Historia de Basily y Alex I
Mi primera experiencia sexual con un chico.
Relatos eróticos
Mi primera experiencia sexual con un chico.
Víctor, amigo de mi padre, mi iniciador, me desvirga, me preña y me hace suyo,
Este es el relato que un lector me pidió que escribiera, de cómo desvirgó e hizo suyo a un jovencito vecino, preñándolo por primera vez en su debut en el sexo.
Sabía que aquel jovencito andaría caliente, con ganas de sexo y solo era cuestión de darle un pequeño empujoncito. Había visto unas casas abandonadas a medio derruir cuando lo seguía, y allí era a donde lo iba a llevar si aquel jovencito decidía seguirlo.
Por aquel entonces contaba 19 años, iba al instituto Eusebio da Guarda, eran clases para adultos, muchas veces en lugar de acudir a clase, lataba, otros llamaréis hacer pellas, en fin, la cosa es no acudir a clase. Lo que hacía era ir por La Coruña a beber, fumar, jugar al ajedrez, en fin, ir de rumba todo el día, hasta que llegaba la noche que era cuando me iba a la estación de autobuses para coger el coche de línea e irme para mi casa.
Al fijarme más en él, pude apreciar que me estaba haciendo señas y bufff, el cabrón tenía la polla de fuera, menuda tranca que se le podía apreciar, era bien larga y ya la tenía bien tiesa, se la estaba acariciando con la mano a la vez que la exhibía para que se la pudiera apreciar.
No habíamos quedado concretamente a ninguna hora, pero presentía que me esperaría la mañana del miércoles, como los otros días, así que después de dejar al chico en el colegio, nuevamente me dirigía hacia la casa de Eva, a jugar una partida que sabía y estaba deseando perder.
Me llamo Miguel ángel, soy gay, aunque en mi familia no saben nada de mis gustos sexuales, o al menos eso creo. Estando de visita en Bogotá, acudí a una sala gay, donde además de sauna, cuarto oscuro, etc. Aquel día había un espectáculo de estriptis, del que fui algo más que un simple espectador.
Salido y caliente como estaba, aquel sábado vuelvo a la taberna de Bernardino, donde vuelvo a ser enculado por el tabernero y su amigo.
Había subido al vehículo del amigo del tabernero, se había ofrecido a llevarme después de haberme follado junto a su amigo, y ahora después de dudar un poco, había aceptado a ir con él a su casa. Me había invitado a beber algo y pasar un buen rato junto a él.
Hace unos meses me encontré con Eva, una amiga de mi juventud. Hacía años que no la veía y la verdad es que me alegré mucho de encontrarme con ella, por que me hizo rejuvenecer, recordar tiempos pasados.
Que, cuanto tiempo sin venir por aquí, ¿eh? Me decía echando su mano a mi entrepierna, empezando a palparme la polla y genitales, a la vez que me preguntaba si ya no me gustaba fumar puritos. Que, cuanto tiempo sin venir por aquí, ¿eh? Me decía echando su mano a mi entrepierna, empezando a palparme la polla y genitales, a la vez que me preguntaba si ya no me gustaba fumar puritos.
Hubo otro fogonazo de luz y la bestia se convirtió en una joven pelirroja (teñida) bastante guapa, de unos 24 años y sobre todo con un cuerpo espectacular.
Ayer por la tarde mi mujer y yo estábamos en el estudio de nuestra casa, ambos frente al ordenador, ella buscando artículos en Internet sobre un proyecto que preparaba para la empresa en la que trabaja, y yo en mi ordenador trabajando en un programa que estaba desarrollando.
Espera un momentito que estoy apurado, me decía metiéndose en el aseo. Vi cómo entraba todo apurado al aseo, a la vez que se iba levantando el pequeño mandil que llevaba puesto por encima del pantalón.
Las secuelas de la actitud de mi padre fue mi timidez y mi soledad y también la de mi madre. Ella sabía que a mí me costaba salir con chicas. Y yo sabía que mi madre no disfrutaba con mi padre.
Este es un relato real de spermatron, donde nos cuenta como fueron sus inicios y como se convirtió en la putita de su primo Andrés.
Los nervios me podían, el chaval estaba allí de pie y me dijo “¿quieres rabo?” Mientras se sobaba su paquete por encima del pantalón. Yo, sin poder decir ni media palabra, sólo me agaché y le empecé a sobar el paquete.
Aquel día de sol, fui como en muchas ocasiones a pasear por las dunas, iba como siempre buscando quien me diera una buena follada. Allí fue donde empecé a tener encuentros con hombres, al principio solo fueron mamadas y poder ver y disfrutar de otros cuerpos desnudos, hasta que un día perdí la poca inocencia virginal que me quedaba, vamos que allí fue donde me desvirgaron a los 16 añitos.
Al ver que yo no decía ni hacía nada, viendo que me había quedado paralizado, él empezó a restregarme aquel enorme bulto, viendo que yo me dejaba hacer. Ahora ya no solo era su paquete el que se restregaba a mí, ahora sus manos ya empezaban a meterme mano.