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Relatos eróticos de Argentina
Historias sexuales escritas por autores argentinos.

Mi primer levante

Entonces nos vamos a entender dijo y nuevamente me preguntó: estás caliente con las pijas que viste en el cine? Le contesté que si, que estaba que hervía, entonces me dijo y eso que no viste la mía, vamos a un hotel y te saco la calentura. Primero lo pensé un poco pero realmente era tanta la calentura que tenía que le dije que si.

El sueño

Tomé la tarjeta sonriendo al ver su cara picara haciéndome recordar mi revolución hormonal de esa mañana, al llegar un viejo patio con un antiguo aljibe decorado con fina herrería , se erguía a la sombra de un árbol gigantesco, el parque enmarcaba la piscina donde Raquel estaba tomando sol , ella es una mujer de 28 años, a igual que Clara son de una belleza innata, cuerpo moldeado en ejercicios de yoga, con manejo de sus emociones, nos pusimos cómodas en nuestras bikinis y no pude contenerme de empezar nuevamente el relato del sueño

Un domingo yirando por la ciudad

Después de un buen rato, en el que se iban turnando para penetrarme una vez cada uno, no aguante más y explote. Acabe como nunca antes lo había echo, en ese momento, los dos se pusieron frente a mi y pajeándose, acabaron en mi boca. Que delicia, el sabor de la leche de Javier y de Marcelo, me excitaba aún más y seguía corriéndome de una manera asombrosa.

El trabajo en Colombia

Mis 26 años mi posición de jefa a cargo en la administración de la empresa, mi preocupación por mis amigos se fueron apartando de mis pensamientos, que tomaban forma de fantasías sexuales, me puse una pollera y una blusa ambas trasparentaba mi ropa interior, higienice mis partes intimas, sonreí al sentir flujos en mi vagina, su presencia formal y fría de militar, no podía esconder ese bulto erecto en sus pantalones.

Con Miguel y Anabel II

La verdad que yo también quedé impresionado, porque nunca se la había visto en vivo y en directo como en ese momento. Piru me había contado maravillas de Miguel pero uno siempre supone que a veces ellas exageran un poco para ponernos un poquito celosos y realmente no había mentido nada.

Con Miguel y Anabel I

Me había calentado muchas veces con esa conchita cubierta por todo ese vello que la naturaleza le dio. Había soñado con esas tetas que sin ser demasiado grandes, como me gustan a mí, eran tan perfectas, tan bien diseñadas y con unos pezones rozados que me provocaban erección de solo pensar en ellos. Y ahora la tenía a mi alcance. Parecía un sueño pero era la realidad.

La pasé muy bien

Había empezado de a poquito, sosteniendo el miembro entre las manos y recorriéndolo íntegramente con su lengua húmeda mientras seguía lamiéndolo un rato lentamente hacia arriba hasta llegar al glande, metiéndola en el agujerito de la punta y luego volviendo a la base hasta llegar a mis testículos.

Complaciendo a nuestro huésped

Al comienzo me habló muy poco de su separación pero después fue soltando la lengua y me confesó que no había sido muy feliz en su matrimonio porque su esposa muy lejos estaba de saber lo que era la fidelidad y lo había engañado en numerosas oportunidades hasta que él no había tolerado más la situación y se habían separado.

Una sociedad diferente

Las confesiones de mi compañera de trabajo me incito a escribir nuevamente sobre el tema sabiendo que no me podré apartar totalmente de mis vivencias, Moira tiene 24 años un cuerpo hermoso, 1,70 de altura, caderas bien formadas, senos normales, una cara tipo "Nefertiti", llena de vida y misterio, en dos años de trabajo, nunca me dio problema alguno sobre sus tareas, su necesidad de contar su vida, sus cosas, me acerco nuevamente a mi vida sexual, que tanto quiero esconder en el trabajo.

Experiencias muy liberales

Por supuesto que me acosté con muchas mujeres, pero en la mayoría de los casos, no hay nada muy llamativo para contar de eso, mas bien lo tradicional, algún que otro orto, alguna que otra tirada de goma, lo mas raro que me paso fue cogerme a una mina, y sin que se entere cogerme a la hermana...

Algo más que secretaria

Como el expreso, no es momento de dejar ningún trabajo, a los 26 años me encontraba en otra ciudad, trabajando con compañeros nuevos, jefe nuevo y una actitud personal que me intrigaba, mis hormonas estaban lo más parecida que en esa edad donde todo es sexo, tema tabú para muchos considero que por suerte que siempre pensé en el sexo como un entretenimiento en espera de esa química esperada pero siempre ausente.

Mi cantante favorito

A pesar de que todos me felicitaron por lo logrado, yo pensaba llegar más lejos con mi sueño, me enteré que pronto vendría a grabar un video clip muy famoso en la capital de mi país, como soy del interior entonces se me ocurrió la idea de hacerme de un club de fans, y así intentar llegar más fácil a él.

Esclavos en una isla

El tipo parecía que babeaba de gusto. Se olvido de un pequeño detalle, como estaba ansioso por seguir lamiéndole los senos olvido el vaso al costado de ella, luego los otros le gritaron que la dejara que cuando llegáramos a la isla, sería el momento de actuar y no ahora.

El Padre Peter

Ella estaba recostada y las demás chicas a su alrededor, Cristina se quejaba que tenía una punzada en su costado izquierdo y cada vez le dolía más, entre todas llegamos a la conclusión que había que avisar, pero si alguna iba nos delataríamos que de noche nos encontrábamos, y Cristina no podía ni moverse, las chicas dijeron que yo era la que tenía que ir ya que mi habitación estaba al lado de la de Cristina entonces yo diría que la escuché quejarse.

Una sola experiencia bastó

La ocasión no tardó mucho en presentarse, siendo así que en una noche que me encontré casualmente con Oscar me contó que se encontraba solo, pues su esposa Mary había viajado fuera de la ciudad por un problema laboral y que aprovecharía a visitar a su hermana que vivía en el interior del país ya que estaba muy cerca del lugar.