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Reconociendo a mi hermana

Reconociendo a mi hermana

Para comenzar permítanme decirles que este relato es veraz.

Sé que muchos criticarán, pero ya quisiera verlos en mi caso.

Soy un muchacho de 23 años y que pasé gran parte de mi vida fuera del seno familiar.

Me enviaron a estudiar a USA (Miami), a la casa de unos tíos desde los 10 años.

En mi país se quedaron mis padres y mi hermana, que en esa época tenía 4 años.

Mis tíos por su parte no tenían hijos, ya que el único que había tenido, había fallecido en un accidente de tránsito.

Ellos me conocieron durante un viaje a visitar nuestro país y desde entonces me acogieron con gran cariño, tanto así, que posteriormente me invitaron a vivir con ellos en Miami.

Siempre me gustaron los deportes, el basketball, volleyball, béisbol, la natación y los ejercicios de gimnasio.

Como se deben imaginar tengo un cuerpo atlético, de 1,75 de estatura.

En la escuela siempre tuve mucha suerte, y eso era debido mis éxitos en los deportes.

Estaba por terminar mis estudios e iba a graduarme de Tecnólogo Médico, por lo cual mis padres me informaron que ellos vendrían a estar conmigo en ese día memorable.

Mis tíos se alegraron por la noticia y dispusieron se prepararan dos habitaciones para los visitantes, ellos eran mis padres y mi hermana que vendría con una amiga.

Yo por mi parte estaba totalmente metido en mis exámenes, ya que no quería tener ningún inconveniente para graduarme.

Mis padres llegaron dos días antes de mi graduación, y menos mal ya había acabado todos mis exámenes.

Junto con mis tíos fuimos a recibirlos al aeropuerto. Luego de espera por más de 10 minutos me encontré con unos amigos, con quienes me fui a tomar algo al bar.

Como había pasado casi media hora, decidí ir a ver si habían llegado. Camino al terminar vi a una muñequita de mujer.

Era una belleza escultural de 170 de estatura, con unos senos de ensueño una cinturita de avispa y un culo de maravilla.

Me quedé con la boca abierta viendo esa mujer, y cuando pasó a mi lado le dije lo preciosa que era, cosa que ella me volvió a ver y con una sonrisa picarona y coqueta me dio las gracias.

Mis padres se encontraban con mis tíos conversando, habían llegado unos minutos antes y estaban esperando que yo regresara.

Saludé a mis padres y me dijeron que mi hermana y su amiga habían ido a buscarme al bar.

Mientras nos encontrábamos conversando en la sala de espera, mi padre me dijo: mira que ahí vienen ellas.

Al darme la vuelta pude volver a ver a ese bombón de mujer que venía caminando. Mi sorpresa fue mayor, cuando ella se acercó al grupo y se sorprendió al igual que yo al verme.

Era Kathy mi hermana y su amigo.

Se había convertido en una bella mujer, un precioso tronco de mujer que cualquiera desearía.

Tenía 18 años e iba a cumplir en esos días los 19.

Al principio nuestra mutua sorpresa no nos permitió reaccionar como dos hermanos que no se ven por largo tiempo.

Su amigo estaba también sorprendida y su rostro denotaba su sorpresa.

Luego de unos dos segundos nos abrazamos muy efusivamente.

Estando ya en la casa de mis tíos, se acomodaron y luego bajaron ya cambiados de ropa, mientras tanto yo me encontraba en la piscina tomando algo de sol.

Al bajar mi hermana y su amiga, que entre paréntesis era otro bombón, pero no como Kathy, pero igual era una belleza, me dijeron que si podían bañarse en la piscina a lo que les respondí que por supuesto, que me agradaría.

Pasaron algunos minutos para cuando me encontraba recostado en la playera, cuando oí la voces de ellas y me incorporé, y vaya mi sorpresa, las dos venía en tanga, Kathy con una color beige y su amiga Ericka con una negra.

Era verdaderamente dos monumentos de mujeres.

No sé cuál sería mi cara, que ellas se sonrojaron al ver mi expresión.

Tratando de cambiar mi actitud las invite a tomar algo junto a mí en la piscina

Yo lo único que hacía, era contemplar esos esculturales cuerpos, examinándolos milímetros a milímetros a cada una de ellas.

Esos senos que muy apenas estaban cubiertos por sus trajes de baños, que solamente escondían sus pezones.

Esos culos maravillosos que estaban expuesto gracias al hilo dental, y por delante aquel tremendo paquete que mostraban, muy apenas acogido por ese pedacito de tela de la tanga.

Yo por mi parte me encontraba totalmente empalmado, ante tan gran espectáculo.

Al menor descuido de ellas, salí corriendo hacia la alberca y me lancé al agua para tratar de calmar mi tremenda erección.

Ellas al ver acción, me siguieron atrás lanzándose al agua. Ya dentro del agua, comenzaron los juegos de manos, las cosquillas, las hundidas, etc.

Luego de los juegos nos sentamos en las gradas de la alberca a conversar. Estábamos los tres bastante pegados, tanto que nuestras piernas se rozaban, al igual que nuestros brazos, cosa que me comenzó a poner a 100.

Ericka se fue hacia el baño y nos dejó solos, a lo que Kathy me dijo: Te gusta mi amiga?, le respondí que era muy bonita a lo que ella me volvió a preguntar si me gustaba su cuerpo?

Le respondí que tenía un cuerpo hermoso, pero no tanto como el de ella. Kathy se mostró inquieta por mi respuesta.

Y me dijo, que se estaba refiriendo a ella a su amiga Ericka. Ya que yo le agradaba a ella. Ericka regresó y seguimos conversando hasta que salimos de la alberca a comer.

Durante la tarde todo fue con normalidad, yo me adentré en mis asuntos con relación a la graduación.

Por la noche nos fuimos a una fiesta en casa de unos amigos de la Universidad.

Tanto Ericka como Kathy se presentaron preciosas y fueron la atracción de la fiesta. Ericka y Kathy no se apartaron de mí durante toda la noche.

Yo bailaba una pieza con una y luego con la otra.

Mis amigos se hallaban deseosos de poder bailar con ellas, pero en realidad tuvieron pocas oportunidades de hacerlo.

Mis dos bellezas se pasaron algo de copas, razón por la cual tuve que llevarlas de regreso a la casa.

Mi intención era regresar a la fiesta, ya que había una gran cantidad de peladas riquísimas.

Al llegar nos pudimos cerciorar que tanto mis padres como mis tíos se habían ido de farra y había una nota que decían que regresarían bastante tarde.

Subí primero a Ericka, dejando a Kathy en la sala totalmente dormida. Una vez en el dormitorio, acosté a Ericka en la cama, y comencé a quitarle el vestido para dejarla en ropa interior.

Mientras estaba sacando el vestido, Ericka se despertó y me abrazó fuertemente, al mismo tiempo que me preguntaba qué para qué la estaba desvistiendo.

Le dije que era para que pudiera dormir mejor.

Ella me dijo que solamente dormiría bien, si yo dormía con ella.

Ya estaba con la parte superior descubierta y mostraba esos deliciosos senos, a los que me quedé mirándolos, ella me dijo:

Te gustan mis senos? Le respondí: Me parecen deliciosos.

Como puedes decir eso si ni siquiera los has probado? No quieres hacerlo? Me dijo.

Yo ni tonto ni perezoso me abalancé sobre ellos, sacándolos del sostén, y comencé a acariciarlos y besarlos suavemente, para poco a poco ir en aumento a medida que me iba calentando.

Ella comenzó a gemir mientras yo le mordisqueaba sus pezones.

Ella se arqueaba constantemente y me abrazaba fuertemente metiendo mi cabeza entre sus tetas.

Poco a poco la fui terminando de desvestirla, mientras ella me sacaba mi camisa y besaba mis pechos.

Mis manos se deslizaban por todo su cuerpo, acariciándola con fuerza y pasión.

Comencé a bajar lentamente mientras continuaba besando ese cuerpo, lamiendo cada centímetro de su piel.

Me encontraba besando la parte interior de sus muslos cuando sentí cómo ella se arqueaba fuertemente y emitía grandes gemidos, agarraba mi cabeza por mi cabellos y me apegaba hacia ella.

Llegaba a su primer orgasmo, este fue fuerte y prolongado, luego del cual cayó como desvanecida en la cama.

Me levanté a lo que ella reclamó, que no me fuera y enseguida se levantó y me abrazó para besarme con furia y pasión.

Me besaba mi cuello para pasar posteriormente a mis pechos, los cuales me los chupaba y lamía.

Ella era un verdadero volcán, estaba calentísima, gemía y jadeaba fuertemente.

Comenzó a sobarme mi tranca sobre el pantalón, para luego liberarla abriendo mi pantalón dejando que mi trozo de carne caliente saliera a respirar y mostrarse en todo su esplendor.

Ella lo agarró con ambas manos y comenzó a pasárselo por la cara para luego comenzar a besarlo y pasarle la lengua por la punta de mi pene, haciéndome sentir en la gloria.

MI hermana se había quedado abajo en la sala dormida, o al menos eso yo pensaba.

Pero la realizada, era que se había despertado y al no vernos a Ericka y a mí, se había puesto a buscarnos hasta que oyó los fuertes gemidos de Ericka, por lo cual subió hasta el cuarto y se ocultó fuera de la puerta para observar todo lo que estaba pasando.

Ericka mamaba delicioso, enroscaba su lengua y envolvía mi glande.

Me succionaba mi tranca y me hacía ver los angelitos.

Ella me pedía que yo la mamara también, por lo cual, ya completamente desnudos nos acomodamos en la cama para hacer un delicioso 69.

Ella seguía con sus mamadas, mientras yo reconocía su vagina con mi lengua, abriendo sus labios exteriores para acariciarlos con succiones con mis labios, cosa que a ella la volvía loca, tanto que se arremolinaba y contorsionaba fuertemente.

En medio de todo esto llegué a su rico y bello botón, su clítoris, al que lamía lentamente pero deliciosamente, y jugueteaba con mi lengua.

En esos mismo instantes ella llegó a su segundo orgasmo, en medio del cual me apretó fuertemente con sus piernas.

A esto ella comenzó a chupar con frenesí lo que hizo que acabara en su boca, ella se tragó todo, saboreando cada gota de mi esperma, para luego chupar y limpiar mi tranca.

Yo quedé acostado descansando mientras ella se fue a lavar la cara y la boca.

Cuando regresó volvió a besarme con pasión, diciéndome que me deseaba que quería dejar de ser virgen conmigo.

Que era delicioso y que todo lo mío le gustaba.

Nuestros besos fueron creciendo en pasión llegando a excitarme nuevamente.

Ella bajó y de prendió de mi pene mamándolo como una verdadera experta. Su lengua jugaba con mi glande poniéndolo a punto.

Una vez que ella se percató de ello, me dijo:

en, y abriendo sus piernas me invitó a penetrarla.

Puse la punta de mi tranca en la entrada de su chocho, y la recorría de arriba a abajo, jugaba con su clítoris, ella gemía y jadeaba fuertemente, levantaba su pelvis tratando de penetrarse, yo seguía con mi jueguito, hasta que ella gritaba que se la metiera que ya no aguantaba mas, por favor métemela!

Estaba verdaderamente desesperada, ansiosa por tenerlo dentro de ella.

Métela papacito apúrate no seas malo, por favor métela que no aguanto mas, la quiero sentir dentro de mí.

Yo por mi parte seguía, pero ahora estaba centrado en su clítoris, y amasándolo con la punta de mi pene, haciendo que ella deliraba de placer, a punto de llorar de deseos.

Me coloqué entre sus piernas y ella las abrió lo más posible, permitiéndome ubicarme en una posición de penetrarla.

Ubiqué el glande en la entrada de su chocho, el cual estaba totalmente lubricado y manaba de su interior sus jugos productos de la tremenda excitación.

Al sentir ella mi pene en su entrada, lanzó tremendo gemidos y de inmediato me abrazó con sus piernas en mi cintura, halándome fuertemente hacia ella, haciendo que la penetrara bruscamente, por lo cual pegó un grito de dolor, quedándose quieta, pero con sus piernas apretándome hacia ella.

Luego de unos instantes, comenzó a moverse hacia delante y atrás, dando inicio a una serie de gemidos acompañados de un incremento en sus movimientos.

Éramos un verdadero torbellino, llenos de pasión y deseos.

Era un verdadero manicomio el que estábamos viviendo, una verdadera locura, una verdadera ansias de sexo, de placer.

Estábamos sintiendo una sensación de placer a flor de piel.

La pasión nos desbordaba, el placer nos cegaba, estábamos fuera de sí.

Nos besábamos apasionadamente, mi lengua hurgaba en su boca y se enredaba con la suya.

Nos chupábamos el cuello, los pechos.

No nos dábamos respiro ni tregua alguna, hasta que finalmente, se tensó fuertemente gritando de placer:

Me corro, me corro papacito, uuhhhhhhmmmmm que rico, papacito que rico, sigue, sigue mételo más fuerte, mételo todo aaaauugggggg ahhhhhhh que riiiiiiiiiicoooooo.

Estando en medio de esto, sentí que estaba llegando a la misma gloria, y le dije que iba a acabar yo también, a lo que ella me dijo dale mijito, acaba dentro de mí, quiero sentirte, y dicho esto comencé a eyacular borbotones a borbotones, y ella lanzó un fuerte gemidos acompañado de un grito diciendo que se estaba viniendo nuevamente, abrazándome fuertemente con sus piernas hasta que finalmente se aflojó totalmente, abandonándose en la cama rodeándome con sus brazos y besándome en forma tierna y dulce.

Una vez ya tranquilizado, me recordé de Kathy, la había dejado dormida en la sala, por lo que me puse los pantalones y me dirigí a la sala, pero me llevé una sorpresa, pues ella no estaba donde la había dejado.

La comencé a buscar, pensando que pudiera haberse salido y en ese estado de ebriedad en que estaba, podría ser muy peligroso.

Por fuera no estaba, así que decide buscarla dentro de la casa. Finalmente la encontré en mi dormitorio.

Estaba profundamente dormida, por lo que la cargué y la llevé a la cama donde se encontraba Erika ya dormida.

La acosté pero sin desvestirla, quitándole solamente sus zapatos.

Ya al día siguiente, me levanté temprano para poderme ir a una reunión de estudio con mis compañeros del grupo de estudio, y regresé por la tarde.

Mis padres y las dos muchachas, se habían ido de compras. Lo que aproveché para meterme en la piscina para refrescarme y tener un pequeño relax de tanta actividad de los días anteriores.

Cuando todavía me hallaba en la piscina, llegaron mis padres junto con mis tíos y las dos chicas.

Mis padres fueron a saludarme e igual que Erika, mas no así Kathy, quién se fue directamente al dormitorio.

Durante la cena, Kathy no me dirigió ni siquiera una mirada, peor aún la palabra.

Una vez terminada la cena, me acerqué a mi hermana para saber qué le estaba sucediendo, y ella trató de huir de mi presencia, por lo que tuve que agarraría por el brazo y preguntarle

– Qué te pasa, por qué estas así? Ella me contestó bruscamente – Por qué estas aquí conmigo? Tu puesto no es al lado de Ericka? Qué te pasa, qué dices? Le respondí. Hacen muy buena pareja Uds. Sabes? Lo hacen tan bien dentro como fuera de la cama. Me dijo. Qué? – respondí sorprendido – De qué estás hablando? Le dije No te hagas el tonto me respondió toda irritada, – bien que la hiciste anoche. Me dejaste dormida en la sala para aprovechar y acostarte con Ericka. Pepepepero – tartamudeaba sin saber qué decir- No te hagas el tonto, yo los vi a los dos anoche, y no me digas que estaba viendo alucinaciones – y dicho esto dio media vuelta y se fue.

Durante el resto de la noche y los días anteriores a mi graduación, no quiso dirigirme la palabra, ni siquiera la mirada. La verdad es que estaba bastante disgustada. Pero por qué? Acaso ella misma no me la estaba metiendo por los ojos a Ericka? No quería que me fijara en ella, en su mejor amiga? Entonces, qué es lo que estaba pasando con ella? Sería que Kathy estaba celosa de su amiga? Pero, no era ella mi hermana? La verdad es que mi mente era un verdadero torbellino, y no estaba para estar pendiente de eso.

Llegó el día de mi graduación. Toda mi familia fue a la incorporación y compartimos mi alegría y mi gozo. Al final del acto, todos me felicitaron, mis padres, mis tíos, luego vino Ericka, pero ella, Kathy, se hallaba algo retirada de nosotros. Mi madre la llamó y le dijo que si no Pensaba felicitarme? Ella se acercó pero no muy convencido de querer hacerlo. Yo la esperé con mis brazos abiertas y la abracé cálidamente, diciéndole en el oído, -sin tu abrazó de nada hubiera servido este día- y dicho esto ella me apretó con sus brazos, y me dio un dulce besó con los labios cerrados en mi boca. Esto me produjo un fuerte estremecimiento por todo el cuerpo, para luego separarnos e irnos a celebrar mi graduación.

Una vez en la casa, llegaron los obsequios y/o presentes, los amigos y amigas, trago viene, trago que va, baile y en fin todo lo que significa una sana diversión. Durante la fiesta, Kathy no apartaba sus ojos de mí. Me llamaba e invitaba a bailar, y cada vez decía lo rico que era bailar conmigo. La verdad es que estaba perplejo con todo esto. Primero no me hablaba, luego me da un besó en la boca y ahora me estaba elogiando. La verdad es que no sabia que llegar a pensar.

Llegada la noche, ya cuando casi todos se habían marchado, y los pocos que quedaban estaban ebrios, Kathy se retiró a su dormitorio. Mi tíos pudo despedir a los últimos que quedaban, cuando la veo bajar nuevamente y acercárseme con dos vasos de licor en su mano e invitándome a brindar con ella. Acepté, aunque la verdad es que ya estaba un poco alegre de tanto licor brindado con mis amigos, que uno más ya era bastante. Ella brindó por el más sensual de los hermanos- eso me provocó una ligera sonrisa por lo que ella me dijo – Qué te extraña, si para mí es la verdad. Tomó su tragó y me dijo ven te invito a la piscina, yo le dije que no traía traje de baño, y ella me dijo anda cámbiate, aquí te espero.

Al rato regresé y Kathy estaba ya en la piscina, al verme me llamó y ella salió de la piscina. Uaggggggggg que belleza.

Estaba con una tanga súper pequeña de color negra que muy apenas le cubría las aureolas y sus pezones y la raja de su chocho, mostrando todo su paquete de chocho que era bastante voluminoso. Ella se percató de la impresión que me había dado, y me dijo – Te gusta? -dándose la vuelta mostrándome la parte del hilo dental que lo tenía metido en la raja del culo. -Realmente exquisita- atiné a decir.

Ella me dijo, lo compré pensando en ti. Me alegro que te guste, disfrútalo y dicho esto, se me acercó y me tomó de la mano y nos metimos a la piscina. Ya estando ahí dentro, las cosas se hicieran más delicadas. Yo estaba totalmente engarrotado debido a la vista que había tenido.

Ella se acercaba muy sugestivamente, acariciándome y pegándose a mí, mientras yo trataba que no se diera cuenta de mi tremenda erección.

Entre cosquillas y cosquillas, ella tocó mi pene y se quedo quieta como sorprendida y me dijo

– Qué es eso? Y volvió a meter la mano, mientras yo trataba de evitarlo, finalmente, ella topó nuevamente mi polla que se hallaba como un hierro candente, y me dijo, aaaahy dios mío, que tremenda cosa que tienes hermanito. Sabes nunca he visto una. Ahora metió la mano de frente y agarrándola fuertemente emitió un gemidos y comenzó a acariciarla. Yo por mi parte ya no trataba de impedir que ella siguiera adelante, sino por el contrario me gustaba que lo hiciera.

Luego me quitó mi pantalón de baño dejando totalmente desnudos dentro del agua.

Me agarraba los testículos, sobándome ya sea el uno o el otro testículo, pero con deseos, mientras hacía esto, ella restregaba su cuerpo contra el mío provocándome una fuerte excitación.

A paso seguido, su boca buscaba la mía y nos fundimos en un profundo besó, mientras nuestras lenguas se entrelazaban llenándonos de pasión, de una pasión que se estaba volviendo incontrolable.

La besaba por el cuello, en las orejas, le metía mi lengua dentro de ellas, ella me acariciaba con sus manos, hurgando por todo mi cuerpo con sus manos, sin saber qué agarrar. Nos fuimos a la parte menos baja de la piscina y la senté en el borde de la misma, y de inmediato, metí mi cabeza entre sus piernas, al mismo tiempo en que ella las abría completamente, permitiendo Realizar mis deseos.

Con mi lengua chupaba y acariciaba la parte interior de sus piernas y poco a poco iba acercándome a su pozo de placer.

Ella a medida que me acercaba gemía cada más y más y firmente agarrada de mi cabellos me acercaba y restregaba en su vulva, de donde manaba sus jugos, su néctar de placer, producto de nuestro estado de excitación.

Llegué a su misma raja de entrada, y con mi lengua jugaba haciendo un zig-zag entre sus labios exterior, abriendo cada vez más esa deliciosa gruta de placer, que manaba en forma abundante sus jugos, los cuales yo chupaba deliciosamente.

Ella se retorcía llena de placer, me decía – más fuerte, dale más fuerte. En eso le comencé a pasar mi lengua por sobre su clítoris, haciendo que ella saltara y se tensara fuertemente, diciéndome – Que rico, que ricoooo, que ricooooo, aaaaaaaahhhhhhhhggggggggggg, dale más duro papacito, ya me vengo, yaaaaa, yaaaaaa aaaaaahhhhhhhgggggggggg. Y agarrándome de la cabeza me apretaba contra su vulva.

Su orgasmo fue largo y profundo, tanto así que se desvaneció al borde de la piscina, mientras yo seguía deleitándome con su néctar producto de su orgasmo. Finalmente, Kathy reacciona y me dice – Qué rico que fue, sabes, es la primera vez que me ocurre algo así. Tu eres el primero, que llega a mis intimidades.

Se bajó a dentro de la piscina, y reinició los besos, los cuales eran totalmente fogosos, ardientes y llenos de pasión y deseos. Ahora era yo el receptor de la pasión de Kathy. Ella me pedía que la hiciera mía, que estaba demasiado caliente y que no aguantaba.

Me pidió que me subiera al borde de la piscina, tal como ella había estado, y de inmediato lo hice. Una vez arriba, ella me abrió la piernas y sin mayores preámbulos, me agarró la polla que se hallaba como hierro candente, y comenzó a acariciarla en forma fuerte, haciéndome una paja, subiendo y bajando su mano a través de toda su extensión.

Yo comencé a sentirme en la gloria.

Mi cuerpo se estremecía de placer y de gusto. Kathy besaba y chupaba la punta de mi glande, haciéndome sentir fuerte corrientazos por toda mi espina dorsal.

Posteriormente se lo introdujo a su boca y lo chupaba, lo lengueteaba por su cuello, envolviéndole y chupando deliciosamente. Yo estaba que ya no aguanta más, y se lo dije.

La subí al borde y ella se acostó boca abajo, y me decía – papacito, apúrate que ya no aguanto, te deseo dentro de mí, ven pronto, mételo todo, hazlo ya, que te deseo. Yo ni tonto no perezoso me ubiqué entre sus piernas y puso en la raja de entrada de su vagina, la cual me recibió cálidamente, pues estaba totalmente mojada y caliente, fui introduciendo mi pene poco a poco, sintiendo lo caliente de su interior, mientras ella, gozaba y disfrutaba la penetración de la que estaba siendo objeto.

Subía y bajaba sus caderas disfrutando grandemente. Mi pene entraba abriendo por primera vez esa deliciosa gruta de placer provocándole momentos inundados de placer, sumidos en el deleite que el sexo ocasiona. Finalmente, me tope con su virginal barrera de su himen, ella reaccionó y mirándome a los ojos me dijo – Te amo, te amo, quiero ser tuya para siempre, quiero ser tu mujer y tu mi marido.

Mételo, mételo mi amor y diciendo esto, empujé de un solo tirón, lo que le ocasionó y ligero grito de dolor, para luego dar pasó a movimientos que el placer ocasionaba.

Comenzamos un mete y saca frenético, mientras me decía aaaaahgggg que rico papacito, no sabes cuanto me gusta mi amor. Soy sólo tuya mi amor, solo tuya. Seguíamos con nuestro mete y saca, llenos de lujuria, de placer y deseos, llenos de excitación.

Estábamos fuera de sí, solamente vivíamos nuestro momento de pasión y deseos. Lo estábamos sintiendo.

Lo estábamos viviendo. Habrán pasado unos diez minutos de forcejeos placenteros, cuando le dice que me venía y quise sacarlo y ella me dijo que no, que me quería adentro.

Casi de inmediato ella también me dijo que se venía y levantando sus piernas y enroscándolas en mi espaldas nos vinimos en un deliciosos, y prolongado orgasmo, dejando todo lo nuestro, el uno dentro del otro. Kathy me hablaba cosas deliciosos, que llenarían a cualquier amante en esa situación.

Me acosté junto a ella, mientras ella me besaba tiernamente, y yo Pensaba en el momento cuando la conocí (?), Aquella bella mujer a quién le lancé un piropo y ella me correspondió con una deliciosa mirada, sin saber quiénes éramos.

La verdad es que Kathy era la mujer de mis ideales, era bella, sensual y de un cuerpo maravilloso.

Mis padres ya se fueron a nuestra ciudad, y me pidieron que si podía dar hospedaje a Kathy, ya que ella quería venir a terminar sus estudios universitarios acá cerca de mí.

Lógicamente que me sorprendió, pero también me agrado la idea.

Actualmente, estoy esperando la llegada de mi amor, de mi hermana.

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