A los treinta y ocho años en esa mañana de domingo la vista del jardín de la quinta (heredada de sus padres) a la media mañana, contemplando por la ventana el parque tan bien mantenido, lleno su mente de recuerdos, cayo como otras veces desde los 19 años en la autosatisfacción
En la ducha casi al mediodía , su goce de esa mañana lo rememoraba con el jabón dentro de su concha, la dilatación le hizo posible en pensar en los grandes falos , imaginándoselos dentro suyo , se puso el bikini partiendo a la quinta de su amiga Clara, la necesidad de tener adentro de ella algo verdaderamente grande, le hacia cerrar las piernas y apretar con sus dedos su vagina.
La botella se había roto en un juego de orgía al caer sobre un pie de bronce de una lampara, el nuevo amigo la reemplazo es un plástico quirúrgico que succionado deja pasar pequeñas cantidades de agua simulando semen, el manejo de sus labios y músculos del canal por varias sesiones previas estaban a pleno, acabar gozada fue el primer paso en busca de la aventura necesaria para calmar la tormenta en su sangre iniciada.
No le extraño la invitación a una, pero si de hacerlo en pareja, nunca lo había hecho, al preguntarle a ella, como descontando su fidelidad y conducta para recibir un !NO!, comprendió que su pareja más de una vez tuvo alguna o ganas de tenerla puesto que su respuesta fue:
Su andar grácil, marcaba su juventud, rubia ojos marrones, labios perfectos, eran el blanco de las miradas de todos los hombres al caminar llevando esos jeans ajustados, 15 años escondidos tras los senos firmes y sensuales, nada decían de sus sentimientos, sus deseos sexuales, sentarse con los mecánicos del padre en el bar de la plaza, daba una imagen desprejuiciada acorde más a las amigas del tío que de su padre.
Hola soy Nekitha, le traigo mi primera vez. Un relato de amor filial gay. Les aviso por si no es de su tipo. Si se quedaron bienvenido a mis aventuras.
Bueno una vez dentro se me acerco, me toco la pija, y me dijo, que paso, (yo la tenia muerta en ese momento) le dije, y como querés que este, me hiciste esperar como 30 minutos allá afuera, se me paso la calentura, y ella me dijo, bueno vamos a ver que podemos hacer, y me empezó a desabrochar el pantalón, saco mi pija afuera, y la empezó a sacudir, le dio un par de besos, y se me empezó a parar, a medida que se me paraba me dijo, en serio la tenés grande, no se si decia la verdad, pero no le creí, pero no es que me importara tampoco que me diga eso obvio.
Nuestros primeros años de casado fueron de gran actividad sexual y un sin número de juegos eróticos, producirnos nuestras películas eróticas, sacarle fotos desnudas en poses dignas de una estrella porno y todo lo que se puedan imaginar.
Siempre estoy deseando que me torture ella. La idea del amo es una orgía, con juegos sado incluidos, zoofilia y lluvia dorada que tendrá como condición el que todos los hombres eyaculen dentro de mi ano. Esther, mi hija, como reverso del uso de su vagina, no tendrá derecho a semen por ningún agujero.
Muchas veces les he escrito confesiones y creo que lo hago para liberarme de la carga que me entregan y tengo que decirles que en parte he sacado al viento propias bastante pesadas.
Me levanté de mi cama, fui a la cocina, abrí la heladera, tomé una botellita de agua mineral y me acerqué a la ventana, se sentía un exquisito aroma a tierra mojada y estallo la lluvia, aquello calmaba mis ánimos tan exaltados, sentí la necesidad de salir a tomar aire fresco, cuando abrí la puerta todo ese aroma me inundó y me sentía extasiada.
Planteado el problema a Harry, aceptó las condiciones y así yo me convertí en su amante equiparada en derechos a él, Luz sería nuestra puta financiadora ejerciente en un burdel de sanidad garantizada y mamá sería nuestra esclava con empleo a capricho o necesidad. Los cuatro elaboramos y firmamos un contrato para sellar el acuerdo.
La presencia de ese joven albañil en su casa no le produjo en veces anteriores ninguna sensación, ver su torso desnudo esa mañana movió sus ganas de sexo, cuarenta y siete años, dos hijas ya adultas, se sentía sola, sabiendo que cuando salto el sello , sintió correr su sangre italiana caliente en sus arterías del deseo.
Ella se bajo a abrir la tranquera de alambres , con un candado con cerradura de seguridad dando una imagen de un esnobismo propio de citadinos, la naturalidad que desde su infancia adquirió en años de hacerlo aún a caballo en las tranqueras de madera más ensalzaba su figura
Faltaban 15 minutos para la salida del micro ómnibus y en la dársena de salida había muy poca gente, por lo que me alegré pensando que viajaría muy cómodo y no se me sentaría ningún gordo, como es en la mayoría de las oportunidades que me ocurre en todo tipo de transportes.
La fiesta de fin de año, termino cuando bailando a la madrugada volvimos a nuestros hogares, las cuatro nos fuimos a dormir a mi casa que quedaba en el centro, a eso de las cinco de la tarde despertamos ante la mirada de mi madre.
Ese fin de semana me fui a pasarlo a la costa, y me acompaño Miguel, con quien teníamos un tiempo de conocernos y me invito al viaje y acepté, él era muy agradable y atractivo, no es una relación seria, pero la pasamos bien juntos y nos vemos de vez en cuando para tener buen sexo y pasar un momento agradable, me sorprendió un poco al invitarme pero necesitaba relajarme un poco así que acepté con gusto.
Una mujer madura con un aura especial principal integrante de un trio de orgias.
Una vez más me equivoque, sentada a su lado, por unos instantes seguimos al sol en su camino a la noche, el momento era propicio para hablar y creo obligatorio relatarles una vez más escuche una confesión en este caso de una compañera de viaje.
Así lo hicimos. Ella llevaba puesto un top de una tela que sostenía sus hermosas tetitas paradas sin necesidad de corpiño y el cierre de atrás era de abrojos, así se lo había indicado Tor, que lo usaría para facilitar la maniobra, el vestido era de raso corito y acampanado, y debajo llevaba medias negras con portaligas y una pequeña bikini con tajo al medio, que la llamaban "siempre lista".