Casi todos los varones habían intentando sin éxito algo con ella y de todo el personal de la empresa él fue designado para participar junto a ella y otros dos compañeros mas.
Era una mujer normal, no se podría decir que fuera una de esas hembras voluptuosas o espectaculares, sin embargo había algo en ella que me atraía en forma especial, nuestra relación en el trabajo era esporádica al principio, no trabajamos en el mismo departamento y por tanto nos veíamos solo cuando uno de los dos necesitaba una información del otro, sin embargo a lo largo de los 2 años esto fue cambiando, poco a poco empezó a gestarse una camarería que acabo en un buena amistad
Entre gritos, gruñidos y jadeos, ella se dejó caer de espaldas sobre mi tórax y allí pude asirle sus redondas tetas. Le masajeé los pezones hasta que mis dedos se acalambraron y a la vez que mi pito se iba achicando y saliendo de su aterciopelada cueva del amor.