Llevaba algo en el sexo, pues unas correas de cuero subían hasta su cintura enlazándola. Por eso no quería quedarse desnuda. "Quítate el consolador" le pidió él. Carol estaba nerviosa, también le temblaban las manos.
Manuel metió la lengua en el hoyo de Laura pero debido a su estrechez no pudo hacerlo por mucho tiempo y su pene aun no se erguía, así que metió un dedo para darle gusto.
Era ya la hora de la siesta. Patricia ya tenía permiso para ponerse bragas. Se paseaba ufana y pro un momento pensé que las impresiones de la noche, en la que había llegado a la conclusión que ella también hubiera deseado que las vacaciones hubieran continuado, eran imaginaciones mías.
Entonces Luis se levantó y me puso una mano en mi trasero y comenzó a acariciármelo, me mantuvo inclinada y con su dedo pulgar me frotaba en medio de las nalgas y por encima del vestido; comencé a sentirme muy caliente y le sonreí.
Bese y recorrí con mi lengua sus hombros, cuello y espalda, mordisquee su culo y acaricie sus piernas, acaricie su vagina y sentí la terrible humedad y calor nuevamente, ella se volvió a doblar y abrió un poco sus piernas, yo aproveche para quitar la tanga y acariciar por abajo su clítoris.
Lo tomé por los testículos que son grandes y pesados, se los acaricie y comenzó a menearse de atrás hacia adelante, tratando de meter lo más posible su gran pene en mi boca; a pesar de ya estar chorreando mi boca junto con su pene por su lubricación y mi saliva, no entraba todo!!!
Al escuchar esto la tomé de la cintura como si fuera la mujer más femenina que haya conocido y la conduje hasta mi habitación, le pedí que se acostara boca abajo y se pusiera un almohadón debajo de su vientre para que le quedara más expuesto su ano.
Llegó a la dirección que me diste, tocó impaciente a la puerta, y esperó... no tardas mucho, veo en tus ojos que me reconoces perfectamente, y que te gusta lo que ves, me dices, “alma” y con solo esa palabra sellamos nuestro encuentro, me invitas a pasar tomándome de la mano y jalándome hacia adentro
Su quejido me excitó aún más, con lo que empuje hasta sentir la mitad del pene dentro, dios mío creía estar soñando, pero mi sorpresa fue aún mayor cuando Isabel levantó el culo para acabar de introducir todo el pene dentro de su culo.
Extrañamente como luego me explico, no sentí mucho dolor cuando me metió la punta. Hizo otro esfuerzo y metió un poco más; ahí sí sentí un poco de dolor, pero nada terrible; el fastidio era superado con creces por el placer que sentía.
Dejo que su perro hiciese lo que su instinto le ordenaba.
Tanto mi tía como mi prima son mujeres muy atractivas mi tía una mujer joven de tez clara y unos pechos de campeonato, un culo redondito y mi primita que aunque está un poco bajita de estatura tiene un cuerpazo y una boquita que se antoja.
Ella sumisa le obedece, pero antes coge un poco de gel lubricante y se lo unta en su ya adolorido esfínter (basta saber que en tres días han estado haciendo sexo anal hasta cansarse)
Cuando se sintió satisfecho el desgraciado me levanto a la fuerza tomándome de un brazo y llevándome así desnuda como estaba, con el pelo revuelto y rastros de sangre y semen corriéndome por los muslos empujándome hacia la puerta.
Tan solo es necesaría una frase, para retroceder en el tiempo y revivir toda una historia.
En la mañana me puse una bikini diminuto de esos de hilo dental, que solo cubría parcialmente lo necesario y por el frente se escapaban algunos de mis bellos, y me fui a la alberca de la casa, al rato él llegó al verme así se quedó mudo pero yo le eché agua y empezamos a jugar, después de un rato me senté en la orilla de la alberca él se dirigió hacia a mi nadando me tomo de las rodillas
Total nos fuimos a un lugar donde no transitaban muchos autos entonces yo estacione el auto en el lugar menos visible y lo apague, y me dispuse a tocar su pene, (este media no menos de 20 CM y con una cabeza muy grande) y le baje la bragueta y empece a acariciarlo y fue entonces cuando mi corazón casi se me salía
Amistad y sexo, ¿porque no?.
El inicio de su vida sexual fue para el y para mi el mejor momento de nuestras vidas. El tiempo y nuestros sentimientos guardados hicieron el resto. Somos felices al fin!.
Hasta este momento ella no había pronunciado ni un sola palabra. La habitación contaba con un jacuzzi a un lado de la cama, me levanté toma la botella de champaña y le pedí que se metiera conmigo me pidió que la esperara un poco se levantó fue al baño y tomó una rápida ducha regresó y se metió al jacuzzi tomamos unos copas más y la comencé a besar y su respuesta fue más apasionada que al principio, ya había perdido un poco la pena de saber que estaba siendo infiel.