En el subterráneo
Al entrar, rápidamente me di la media vuelta y quedé dándole la espalda y con la fuerza del empujón inicial, prácticamente caí en el, sentí como mi trasero golpeó contra su vientre bajo y por acto reflejo, se movió hacia atras un poco, pero al cerrarse las puertas, adoptó una posición más cómoda, ligeramente rozándome.