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Ulises y Ely III

Ulises y Ely III

Después de haber tenido nuestras primeras relaciones, Ely se convirtió en una viciosa de todo lo referente al sexo, quería coger cada vez que teníamos ocasión, tuvo un despertar hacia su sexualidad que nunca había encontrado en otra mujer y mi intención era llevarla al paroxismo de la sexualidad.

Ely se volvió aficionada al cine pornográfico, a las revistas y al internet, donde constantemente observaba distintas posturas para copular que invariablemente quería probar, yo aproveche todo esto con la firme intención de probar su segunda virginidad.

Para esto, aprovechando su recién descubierto vicio, dejaba en sus manos revistas con un alto contenido de penetraciones anales, la invitaba a observar películas con esas de penetraciones por el ano, y trataba de observar sus reacciones, hasta que me comento que le parecía que ese tipo de sexo parecía gustarle a los protagonistas.

Yo aproveche para decirle que este tipo de relaciones proporcionaban un inmenso placer a lo que cuestiono que como lo sabía yo.

Le tuve que explicar que yo ya había practicado este tipo de penetraciones con algunas parejas que había tenido y que todas ellas encontraban la penetración anal distinta pero inmensamente deliciosa y que gozaban mucho con ella.

Ely me manifestó que seguramente debía doler mucho meter una verga por un orificio tan pequeño y yo le dije que efectivamente tenia la razón, pero que si se lograba dilatar adecuadamente el esfínter, este contenía miles de terminaciones nerviosas que proporcionaban un placer que difícilmente se puede comparar con cualquier otro.

Hasta ahí permití que llegara nuestra conversación aquel día, debía tener yo mucha paciencia si quería lograr el objetivo que tenía yo en mente.

La siguiente ves que tuvimos relaciones, no la penetre, esa tarde le pedí que se pusiera un vestido muy holgado que le cubre todo su cuerpo y no delinea su figura, la lleve a un parque cercano y la senté en la parte de arriba de una resbaladilla, sentada hacia parte contraria de la pendiente, eran cerca de las 8:00 de la noche y había poca gente, comencé a besar sus manos y a acariciar sus piernas la fui calentando poco a poco recordándole la experiencia que tuvimos en el cine, aquella donde la cogí mientras nos observaban, fui levantando su vestido hasta que puede ver su deliciosa panocha totalmente depilada, como la de una niña, besé sus muslos, besé alrededor de sus labios vaginales y casi podría jurar que tubo un orgasmo, abrí lentamente los labios de su vagina y chupé y mamé su clítoris como sé que le gusta, ella ya se encontraba fuera de sí, de su lubricación que ya había escurrido hacia sus nalgas moje mi dedo índice y comencé a acariciar la entrada de su pequeño ano, ella se retiró un poco pero yo insistí y finalmente logre que comenzara a gozar con la mamada en su panocha y mi dedo jugando en su pequeña entrada.

Era tanta su desesperación por el goce que sentía, que tomo mi cabeza y la oprimió contra su vagina, levantó su cadera, momento que yo aproveché para meter mi dedo completo en su culo, lo metí y lo saqué totalmente lubricado por espacio de 2 minutos y obtuvo el orgasmo más grande experimentado hasta ese momento…

Un par de días después de la experiencia de la resbaladilla con Ulises estaba decidida a que algo más sucediera, Ulises me había llevado a gozar placeres insospechados para mí y esta vez no dejaría que su ritmo se impusiera. Esa tarde íbamos a estar solos en mi casa, mi familia iba a salir pero yo me quedaría con el pretexto de que tenía que estudiar mucho…

Así que al llegar la tarde averiguaría si en verdad dolía mucho eso del sexo anal o no… Y Ulises podía decir misa, que ese día o me lo hacia por el culo o se perdería de hacérmelo por ahí… La noviecita sumisa había desaparecido.

Llegó Ulises sobre las 7 de la noche, yo estaba enfundada en un coordinado de piel que mi madre me había comprado, muy ceñido al cuerpo, dos piezas, un vestidito cortito y un saco, todo de piel, no llevaba nada debajo… Le abrí la puerta y al entrar mi miró con ojos de lujuria… yo sonreí…

Apenas cerramos la puerta, se tiró sobre mí, el saber que podíamos coger en mi casa lo ponía como loco… Así que para que fuera aun más perverso, lo llevé a la recamara de mis padres…

Entramos y rápidamente me quitó el saco y empezó a acariciar mi cuerpo… le dije que no podía quitarme el vestido…

Así que lo tiré sobre la cama y empecé a desnudarlo, él se dejaba hacer un tanto sorprendido lo dejé totalmente desnudo y entonces me lancé a mamar su verga de manera lasciva… con lujuria, como una puta profesional… empecé a lamer sus huevos, a lamerlos suavemente para después chuparlos despacio… los metía a mi boca alternadamente, jugándolos con mi boca, con mi lengua… lo tenía loco en pocos minutos…

Cuando por fin comencé a mamar su verga, él gimió muy fuerte, y se dejó hacer… mi boca se tragaba toda su verga, entraba y salía de mi boca mientras succionaba, volviéndolo loco, había aprendido a mamar verga de manera experta, así que sabía volverlo loco…

Cuando lo tuve a punto de correrse, me detuve… Entonces él me hizo acostarme en la cama y subiendo la falda del vestido empezó a acariciarme mi panochita… la cual estaba empapada desde rato antes… Metió rápidamente dos dedos dentro de mi y con la otra mano bajó los tirantes del vestido para descubrir mis pechos… y mientras sus dedos me llevaban a la gloria, su boca mamaba mis pechos a los pocos minutos empecé a gritar de placer… me corrí de manera espectacular…

Después de unos minutos me levanté y bajando el vestido a la cintura, tiré a Ulises en la cama y me subí a él… montándolo y clavando su verga dentro de mi panochita… y cabalgué como loca su verga, hasta correrme de nuevo…

Entonces, habiendo preparado todo según había leído y visto en películas, tomé un tarrito de vaselina, Ulises no se dio cuenta pues lo tenía al borde de la locura, me embarré bien la vaselina en el culo mientras seguía cabalgando la verga de Ulises, él tenía los ojos cerrados y sólo se dedicaba a sentir…

Así que cuando tuve listo mi culito, bien lubricado con mis dedos dentro me detuve, pero antes de que él se diera cuenta de lo que haría, lo saqué de mi panocha y me lo clavé en mi culo…

El dolor que sentí me cortó un poco la calentura, pero yo sabía por lo que me había dicho Ulises que dolía pero después de un momento el dolor empieza a bajar, Ulises me mira fijamente, un poco resentido y mucho mas lujurioso que antes, me toma de las caderas y empieza a moverme, aun duele pero efectivamente menos y empiezo a sentir una mezcla de placer y dolor que empieza a enloquecerme…

Sus caderas se movían contra mi y empezamos una cabalgata frenética y salvaje que nos hacía gritar con cada arremetida, estábamos poseídos, salvajes, deseosos de mas y mas… metía tres dedos dentro de mi panocha y mientras yo cabalgaba su verga como poseída por algún extraño demonio que me obliga a ser perversa…

Ulises entonces me cambió de posición, poniéndome de espaldas a la pared, agarrándome de la cabecera, pero hincada de modo que estaba prácticamente enderezada, por lo que cuando sentí entrar su verga en mi culo, me volvió a doler pero se paso rápido…

Sus movimientos me ponían febril enloquecí al grado de gritar de placer con cada embestida…

Él me daba con toda la fuerza de que era capaz y agarrando mis pechos me dio verga con más fuerza, me destrozaba el culo con cada embestida, haciéndome gozar como una putita…

Hasta que en uno de los muchos orgasmos que tuve en esos momentos él se derramó dentro de mi culo… mientras me gritaba que gozara como la puta que era!!!

Eso hizo que mi orgasmo fuera aun más fuerte y me corrí como loca… Y él también… Una vez que acabamos nos dimos cuenta que mi familia estaba por llegar así que nos apuramos a dejar las cosas como estaban, él salió de casa diciéndome que pronto probaría placeres nuevos… A los 15 minutos llegó mi familia…

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