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Relatos eróticos de España
Historias sexuales escritas por autores españoles.

La chica de la revista

El chico abre los ojos como platos. Entra una despampanante mujer vestida con una espectacular cazadora negra, que tapa una camiseta roja; y debajo unos ceñidos pantalones que comprimen unas poderosas piernas y unas nalgas de ensueño.

El vagabundo y su dama II

¡Bufff! Quédate así me dijo, apoyando su polla y huevos en mi culo, empezando a subirme la cazadora y camiseta haciéndome estirar los brazos sobre la mesa, y que ambas prendas dejasen mi espalda y torso al descubierto. ¡Ay que bueno estás! ¡ooohhh que culito! Decía restregando su polla y huevos por mi culo, mientras besaba mi espalda y mordía mi nuca.

El cuadro del apocalipsis fue testigo de un amor apasionado mientras en la calle rugía la tormenta

Pero no todo lo investigado, conocido derivó en placeres encontrados, aunque sí quedó para siempre una imagen, una voz sonora, unos ojos que brillaban vivos, expresivos, gritando: ¡ basta ya!. Letras de canciones - con temas críticos- la fábrica, el trabajo, la rueda dejó de ser madera hace tiempo para no cesar de girar. Palabras y más palabras, frases entrecortadas, nerviosas, impregnaron nuestro recuerdo, sólo eso que no es mucho y nada más".

El hombre ninfómano

Así que mis masturbaciones son constantes. A veces y sobre todo cuando era adolescente tenía que hacerme una paja cada hora. Además luego está la gente y sus comentarios. A veces voy por la calle y me reconocen y dicen:: "No es aquel que va por allí el hombre ninfómano". Y eso me traumatiza.

Mensaje en una botella

Advierto que deseo someterla en mi isla, atraparla en ella, hacerla mi esclava, sin más compromiso que el de sentirse mía en el interior de su mente, en sus húmedos sueños liberados. Inexperta en el dolor y en la sumisión, posiblemente nunca atraída por estas sensaciones, pero que al leer mi mensaje, sienta deseos de descubrirlos.

La orgía vivida por una chica de pueblo después de una magnífica representación teatral

La obra terminó su representación en la plaza del pueblo, sobre las once de la noche, con muchísimo público aplaudiendo a rabiar a los actores por el entorno conseguido de una obra siempre difícil, trágico drama, no siempre fácil de representar; aún puedo sentir ese dolor de estómago consecuencia de ese argumento tan visceral, sentía nauseas.

El vagabundo y su dama I

Yo me quedé embobado mirando para su polla cómo meaba. Joder menudo rabo tenía el vagabundo, sí que era larga la polla que se gastaba. Cuando levanté la vista hacia su cara, él estaba viendo cómo yo miraba y no sacaba los ojos de su verga.

Me llevó a un vagón del tren

Yo solo pude reaccionar llevando mi mano a aquella hinchada polla que me tenía hipnotizado, y agarrarla con mi mano acariciándola. Mientras él, buscó mi hoyito con su dedo, cuando lo encontró, presionó el esfínter, haciendo que su dedo entrara en mi culo. ¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemí al entrar el dedo en mi culo. Calla maricón, no grites tanto que nos pueden escuchar, me dijo sin sacar el dedo de mi culo.

La hija de mi jefe

Me dijo que me sentara en su mesa, se colocó entre mis piernas y continuo con su mamada recorriendo mi verga con su lengua y con una cara de estar muy caliente, subió un poco y lamio con su lengua mi vientre a la vez que apretaba mi polla entre sus tetas moviéndose arriba y abajo haciéndome una cubana de la cual cada vez que me acuerdo se me ponen los vellos de punta.

El señor del mar IV

Con extrema suavidad, la verga fue penetrándola, hasta quedar atrapada por completo en la húmeda caverna de su ardiente sexo. Una oleada de placer sacudió a Miriam que, frenéticamente, cabalgó sobre el miembro de SeaLord, enloquecida, poseída por un deseo desmedido que aniquiló sus miedos y complejos.

El viejo de la estación me lleva a su casa

No se le pasó desapercibido al viejo, mi estado de empalme y la calentura que llevaba encima. Joder cómo estás, andas bien salido me decía, acariciándome la polla y huevos a la vez que me estrujaba los cachetes del culo. Si quieres luego vamos y te llevo a mi casa, que me gustaría meterte en mi cama y quitarte esta calentura. Bu bueno le dije tartamudeando, pero déjame mear que así no puedo hacerlo.

La historia real de como me follé a la mujer de mi empleado

La cogí por detrás, pegándome a ella y diciéndole que la deseaba al oído, en ese momento ella me aparto me dijo que no podía, lo siento, me pareces atractivo pero., yo no podía aguantar mas, estaba ardiendo, la cogí por la cintura y la pegué a mi, intente besarla y ella se aparto, la idea de que se resistiera me estaba poniendo mas cachondo en ese momento mi paquete estaba muy duro, le cogí su mano y se lo puse en mi paquete ella la aparto dijo que lo sentía.

Una noche doblemente buena

Supe que había conseguido mi propósito cuando pasé por delante de la portería y en efecto el portero no me quitó ojo además llevaba un tanga lo cual hacía que se notase un poco por lo ajustado del mono. En la puerta de mi casa estaban mis amigas, nos subimos al coche y salimos a quemar la noche.

Hermanito ideal

Mira hazme así con tu dedito y ejemplifique haciéndolo yo con mi dedo rápidamente aprendió y empecé tener las sensaciones más deliciosas que nunca había sentido, casi explotaba en un gran orgasmo, pero cuando casi lo conseguía se retiro un poco, se puso en medio de mis piernas, me las flexionó, tomo su pito con la mano y lo colocó en medio de mi panochita