Nacho, Pepi y yo II
Pepi, me quito los pantaloncitos que llevaba, y mi pené saltó como una vara, he inmediatamente empezó a masajearla, primero con mucha suavidad y cada vez más deprisa, la tuve que decir que parara un poquillo, por que si no se abrirían las válvulas de escape y sería un desastre.