, se dirigió a su cuarto, cuando regreso traía un consolador pegado en su cintura, se parecía al de la película, media como 20 cms y parecía una verga verdadera, aunque Yo todavía no había visto una en persona.
Se coloco de manera que la verga se puso en la entrada de mi panocha y comenzó a meterla lentamente poco a poco, eso me dolió –ahhhhh, eso duele, sácamelo, Laura por favor sácamelo-, pero ella no me hacia caso al contrario lo metía mas, -aguanta, Cecilia, luego te gustara-, y me lo metió todo.
Sentí que me partía en dos pero luego cuando comenzó a meterlo y sacarlo le agarre el gusto, luego me puso en cuatro patas y me penetro por atrás mientras que me picaba el culo con sus dedos, los gritos se debieron de oír en la casa vecina, -ouggggg, queee ricooooo sigueeeeee-.
El placer que sentía en ese rato en inenarrable; la verga de hule en mi panocha, los dedos de mi prima Laura en mi culo y los mios en mis pezones.
Tuve como cinco orgasmo seguidos, cada uno mas intenso que el otro.
Laura me pidió que la hiciera gozar, y me coloco el arnés, queriendo cobrarme el dolor inicial se lo metí en el culo de un solo golpe, pero cual seria mi sorpresa que se le fue como cuchillo en mantequilla, ella me dijo luego que su novio se la había metido por ahí.
Ella comenzó mover la cintura en círculos mientras que yo metía y sacaba la verga de su culo, entonces me dijo algo que no creía.-primita nalguéame, pégame-, así que le comencé a dar de nalgadas, cada vez mas rápido y fuerte, hasta que las tenia completamente rojas y alcanzo su décimo orgasmo, después de eso caímos rendidas y nos quedamos dormidas hasta la mañana siguiente.
Cuando nos despertamos estábamos adoloridas y mas que satisfechas, nos bañamos y luego salimos a pasear, Laura me llevo a conocer a mis otras primas, bueno primas lejanas, casi todas estaban de muy buen ver.
Al día siguiente llegaron nuestros padres y creí que tendría que regresar a Navojoa, pero entre mi prima Laura y yo convencimos a mis padres para que me dejaran y así poder estudiar la prepa.
Sandra quiso quedarse pero le dijeron que no, por que nuestra otra hermana se sentiría muy sola.