Hogar dulce hogar VI – Final
Y volví a sentir el trallazo de la correa, mientras mi pito apuntaba ya directamente a su coño y ella me sonreía y me besaba, llena de felicidad porque había conseguido su propósito. Así es que me la cogió, se la metió en su coño y me dijo a mí que me autorizaba a que me corriera y a su amante que siguiera azotándome.