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Metiéndome… nuevos esquemas

Metiéndome… nuevos esquemas

Metiéndome…nuevos esquemas

-Nos vemos otro día entonces, hasta luego Rut!

-Hasta luego Luis

Son las 2 de la tarde en pleno mes de mayo y hace un calor sofocante…¡Uf! No sé que tiene la primavera que me hace hervir la sangre y me altera más de lo que es habitual, y mi ex-cuñadito me acaba de dejar colgada, ¡con lo que me pone este niño!

Había pensado pasar todo el día en casa huyendo del calor, pero al final he decidido darme una ducha tibia, para desperezarme.

Enciendo la ducha y dejo que el agua resbale por mi cuerpo, provocandome una cálida sensación que me hace estremecer de placer… Me gusta sentir como las gotas caen por mi piel, como se deslizan desde el cuello acariciándome los pezones y precipitándose hacia el suelo de la bañera… ¡mmmm! Hago resbalar el agua por mi sexo y inconscientemente mi mano empieza a jugar con los rizos de mi coñito parcialmente depilado, se hunden en él, abriéndose camino entre mis labios, que los acogen impacientes. El suave vaivén de mis dedos me hace olvidar donde estoy y me nubla la visión !hasta hacerme estallar entre gemidos de placer….!

Me encanta tocarme, pero… hoy mi sexo quiere más, ¡y yo tampoco quiero conformarme con tan poco! Decido salir a la calle…quien sabe que sorpresas puede traer este viento cálido que hoy se ha levantado…

Me ha costado un poco elegir la ropa que me voy a poner, no se hasta que punto quiero hacerme ver. Al final me he decidido por un vestido azul cielo, cómodo pero ajustado; no es nada del otro mundo, pero tiene un escote muy generoso y se me ciñe a los pezones, la verdad es que me sienta genial. Para redondear la elección he escogido un tanga del mismo color, y me he quitado los sujetadores para notar el contacto de la ropa. El vestido es cortísimo y además, al moverme, se me engancha en el culo levantándose y dejando entrever mi minúsculo tanga, mientras camino al compás de unas sandalias blancas de tacón.

Salgo a la calle y enseguida veo como se clavan en mi todas las miradas…no hago nada por evitarlas y camino moviendo las caderas de forma insinuante…mientras me fijo en la reacción de los tíos con los que me voy cruzando; me encanta ver tantos ojos fijos en mi cuerpo, ¡me pone tan cachonda! Pero será mejor que me tranquilice, ¡el día no ha hecho más que empezar!

Me siento en una terracita soleada y tiro hacia atrás la cabeza para disfrutar del sol. Me devuelve a la realidad la voz del camarero, un tío buenazo, unos 36 años, espalda ancha, brazos fuertes y mirada penetrante.

-¿Como te llamas?- le suelto de buenas a primeras.

-Juan –contesta mientras me repasa de arriba a abajo descaradamente- ¿Qué vas a querer?- me pregunta sin quitarme el ojo de encima

-un granizado de limón muy frío- le pido, y el se va con una sonrisa. Vuelve enseguida y al servírmelo me suelta, con un deje de complicidad… -¿vas a tener bastante?

-De momento sí, gracias- le digo con una mirada inocente. Cojo el vaso y empiezo a chupar lentamente la pajita, saboreando cada sorbo. Al poco rato sólo queda el hielo. Inclino entonces el vaso, y lentamente paso la lengua atrapando pequeños trozos haciéndolos añicos con los dientes, para luego lamerme los labios recogiendo los trocitos. Pronto me doy cuenta que no soy la única que disfruta con el juego, veo como el camarero y un compañero suyo más cachas, que no está nada mal, mantienen la mirada fija en mí.

Al darse cuenta que los he descubierto Juan me sonríe y, después de decirle algo a su compañero se me acerca con cara alegre .

-¿Quieres algo más?, ¡la casa invita!- y al verme dudar añade – ¿Tal vez te apetece el coctel especial?- y sin darme tiempo a responder me tira de la mano levantándome de golpe -¡ven que te lo enseñaré!

Estoy desconcertada, esto va muy rápido, pero le sigo a ver que me ofrece…Me lleva a un cuartito que deben utilizar como almacén. Está bastante oscuro y solo distingo unas cuantas cajas amontonadas y un armario que me llega a la rodilla, parece una nevera.

-¿Que te apetece tomar?- me suelta de golpe, y sin darme tiempo a reaccionar abre una de las puertas del armario, veo que es un congelador. -¿Has dicho que te gusta mucho el hielo, verdad?- me dice mientras va llenando un vaso con cubitos. No le contesto de tan alucinada que estoy. Me indica que me siente en la parte del congelador que no está abierta. Obedezco. El frío contacto del metal en mis piernas me provoca un escalofrío que me recorre todo el cuerpo, se me pone la piel de gallina y los pezones se me endurecen, haciendo que el contacto con la tela del vestido me ponga un poco enferma. Él se da cuenta y, acercándome el vaso me pregunta -¿que ponemos encanto?.

-Con un zumo de piña tengo bastante- contesto casi en un susurro. El me lanza una mirada penetrante, acerca su cara a la mía de manera que noto como su respiración me quema y me pasa sus helados dedos por la mejilla haciéndome estremecer de nuevo.

-¿Seguro que no quieres nada más?- Yo me estoy poniendo muy nerviosa, no puedo dejar de imaginar sus manos acariciándome todo el cuerpo. El se pone de nuevo en pie y su paquete me queda delante de la cara, no sé adonde mirar. Juan empieza a acariciarme el pelo suavemente, yo estoy bloqueada, cierro los ojos y disfruto del suave contacto.

-¿Seguro que no quieres nada más putita?- sus palabras me hacen volver de golpe al mundo, pero antes de que pueda reaccionar el me coge fuertemente del pelo y me acerca la cara al enorme bulto que ha crecido en su pantalón.

-¡Desabróchamelos calientapollas!, !estás deseando ver lo que hay dentro!, ¿verdad?- yo me descubro alucinada obedeciendo, en parte por miedo, en parte por curiosidad…

Los pantalones caen al suelo, y descubro un miembro erecto, grande y bien proporcionado. !No lleva calzoncillos el muy cabrón!. Mientras estoy mirándole la polla como atontada me coge de la cabeza con fuerza  y¡ me la hace tragar entera!

-!Mama putita!, !Es toda para ti!-

No hace falta que me lo repita dos veces; con su polla en la boca pierdo el miedo que tenía y me dedico a disfrutar del manjar que me ofrece. El se da cuenta que no necesita forzarme, pero el juego le ha gustado y no quiere acabarlo tan rápido.

-Bien zorrita, ahora ya sabes quien manda, pero no te tengo donde yo quiero…- me saca la polla de la boca y me lleva hacia una pared donde hay una tubería que pasa paralela al suelo por encima de mi cabeza. Veo que ha cogido una cuerda con la que me ata las manos a la conducción; busca algo, ya veo, un trozo de tela que rasga con violencia para luego ponérmelo en la boca; rasga otro y me venda los ojos….Al verme indefensa vuelvo a sentir un poco de miedo, no conozco a este tío de nada, pero a la vez !me estoy poniendo tan caliente!.

Oigo como se aleja de mí, me deja sola. Al cabo de unos minutos, que me han parecido una eternidad, escucho pasos, no vuelve solo. Oigo como se cierra una puerta y como gira una llave. Me pregunto que pasará… Noto su presencia a flor de piel…

-¡Ras!- ¡me han roto el vestido!… dos manos fuertes recorren mi cuerpo quitando los restos de la tela. Se entretienen en mis pezones, dibujan circulos a su alrededor y los pellizcan, estirándolos cada vez más fuerte…chillaría si pudiera; la mezcla de placer y dolor me está volviendo loca.

Otras manos (tal vez las del camarero cachas) me arrancan el tanga destrozándolo y empiezan a rozarme suavemente el sexo, me acarician casualmente, como si hubieran olvidado su objetivo. Si pudiera chillar les gritaría que no me hiciera sufrir más. Parece que se divierten viendo como mi cuerpo se convulsiona buscándolo, pidiendo más…

Finalmente accede a mis deseos y me hunde un dedo entre los labios, moviéndolo lentamente… y me mete otro… y otro… acentuando el movimiento de fuera a dentro, chocando con las paredes de mi vagina que se contrae una y otra vez estallando de placer.

-Ahora te toca a ti- me dice Juan, oigo como arrastra algo y se sube, noto su miembro tocando mi cara. Intento chuparlo, pero él no me deja y solo puedo lamerle la punta, descubriendo cada rincón de su glande que juega a no querer entrar en mi boca. –la quiero dentro- pienso. De golpe se para y pierdo el contacto…lo recupero cuando me la introduce de golpe hasta el fondo de mi boca…la chupo y me la trago una y otra vez. Me coge del pelo y me folla la boca… yo solo puedo mamar mientras noto como crece en mi interior, como la sangre bombea haciéndolo vibrar salvajemente hasta estallar en un lecherazo que llena mi boca.- ¡Trágatelo todo puta!-me ordena, al tiempo que el continuo mete y saca de los dedos del otro en mi vagina me llevan a un orgasmo brutal que me recorre entera. Los ahogados gritos que salen de mi garganta hacen que no pueda tragarme el semen y este se me escape por las comisuras de la boca.

-Ahora vamos a jugar un poco- dice Juan. Me desatan de la tubería y me hacen agacharme poniéndome a cuatro patas. Me atan de nuevo las manos a lo que parece una argolla que debe de haber en el suelo. Empiezan a morderme el culo, cada uno en una nalga, me las manosean con una mano mientras con la otra me acarician las piernas y el coñito. Noto algo frío que me roza las piernas, es el vaso con el hielo supongo. Siento de golpe el frío en mi sexo, juegan a deshacer los cubitos con el calor de mis ardientes labios; luego, me recorren la barriga, y después los hacen girar alrededor de mi culito, en círculos cada vez más pequeños, hasta que primero uno y otro me los introducen en el culo… Es una sensación extraña, aprovechan que ahora lo tenga húmedo para introducirme un dedo cada uno, los mueven lentamente haciéndome disfrutar de la nueva sensación…..

-¡gmmmmm!-gimo cuando uno de ellos se retira y el otro me introduce un nuevo dedo….¡gmmmm!…. noto como se tumba debajo de mí y, agarrándome por el culo, se acerca a mi coñito.

-Me gusta como te lo depilas putita, ¡Me pone muy cachondo esa tira de pelo!- es la voz de Juan. Le sigue el silencio y su lengua explora todos los rincones, me chupa los labios y me atrapa el clítoris…..¡mmmm!…me lo chupa sin descanso hasta que pierdo el mundo de vista.

-¡Gmmmmm!- Estoy a punto de correrme cuando Juan abandona la tarea y antes de que pueda darme cuenta saca los dedos de mi culo y de una sola estocada me clava la polla hasta el fondo…-¡gmmmm!- me muero de gusto…mientras el comienza a moverse al compás de mis gemidos.

-¡Plas!, ¡te has portado muy mal en la terraza!, ¡plas!, ¡tendremos que castigarte!, ¡plas!, ¡sabes que eres una putita que merece un castigo!, ¡plas!, ¡te voy a dejar el culo bien rojo zorra!-, y me embiste sin parar a la vez que golpea mis nalgas.

Noto una presencia delante mío, debe ser el cachas, que me quita el trapo de la boca, Yo aprovecho para desfogarme, -¡me estáis destrozando ca….- aunque me corta la frase al introducirme su gorda polla en la boca.

-¡Calla y come puta!-me dice mientras me coge con fuerza del pelo,- ¿te gusta tener la boca llena eh?- yo intento asentir pero él empieza a follarme la boca al compás de la cabalgada de su amigo. Noto como las pollas llenan al mismo tiempo mi boca y mi culo. Oigo en la lejanía como no paran de insultarme, de llamarme de todo y más, pero yo ya estoy en el séptimo cielo, noto como el orgasmo me llega desde el culo y me llena todo el cuerpo. Ellos lo notan y me follan aun con más ímpetu, siento como si me fueran a destrozar el culo por dentro y por fuera….y entonces el cachas me coge fuerte del pelo y metiéndomela hasta el fondo empieza a descargar su leche

-¡Traga puta, traga!- me ordena mientras Juan también se corre apretando fuertemente mi nalgas contra él. Me siento tan llena que vuelvo a correrme mientras me imagino sus pollas tocándose dentro de mí…. Siento como me llenan su leche caliente y quedo extasiada, hasta que Juan se retira y, poniéndose al lado del otro, me ordena que les limpie las pollas. El cachas la saca y yo empiezo a lamerlas a ciegas ayudada por sus manos que guían mi cabeza

-¡Así, bien limpias zorrita!- y noto el diferente sabor de su semen, además de mi propio sabor.

-¿una cervecita Pedro?- dice Juan

–¡Vale!- y empujándome me dejan tirada en el frío suelo, desnuda salvo por mis sandalias de tacón.

-¡No sufras nena!, aun no hemos acabado contigo, ya sabemos lo que te gusta y ¡te vamos a dar más¡

-!Sois unos cabrones¡, ¡que os den por cu…!- me tapan de nuevo la boca. Se alejan y oigo como abren unas botellas. Hablan, ríen y beben mientras comentan lo bien que se folla conmigo, las ganas que tenían de pillar una putita así de viciosa, y además de gratis.

Me siento sucia y a la vez estoy disfrutando tanto con la situación que vuelvo a humedecerme. Han conseguido que me siente como una putita de verdad. Intento acercar mi coño a mis manos para tocarme, pero están muy bien atadas.

-¡mírala la muy guarra!, ¡quiere más guerra!- y oigo como se acercan de nuevo a mi…y !zas! una polla se clava hasta el fondo de mi culo sin contemplaciones… estoy tan excitada que entra sin problemas por mi dilatado ano. -¡que gusto dios!- dice Andrés, mi nuevo jinete

-¡Espera tío!, que la desato y la vamos a hacer gozar de verdad- y mientras lo hace me dice- ¿quieres más putita?. Yo asiento y gimo de placer, y mientras Andrés me coge de las tetas tirándome hacia atrás, Juan pasa los piernas por debajo de los dos y se acerca hasta tocarme. -¿Tomas algo?- Me dice cariñosamente al oído, y mientras le contesto que no con la cabeza espero que no se le ocurra follarme a pelo.-¡Tranquila!, que no soy un cabrón-, y oigo como rompe un envoltorio al tiempo que mi enculador retira su polla. Me cogen los dos con una mano de la cadera y ¡zas!, me clavan una polla por cada agujero. Mi coñito lo estaba esperando y el orgasmo no se hace esperar

-¡Gmmmm!- !me corro!, !me corro!, !me corro!, !me corro!.. con esta nueva y extraña sensación, !me están follando a la vez por los dos agujeritos!. Quiero chillar y ellos se excitan aun más y incrementan el ritmo.

-¿Ves putita como pedías a gritos que te folláramos?- ¡no podré aguantar tanto placer!…creo que voy a correrme con cada embestida… y cuando me quitan el pañuelo de la boca chillo sin parar- ¡más!, ¡más!, ¡más!, ¡más!, ¡más!- y no dejo gritar hasta que estallo en un orgasmo interminable que acaba enlazando con el suyo que me llena sólo el culo de semen.

Quedamos exahustos…la enfundada polla de juan se retira antes, mientras que Andrés me abraza y espera que se le baje

-¡Dios mío que polvo!, de donde has salido tu niña- dice Juan mientras me quita la venda y me besa en la boca.- !Venga Pedro al tajo!- y este saca su ya flácida polla y empieza a vestirse. -!Ten zorrita!- y me tira lo que parece una bata de camarero

-¡Vuelve cuando quieras que invita la casa!- y salen los dos por la puerta.

No encuentro ni mi roto vestido ni mi tanga, y no me queda otro remedio que salir con la bata puesta, ¡que apenas me cubre el coño y que deja ver el principio de mis nalgas!

Al salir al bar ellos están apoyados en la barra mirándome y enviándome besos, todos los clientes se giran y oigo como me piden consumiciones y les felicitan por la nueva camarera.

Salgo a la calle y me dirijo hacia casa.

Todos el mundo se gira al verme pasar y muchos tíos me silban y me dicen lo guapa que voy o lo putita que soy…

No sé que piel se me debe ver mas roja, si la de la cara o la del culo; y tampoco se que moja más mis piernas, si el semen que me chorrea del culo o la excitación que sigue mojando mis piernas al rememorar la fantástica sesión de sexo que acabo de disfrutar.

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