Tenía que lograrlo
Había conseguido hacer un trio HMH con mi pareja, pero ahora quería hacer MHM.
Relatos eróticos
Había conseguido hacer un trio HMH con mi pareja, pero ahora quería hacer MHM.
La tía madura aprende a beber tequila con sus sobrinos, y el trago y su aburrimiento le traerán una sorpresa.
Mariela había enloquecido, tironeaba del perro y lo follaba con todo su cuerpo, Lucky emitía unos ligeros y agudos chillidos sintiendo los músculos de mi esposa que ordeñaban con fuerza su pene, tal y como lo hace conmigo
He recordado muchas cosas, sobre todo el hecho de que mi perro y yo hemos tenido relaciones de sexo.
Cierto que en las duchas algunos chicos se mofaban y habían comenzado a llamarme “El manguera”
La verga del artista estaba ahí incólume, como un grueso pincel pronto a dibujar nuevos orgasmos en mi conchita…
Te veo salir de la ducha y extiendo mi mano con tu trago, lo recibes guiñándome un ojo atrevido, prometiente y perverso.
Lo sentí entrar y se fue directamente a cepillarse los dientes, yo fingía detrás del vidrio borroso de enjabonar mis tetas y muslos
No me quedo otra opción que permanecer en cuatro patas sintiendo su nudo, su esperma y disfrutando los orgasmos
Leandro hizo todo perfectamente, sus manos temblaban cuando procedió a echar la cremita a sus piernecitas, esos muslitos regordetes
El viejo no se lo hizo repetir, se colocó detrás de mí, sentí el bulbo de su cabezota deslizarse entre mis glúteos
Lo deseaba cada vez más, así que prontamente me arrodillé, Fred se metió detrás de mi y continuo a lamerme, pero esta vez su lengua se ocupaba de mi culo enviando temblores a todo mi ser, sentí que Mario se acercó a mi y me desabrocho mi falda y bajó el cierre de la misma, levantando una pierna a la vez, le facilite el modo de quitármela y dejarme desnuda desde mi cintura hacia abajo
Me puso una almohada bajo mi vientre, sus dedos entraban y salían de mi culito, me abrió las piernas y lo sentí ubicarse entre ellas, después dirigió su pene enhiesto a mí orificio anal …
Pasados algunos días, Carolina me avisó que le tocaba a ella hacerse cargo del turno de cuidar a mi suegra, así que iniciamos nuestro ritual de follar con mayor asiduidad y prepararnos para el periodo de abstinencia, yo ya sabía que la única abstinencia la estaba haciendo la Sole y ya me imaginaba de cómo estará de caliente y sedienta de sexo
Los momentos pasaban y la Sole comenzó a respirar afanosamente y a chillar con gozo, no me atrevía a moverme y cogerla fogosamente para no romper el hechizo de este momento tan íntimo que se había formado entre mi hija y yo, la Sole empujaba hacia arriba para sentir mi pija penetrante restregando las paredes de su coño, yo trataba de variar la angulación en que mi pene entraba y salía de su estrecha conchita.
—¡Lo sabía, papi que lo hacías pensando en mí! … ¡Lo sé que te niegas a penetrarme, papi! … ¡Lo sé y no lo entiendo! … ¡Lo sé que también tú lo deseas, papito! … ¡Dime que te gustaría meterme tu verga, papi! … ¡Dímelo! … ¡Quiero escucharlo, papi! … ¡Sí quieres que me corra ahorita mismo, dímelo! … ¡Dímelo! …
Sujeté a mi hija mientras se derrumbaba sobre el sofá y continuaba a convulsionar, sus ojos estaban cerrados al igual que sus muslos, tenía un brazo sobre su frente y su mano estaba todavía crispada en una especie de agonía post orgásmica, la contemplé por largo rato mientras sus tetas se cimbraban y temblaban, finalmente se recompuso un poco.
La Sole follaba mi boca totalmente fuera de control mientras corcoveaba sobre el lecho, la dejé y ella se volteó escondiendo su rostro debajo de su almohada…
Perdí la noción del tiempo, quizás también mis sentidos, una vorágine de placer se apoderó de mi ser, mi sangre hervía en mis venas, mi concha se había transformado en mil conchitas que vibraban y contraían procurándome múltiples orgasmos, miles de coños frenéticos se corrían en mi cuerpo, un orgasmo sideral, celestial y demencial…
No era desagradable la posición, pero me parecía un poco bizarra, luego él se acomodó detrás de mí y su verga apareció casi de entre mis nalgas, desplazándose por todo el largo de mi conchita …