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Una madre cede su sexo porque ama en exceso a su hijo

Me quitó el sostén y besó todo mi pecho, mamando de los pezones durísimos. Miré al techo y eché un suspiro de emoción y placer, y mi chico me lamió de arriba abajo mi estilizado cuello. Quedé sólo en bragas y él sólo con su camisa. No era justo, mientras me lo pensaba, le desnudé a él y tomé mi parte: Le besé su pecho sin pelos todavía y así él sobaba mejor aún mis pechos, caídos por la postura, en todo su esplendor.