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Soy muy ardiente, mi mujer no, pero mi cuñada me dejaba hacer todo aquello que me excitaba

Me encuentro casado y mi cuñada es menor que yo 8 años, en la actualidad tiene 22 años y desde uno tiene novio.

En mi juventud, sin ser un modelo, no me faltaban las mujeres, y hubo una época, en que me daba igual alta que baja, gorda que delgada, tan solo quería pillar, y lo que más me gustaba era mamar la concha a toda chica con las que tenía relaciones.

Pero bueno, todo se acaba; conocí a mi mujer, que para mí es maravillosa, pero como suele ocurrir, a ella eso del sexo, como que no le va mucho, llevo 12 años saliendo con ella y durante esos 12 años, el solo hecho de intentar lamer esa maravillosa parte, suponía una pelea entre nosotros, la verdad es que no sé cómo he aguantado tanto tiempo sin volver a probar ese manjar.

La familia de mi mujer es muy estricta y el sexo es palabra y acto tabú.

Cuando conocí a mi cuñada, era una mocosa impertinente y con muy mala leche, no tenía apenas amigas y siempre estaba en su casa. Pero el tiempo no pasa en balde, y esa niña, se ha convertido en una mujer, más bien, es un cañón de mujer. 174cm. 92, 60, 92, (confirmado por ella). Su cara es preciosa y sobre todo, sus pechos, que parece en constante lucha contra la gravedad y siempre sale victoriosa.

(Tan solo decir, que todos los comentarios alrededor de ella, confirma lo que digo).

Desde que empezó a desarrollar, me iba fijando más en ella, pero conmigo no se mostró nunca muy cercana que digamos. Un día en casa de sus padres, cuando llevaba casado un año con su hermana, bajo a abrirme la puerta en una camisa de tirantes, se acababa de levantar y no llevaba sujetador, se le transparentaban los pezones y los tenía bien erectos, mientras mi mujer aparcaba el coche yo metía la compra a casa, y ella me ayudaba, cuando se agachó pude ver en todo su esplendor, el mejor par de tetas que he visto y me pareció que ella se daba cuenta y no le importaba.

Gracias a los pantalones vaqueros, pude contener mi terrible erección. Mientras metía la compra en la nevera pude oír como mi mujer le decía a su hermana que se cambiase, ya que se le notaba todo, mire a mi cuñada para ver con qué cara recibía esas noticias y mi sorpresa fue una sonrisa hacia mí. Con ese par de tetas y esa sonrisa, me estuve haciendo pajas durante mucho tiempo.

Bueno eso pasó, hará unos tres años, y desde entonces no ha vuelto a ocurrir nada, solo los veranos (vivimos en Málaga) con la poca ropa con que se viste y en la playa, me fijaba en ella, pero como también me fijaría en otra que estuviera así de buena. Hace un año, empezó a salir con un chico de su Facultad, y pensé que le vendría bien, ya que me daba la sensación que aún estaba aniñada. Durante este año, he visto muy poco a mi cuñada, ya que entre sus estudios y el novio, no paraba en casa de mis suegros. Este verano, en una conversación, con familia suya que vino a veranear a casa de mis suegros, en lo que digamos, fue la “presentación” del novio a la familia, salió el tema de las playas a las que iríamos el día siguiente y ella dijo que se iría con su novio a una cala, donde se está tranquilo, yo le dije, medio en broma medio en serio, que a esa playa iba muchos nudistas y muchas parejas, se lo dije con un tonillo que provocó la risa de los allí presentes, pero que en ella y el novio provocó un sonrojado en sus caras que parecía que hubiesen salido de una sauna.

Al terminar esa reunión y cuando me marchaba a casa, ella se me acercó y me dijo que era un estúpido y que le había dejado en vergüenza, yo le dije que lo sentía, pero que esa cala, era la fama que tenía y que seguramente ni fuese cierta., ella con una sonrisa en la boca me dijo que ¡¡SI!! que la fama que tiene es cierta, y se marchó. Me dejó sin palabras y con una erección preocupante y que tuve que disimular, ya que llevaba bermudas y unos bóxeres.

En el camino a casa no crucé ni una sola palabra con mi mujer, y mientras ella conducía yo no dejaba de pensar en esas palabras y sobre todo en esa sonrisa, que me dio la impresión de que ocultaba algo más. Bueno de eso pasó un mes y medio, cuando el pasado fin de semana, ocurrió lo que nunca me podía imaginar. El viernes de ese fin de semana, fue mi mujer a recoger a su hermana a la Facultad de Teatinos, y se fueron de tiendas, como acabaron muy tarde decidió que se quedara en mi casa a dormir y aunque mi mujer trabaja los sábados por la mañana, por la tarde seguirían de compras. Yo no le di importancia, incluso me molestó, ya que en mi casa me gusta estar tranquilo.

Cuando me fui a acostar, dejé el video programado para grabar la peli X de C+, no lo hago todos los viernes, pero sí de vez en cuando. A la mañana siguiente me levanté sobre las nueve y me fui a la calle, me gusta ya que me voy a la cafetería y ojeo los periódicos mientras me tomo un café, mi mujer ya se había ido a trabajar y mi cuñada seguía durmiendo.

Sobre las diez de la mañana compré el pan y me fui para mi casa. Tengo que decir que mi casa tiene dos puertas de entrada, la principal, la cual es la que utiliza todo el mundo y la trasera, que da a un pequeño huerto, que solo utilizo yo, cuando arreglo el huerto o cuando voy a por el pan, ya que me evita dar un rodeo a la casa. Cuando se entra por esa puerta, tienes una amplia visión del salón y lo que vi me dejó una mezcla entre asustado y preocupado al principio y excitado después.

En la tele se veía la película porno que había grabado la noche anterior, y aunque no se veía el sofá desde mi posición, sabía que era mi cuñada la que estaba viendo esa película, ya que mi mujer aunque estaba trabajando en ese momento, no vería ese tipo de películas (o eso creo). Decidí entonces, volver a salir por el huerto y entrar a casa por la entrada principal, para dar tiempo a mi cuñada a quitar la película y evitar una situación comprometida.

Mientras rodeaba la casa pensé en mi cuñada, si le hubiera molestado la película, la hubiera quitado, pero mientras yo estuve mirando, ella no hacía nada por quitarla. Lo cual me sorprendió. Cuando llegue a la entrada principal subí muy despacio y pude oír los gemidos de la película y no sé si fueron imaginaciones mías, pero juraría haber oído los gemidos de mi cuñada. Me preocupe en cerrar la puerta principal de forma que ella escuchara que yo llegaba. Lo que no me preocupe es en mi erección que ayudada por la tela fina del chándal que llevaba puesto, se notaba a la legua.

Cuando llegue al salón, se encontraba mi cuñada con cara de sorpresa y con un camisón de algodón, que no podía disimular su gran excitación, ya que se le notaban de forma muy clara sus pezones. Ella se dio cuenta de mi erección, pero no dijo nada. Le pregunté si estaba bien y me dijo que sí, pero que tenía mucho calor. Le dije si le apetecía desayunar que yo se lo preparaba y ella me dijo que no. Me marché a la cocina y me puse a preparar mi desayuno. Ella entró y se pegó a mi espalda poniendo su barbilla sobre mi hombro y asomándose a ver que estaba preparando, cada vez que recuerdo sus pechos contra mi espalda, me vuelvo a empalmar, fue una sensación magnífica, más cuando al retirarse, lo hizo de forma lenta. No recuerdo haber tenido la polla tan dura. Ella se fue y me volvió a decir que no quería nada.

Cuando terminé de desayunar, aunque la verdad no recuerdo como pude, ya que a mi cabeza no debía de llegar mucha sangre, porque mi polla ya me empezaba a doler, oí que ella me llamaba y me decía que por favor le llevara un Yogurt, cuando se lo llevé me la encontré tumbada en el sofá con el camisón por las rodillas, y a su vez estas flexionadas, de forma que desde mi posición, no le podía ver las bragas, pero si me ponía junto a ella, las vería de forma clara. Conforme me acercaba, ella empezó a mover las piernas, como meciéndolas, yo en tono sarcástico le dije que no se preocupase, que siguiese tumbada como una reina, que si quería yo le daba el yogurt, a lo que ella con la misma sonrisa que el día en el que años atrás, le vi por primera vez las tetas, me dijo que adelante, que podía darle el yogurt, pero con mucho cuidado, ya que no quería manchar el camisón, y diciendo eso se abrió un botón del cuello del camisón y se los separó en forma de escote, yo me senté a su lado y comencé a darle el yogurt, en una de esas, le di el yogurt de forma que parte del mismo se le quedó en la comisura, y fue cuando ella me dijo, que para hacerla sentir una reina, le limpiara la comisura.

Con un cosquilleo que me recorría todo el cuerpo y me hacía temblar, (juro que estaba temblando,) me acerque a ella y con mis labios le limpie la comisura se los suyos y le plante un beso, que ella no rechazó y que a los pocos segundos ya tenía su lengua en contacto con la mía. Con mucha delicadeza, me puse a su lado y empecé a acariciarles las tetas, por encima del camisón, a ellas me dedique algún tiempo, pero siempre por encima del camisón, me encanta ver los pezones a través de la tela y como se ponen erectos. Ella, empezó a mover las caderas, pero yo no le hacía caso, cuando deje de besarle el cuello y le di un pequeño mordisco a los pezones a través del camisón, ella se pegó a mí y cogiéndome la mano se la acerco a su entrepierna, cosa a la que yo me negué, ya que me gusta hacerla “sufrir”, ella viendo mi reacción se quitó el camisón y casi me corro, al verla desnuda, es una auténtica belleza, pero sobre todo y lo que yo nunca me podía imaginar de ella, es que tenía el coño, totalmente depilado y ningún corte en la piel, a causa del bikini, por lo que realmente ella iba a la playa nudista a practicar el nudismo. Cuando vi ese coño, sin un solo pelo, me entraron ganas de comérselo, pero preferí esperar, tenía tiempo y lo quería aprovechar lo mejor que sabía, seguí besándola, baje de nuevo a sus pechos, pero esta vez no había nada entre ellos y mis labios, se los besé dulcemente y me dedique por completo a sus pezones, alternando con cada uno de ellos, mientras mis manos, se dedicaban a su vientre y sus muslos, cada vez que me acercaba a su entrepierna, ella levantaba la cadera, queriendo que le acariciase su coño, pero cada vez que ella la levantaba, yo volvía a su vientre, así hasta que medio enfadada me dijo sus primeras palabras desde que la empecé a besar:

Por favor, tócame, no aguanto más, estoy a punto de CORRERME!!!

No lo podía creer, si eso era cierto, la cosa prometía bastante, así que empecé a bajar lentamente mi boca, hasta su ombligo, pasé a los muslos y desde allí pude ver el mejor de los tesoros, estaba totalmente mojada, se veía la vulva abierta y muy brillante, entonces acerqué la punta de la lengua y le roce los labios, ella dio un suspiro que parecía morir, yo seguí dándole con la lengua por los labios, ella empezaba a gemir cada vez más, hasta que decidí atacar al clítoris, en ese preciso instante a ella le vino un espectacular y sonoro orgasmo. En ese momento recordé el por qué en mi juventud, me gustaba tanto comerme los coños, creo que es lo que más agradecen las mujeres. Seguí en mi tarea, y a ella parecía no importarle, decidí meterle un cojín debajo de las nalgas, para poder trabajar mejor, me afané en su clítoris, y cada vez me acercaba más a su culo, nunca había conseguido follarme a nadie por ahí y esa se estaba convirtiendo en mi meta. Ella volvía a acelerar los gemidos y justo, cuando le mordí el clítoris y le metía un dedo hasta el fondo y de repente, le vino el segundo orgasmo. Ella me gritaba que no parase, que siguiese, pero yo no podía más, estaba a punto de correrme, joder con mi cuñadita, cualquiera diría con lo sería que parece. Yo le dije que iba a reventar y ella me dijo que lo solucionaba, nos pusimos en 69 y empezó a mamarme el nabo, fue muy rápido y no aguante ni 1 minuto, me vine enseguida, ni siquiera la avisé aunque por la forma de tragar el semen, ella lo esperaba, y con ganas.

Después de la corrida, mi polla seguía igual, cosa que me alegró, pues hacía tiempo que no echaba dos polvos seguidos, entonces decidí volver a lo que es mi deleite, me volví a bajar a su entrepierna y seguí comiéndole el coño, cosa que ella agradeció y me lo hizo saber hundiéndome mi cabeza en su coño, después de dejarme escapar, me coloque encima, ella rápidamente me cogió de la polla y me la guio hasta la entrada de su coño, pero la seguí haciendo sufrir, ya que solo se la restregaba por la entrada, de repente de un solo empujón se la metí hasta el fondo, me parecía increíble, notar ese calor, esa humedad y sobre todo verle la cara, esa preciosa cara, fue maravilloso.

Empecé un mete saca lento pero a la vez fuerte, ella me arañaba la espalda y gemía sin parar, yo me concentraba para no correrme pero me era muy difícil, así que la puse a 4 en el sofá, antes de metérsela, le comí un poco más su coño y aproveche para empezar a meterle la lengua en su culo. Otra vez más me sorprendió mi querida cuñada, me dijo que no, que por favor por ahí no, que lo intento una vez y echo mucha sangre, le dije que no se preocupara, que si le dolía, ya paraba. Le volví a meter la polla y aproveche sus jugos para empezar a acariciarle su coño, con la otra mano le pellizcaba sus tetas, que hacía tiempo que no les prestaba atención. Ella se acercaba a otro orgasmo cuando aproveche para meterle un dedo en su culo, eso corto el incipiente orgasmo, cosa por la que ella me regañó, pero le dije que ese era mi objetivo, que después me lo agradecería.

Seguí follándomela con el dedo en su culo, y cada vez lo metía más, le metí el segundo y ella empezó a gritar, hubo un momento antes del siguiente orgasmo en que no le entendía, gritaba cosas y balbuceaba, después de alcanzar ese orgasmo, se la saqué y empecé a introducírsela en su culo, ella en un principio lo cerro, pero un dedo mío en su clítoris, hizo que lo relajase, lo cual aproveché y se la metí un poco; cuando estaba acomodado a su culo, se la metí poco a poco hasta el fondo y empecé un movimiento suave, con mi boca en su oreja y una mano en su clítoris, creía que me moría de gusto, su culo me apretaba la polla, era una sensación gloriosa. Ella empezó un jadeo que me hacía sospechar que llegaría a su siguiente orgasmo. Yo no podía más y alcancé mi mejor corrida, fue espectacular, y a ella no le dolió nada, hasta sospeché de la historia que me contó antes. Justo cuando se la saqué ella se derrumbó en el sofá y yo hice lo mismo.

Nos limpiamos y ella se quedó dormida en el sofá. Yo me duché y me puse a hacer la comida.

Cuando llegó mi mujer, todo estaba normal, excepto mi polla, que era un poema.

Como veréis, tengo una cuñada que es una joya, desde ese día no nos hemos visto, aunque si hemos hablado por teléfono, aunque de otros temas le noto algo especial y espero que sea así.

De todas formas este fin de semana tenemos bautizo familiar, así que hablaré con ella.

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