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Por una película y un diario I

Por una película y un diario

Antes que nada les comento que este relato no me pertenece, ya que fue una de mis hermanas quien me lo contó asegurándome que es una historia totalmente real entre una hija, su padre y su hermano.

“Era una familia normal como cualquiera, integrada por Don Nelson de 43 años, su esposa Irene de 40 y sus hijos José Luis 19 años y la pequeña Jessica de tan sólo 14.

La vida de todos ellos transcurría de lo más común, hasta que un día José Luis vio una película pornográfica con unos amigos del colegio, que trataba sobre el incesto entre un padre y su hija, además ella también mantenía relaciones con dos de sus hermanos, quienes entre todos hacían orgías.

Desde ese día José Luis quedó marcado con la impresión del incesto, en su mente no se borraba esas imágenes, de ver a un padre manteniendo relaciones sexuales con su hija junto a sus hermanos.

Lo cierto es que José Luis comenzó a ver su hermana Jessica de otra manera.

Ellos llevaban una excelente relación entre hermanos, a tal punto que dormían y se habían bañado juntos en algunas oportunidades anteriores.

José Luis un día llamó a su hermana para contarle sobre que opinaba del sexo; pero ella tímidamente le contestó, que sólo sabía que muchas de sus compañeras de clases, mantenían relaciones con sus novios, pero que ella todavía era pura y virginal.

Al oír estas palabras de su hermana, José Luis se llenó de morbo y le dijo a su hermana que le gustaría enseñarle todo lo que sabía sobre el sexo, ya que así de esta manera no se dejaría engañar por otros hombres cuando se lo propusieran.

Jessica apenada por la conversación, sólo atino a decir: “Y como lo piensas hacer hermano”.

Enseguida José Luis se fue al closet y buscó la película de incesto que había visto anteriormente y la colocó en el VHS, aprovechando la oportunidad que tenían porque sus padres estaban ausentes de casa.

La cara de Jessica era de impresión cuando vio a la joven, mantener relaciones con sus hermanos y su padre. José Luis sólo le decía que divino era todo y que le gustaría ser el protagonista junto a ella.

José Luis notó que Jessica estaba fijamente viendo la película, y decidió acercársele a su cuerpo para meter sus manos debajo de la blusa de su hermana y acariciarles sus senos.

Jessica estaba entre la impresión y el miedo, así que decidió salir corriendo hasta su cuarto y encerrarse.

José Luis notó que mientras le acariciaba los senos a su hermana, esta logró soltar varios gemidos de placer, cosa que lo excito mucho y decidió seguir con lo que ya había comenzado, que era cogerse a su hermana.

Enseguida se fue hasta el cuarto de su hermana, pero esta yacía encerrada con llaves en su habitación.

– Jessica por favor ábreme la puerta, necesito hablar contigo de lo que pasó – decía José Luis.

– No, déjame, quiero bañarme y dormir un poco – respondió Jessica.

– Por favor ábreme la puerta, insistió.

– Mañana hablamos, fue lo último que dijo Jessica.

Al rato José Luis oyó que Jessica se bañaba, por lo que decidió espiarla por la ventana del baño; pero su sorpresa fue cuando logró ver todo ese hermoso cuerpo de Jessica desnudo, que incluso se tocaba sus partes íntimas como haciéndose la masturbación.

José Luis comenzó hacerse lo mismo, pero ya no aguantaba más, quería cogerse a su hermana como diera lugar.

Enseguida se fue hasta el cuarto de sus padres y encontró los duplicados de las llaves del cuarto de Jessica.

Se fue hasta el cuarto y lo abrió y se escondió en el closet, a esperar que su hermana saliera del baño. Al rato Jessica salió totalmente desnuda y José Luis por un pequeño espacio la miraba morbosamente.

No aguantó más y decidió salir de su escondite, lo que hizo que Jessica se sorprendiera soltando un grito de susto.

– Que haces aquí José Luis – dijo Jessica.

– Te quiero a ti hermana y no me voy a salir.

– Déjame en paz, por favor, soy tu hermana y eso está malo.

– No me voy, porque lo quiero hacer y no está malo si tú lo deseas tanto como yo.

Jessica intentó meterse al baño y encerrarse, pero fue alcanzada por José Luis quien no le permitió que lo hiciera, y con un poco de fuerza la acostó en la cama.

Como Jessica estaba desnuda, le fue fácil a José Luis besarle sus senos y tocarle la vagina. Jessica oponía cierta resistencia, pero todo era en vano, ya que su hermano poseía más fuerzas y la iba dominando poco a poco.

José Luis sólo cargaba un short que logró quitarse para quedar desnudo. Encima de ella y con su miembro erecto le coloco su miembro en la entrada de vagina, la cual estaba húmeda por la paja que Jessica se había hecho anteriormente en el baño.

Ella se resistía pero cada vez con menos fuerza, lo que le facilitó a José Luis todo el trabajo.

En tan sólo pocos segundos, José Luis logró meter todo su miembro en la vagina de su hermana, cosa que hizo que ella soltara un pequeño grito de dolor, producto de la ruptura de su himen.

José Luis no paraba su vaivén de afuera hacia adentro en la cuca de su hermana. Jessica lloraba pero soltaba gemidos.

– Se que te gusta hermanita, lo sé – exclamaba José Luis, – Me duele, sácamelo por favor, hazlo ya – respondía Jessica.

– No puedo, ni quiero, y lo haré cuando acabe todo mi semen.

– José Luis todo está malo.

– Te dije que no, si tú lo deseas como yo.

José Luis ciego del deseo no paraba y cada vez iba en aumento sus movimientos, lo que hizo que Jessica ya no se quejara, sino que más bien movía sus caderas para ser más penetrada, soltando un grito de excitación cuando alcanzó su primer orgasmo.

José Luis estaba loco de placer y no se percató que inundaba todo su semen dentro de la vagina de su hermana.

Al rato se fue a su cuarto y Jessica quedó extasiada de placer y llena de semen, mezclado con rastros de sangre de la ruptura de su virgo.

Al cabo de dos horas llegaron Don Nelson y su esposa Irene, encontrando todo absolutamente normal.

Procedieron a comer y notaron que Jessica estaba muda y José Luis un poco esquivo, pero no pasó más nada.

Don Carlos le dio la noticia a sus hijos que mañana iban a salir muy temprano, y que llegarían por la noche, por lo que les agradecía a sus hijos que se portase bien.

Esta noticia fue muy grata para José Luis, quien ya imaginaba otra sesión de sexo con su pequeña hermana.

En la mañana cuando salieron temprano, José Luis se fue inmediatamente al cuarto de su hermana, y con las llaves que poseía vio que Jessica estaba aún dormida.

José Luis se metió desnudo a la cama y le fue acariciando sus partes íntimas a su hermana.

Jessica se despertó asustada y le preguntó: – Que haces aquí otra vez.

– Lo mismo de ayer hermanita, vas a ser mía nuevamente.

– Por favor lo que paso ayer entre tu y yo no volverá a pasar.

– Pero Jessica se que te gustó porque gozaste igual que yo.

– Si, es verdad, pero me da miedo todo, incluso puedo quedar embarazada.

– No quedarás embarazada, te lo aseguro, yo te voy a cuidar.

Con esas palabras José Luis convenció a Jessica y enseguida le comenzó a chupar sus senos y vagina, lo que hacía que Jessica se revolcara de placer, exclamando que la penetrara de una buena vez.

Pero José Luis esta vez no iba apresurado, sino que le metió todo su miembro en la boca de Jessica, cosa que aceptó con un poco de asco, pero que igual lo hizo.

Al poco rato estaba nuevamente clavada en su cuca por el miembro de su hermano. Esta vez Jessica llevaba la iniciativa, cambiaron de posiciones e incluso permitió que su hermano le introdujera un dedo su ano virginal.

Pasaron todo el día manteniendo sexo desenfrenado sin importarle nada ya, hasta que llegaron sus padres por la noche.

JESSICA ES PENETRADA POR SU PADRE

Pasaron varios meses y Don Nelson y su esposa Irene notaban los cambios de sus hijos, pero no entendían a que se debía. Cada vez era más unidos. Cuando ambos padres salían a pasear, Jessica y José Luis preferían quedarse en casa para hacer el amor.

Un día Don Nelson aprovechando la oportunidad que ambos andaban para sus clases, entró a la habitación de su hija porque buscaba un libro que le había prestado, encontrando en una de las gavetas de la peinadora, una caja de pastillas anticonceptivas, por lo que se sorprendió mucho.

Después de allí siguió buscando y encontró el diario de Jessica, pero estaba con la incertidumbre y curiosidad de leerlo o no. Al final se decidió y comenzó a leer todo lo que su hija escribía.

Su sorpresa fue grande cuando en las primeras líneas aparece escrito: “Hoy por primera vez fui mujer, la mujer de mi hermano José Luis, al principio no me gustaba, pero poco a poco me ha llenado de placer y lo disfruto mucho. Amo a mi hermano con locura y no me importa si está mal”. Otra cosa que leyó fue: “Aprovechando la ausencia de mis padres, José Luis entró a mi cuarto y me hizo suya nuevamente. Esta vez fuimos a más, ya que por primera vez nos chupamos mutuamente”.

Don Nelson estaba sorprendido, quería ir a decírselo a su esposa, pero pensó que la mataría de un infarto con la noticia, así que prefirió callar hasta averiguar más.

Por la tarde cuando llegaron ambos de clases, Don Nelson, se decidió a espiar sus conductas, notando que había miradas de picardías entre ambos.

En la noche cuando todos aparentemente estaban acostados, decidió a buscar un vaso de agua a la cocina, pero al pasar por el cuarto de José Luis, vio que el no estaba acostado, y enseguida se fue hasta el cuarto de Jessica. Allí al acercarse a la puerta escuchaba gemidos de placer. La puerta estaba trancada pero no asegurada, lo que hizo que Don Nelson mirara todo el espectáculo porno que ofrecían sus hijos.

Jessica estaba montada encima de su hermano, quien la penetraba hasta el fondo.

También oyó cuando Jessica le decía, “métemelo hermanito que me muero de placer, soy toda tuya, soy tu amante, tu puta, tu mujer, dale más”.

José Luis le decía “lo que nos estábamos perdiendo los dos, sino es por la película porno que tengo en mi closet, a lo mejor nada de esto estuviese pasando”.

Increíble, pero Don Nelson no decidió actuar, cosa que ni el mismo se supo explicar, pero prefirió que sus hijos siguieran manteniendo relaciones sexuales.

Esa noche no pudo dormir, porque a su mente llegaban las imágenes de cuca de su hija siendo penetrada por su hermano. Una rara sensación recorría su cuerpo, y terminó follándose a su esposa Irene para satisfacer sus deseos, hasta por el culo como siempre lo hacían.

Era un viernes y sus hijos se levantaron temprano para ir a clases, Jessica estudiaba el tercer año de bachillerato y José Luis en la Universidad donde cursaba estudios de ingeniería mecánica. Irene se fue de compras, esta vez, su esposo quien siempre la acompañaba prefirió no hacerlo, porque supuestamente tenía algo que hacer de su empresa.

Tan sólo Irene salió al auto mercado, Don Nelson se fue hasta el cuarto de José Luis y encontró la famosa película que buscaba, la instaló en el VHS y comenzó a verla. Cuando vio que el padre penetraba a su hija, que a su vez también los hermanos intervenían, entendió de lo que hablaban sus hijos la noche anterior.

Don Nelson estaba entre la espada y la pared, quería castigarlos severamente, pero a la vez tenía la imagen de su hija follando. Se sentía confundido y a la vez lleno de placer. Su deseo sexual lo venció.

En la tarde cuando llegó sola Jessica, ya que José Luis tenía una practica de campo y llegaría de noche, Don Nelson se fue al cuarto de su hija para hablar.

Irene no pensaba nada, ya que era habitual esa unión entre ambos, pero decidió invitar a su marido a la empresa que ambos tenían, pero este le afirmó que tenía una horrible jaqueca, que se fuera sola esta vez.

Así pasó y Don Nelson en el cuarto sólo con su hija, empezó acariciarla tímidamente. Jessica no hacía nada, porque tal como se dijo antes, para ellos era muy normal.

Al rato no aguantó más Don Nelson y le dijo a su hija: “Jessica lo sé todo”.

– Que sabes papi – preguntó ella.

– Se que tienes relaciones con tu hermano.

– Es mentira, de donde sacas eso papá – hablaba Jessica preocupada.

– Hija, lo sé porque leí sin querer tu diario, porque los vi anoche cuando hacían el amor.

Jessica estaba atrapada, no sabía que decir y que hacer.

– Papá perdóname por lo que hicimos – dijo Jessica quien lloraba al mismo tiempo.

– Hija, que puedo hacer o decir, ya todo está hecho, no puedo devolver el tiempo.

Con estas palabras Jessica se tranquilizó un poco y su padre salió momentáneamente del cuarto y regresó con el VHS y la película de incesto que guardaba José Luis en su closet.

– Jessica quiero que veamos esto tu y yo ahora mismo – le habló Don Nelson.

– Papá que deseas.

– Es una película, tú sabes de lo que te estoy hablando.

Enseguida la película comenzó a rodar y padre e hija estaban tumbados en la cama viéndola.

De repente Don Nelson se abrió la bragueta del pantalón y sacó su respetable miembro delante de su hija. Ella nerviosa miraba la película, pero de reojo veía como su padre se hacía una paja.

Su padre la llamó y le dijo que lo viera masturbarse, ella así lo hizo, al rato le pidió que le hiciera ella con sus manos la paja, pero Jessica refutó diciéndole “eres mi papá”.

Don Nelson le dijo, “José Luis es tu hermano y como si lo hiciste con él”. A Jessica no le quedó más remedio que masturbar a su padre, quien jadeaba de emoción. “Dale hija, que lo haces divino, no pares mami”, eran sus palabras repetidamente.

Al poco rato Don Nelson se atrevió a más, le pidió a su hija que se quitara la ropa porque quería excitarse viendo su cuerpo. Jessica lo hizo pausadamente. Cuando estaba desnuda completamente Don Nelson no aguantó más y la arrojó a la cama violentamente y le dijo.

– Ahora si es verdad que vas hacer mujer para que lo escribas en tu diario. Esta vez seré yo quien goce de tu cuerpo y no tu hermano. Yo te voy hacer gozar.

Don Nelson estaba loco de lujuria y lo primero que hizo fue meterle todo el miembro en la boca a su hija, diciéndole que lo chupara como una buena puta que era.

Jessica se lo metió hasta donde pudo, pero su padre buscaba metérselo hasta lo más hondo.

Cuando ya estaba a punto de eyacular lo sacó de la boca de la hija y se fue hasta su vagina para darle una mamada fenomenal, que hizo que Jessica destapara su silencio y comenzara a jadear continuamente.

– Eso es mi putita, así me gusta, complace a papi.

– Me gusta papá y lo haces mejor que José Luis – aseguró Jessica.

Su padre no aguantó más y se puso encima de ella y sin perder más tiempo se lo colocó en la entrada de su húmeda vagina y la penetró hasta el fondo, cosa que hizo que Jessica le arañara la espalda.

– Eso mi hija, no sabía que eras tan caliente. Eres toda una puta, mi puta a partir de hoy.

– Como tu digas papá, pero por favor no pares.

Al rato Jessica como su padre le vaciaba un torrente de semen dentro de su vagina, ya que ella tomaba las píldoras anticonceptivas.

Don Nelson salió del cuarto y regresó al instante con un pote de vaselina.

– Hija ahora te toca una sesión más para que te puedas convertir en mujer.

– Que es papá, que piensas hacerme.

– Tranquila, sólo tienes que colaborar conmigo y ser fuerte por un momento nada más.

Sin más preámbulos Don Nelson le introdujo un dedo en el ano virginal a Jessica y le untó mucha vaselina por dentro y por fuera.

La colocó en cuatro patas y le puso su miembro erecto en el hueco del culo. Poco a poco fue penetrándola bajo unos gritos de dolor que daba Jessica, que hacía que se excitara más Don Nelson.

Cuando estaba totalmente penetrada, comenzó a moverse fuertemente hasta que alcanzó su eyaculación dentro de ella.

Al despedirse le dijo a Jessica, que todo no terminaba acá, que de ahora en adelante el sería su hombre junto a su hermano como en la película. También le dijo que esta noche antes de acostarse tenía que dejarse coger por José Luis y debía ofrecerle el culo, que le dejara la puerta de su cuarto semiabierta porque quería verlos.

En la noche Don Carlos le pidió a su mujer que se acostara temprano porque seguía con la misma jaqueca.

Irene quien dormía plácidamente no supo más, pero Don Nelson esperaba el momento indicado.

Así lo hizo se fue hasta el cuarto y vio a José Luis penetrando a Jessica por el culo. Don Nelson se sacó su polla y comenzó a menearse rápidamente.

No aguantó más y entró al cuarto. En ese momento José Luis quedó petrificado del susto con el miembro metido hasta el fondo del culo de Jessica.

– Hijos míos, no saben que placer me da verlos de esa manera, será que permiten intervenir en la sesión como en la película – dijo.

Ambos estaban mudos pero al ver la actitud de Don Nelson, sólo se dejaron llevar por sus instintos.

Don Nelson se puso debajo de su hija, penetrándola por la vagina, mientras que le pidió a José Luis que penetrara a Jessica por el culo como lo venía haciendo, cosa que así hizo. Jessica estaba loca de placer, gritaba, jadeaba, pedía más, hasta que ambos casi de manera simultánea botaban sus leches dentro de sus orificios.

Esa noche, todos se fueron a dormir feliz y contentos, no sin antes decirles Don Nelson que esto seguiría más a menudo, ya que su pasión era cogerse a su hija por el culo todas las veces que podía.

Así transcurrieron los días siguientes, ahora ya no era José Luis y Jessica quienes deseaban quedarse solos para hacer el amor, sino que Don Nelson se escapaba en algunos momentos de su empresa, y se iba a la casa o la llevaba a un hotel para hacerle el amor a su hija.

A veces formaban nuevamente un trío, donde Jessica era penetrada tanto por el culo y la cuca por su padre y su hermano, bajo el más profundo silencio para que la señora Irene no se enterara, cosa que hasta hoy que les escribo este relato real no sé si ha sucedido, lo que si les puedo asegurar es que Jessica hoy pasó a otro rol, ahora no sólo es la amante de su propio padre y hermano, sino que ahora también les sirve de enlace de negocio de su padre, ya que de esta manera cierra los negocios con importantes clientes y proveedores de su empresa.

Al igual, José Luis lo hace a cambió de dinero para suplir sus necesidades, e invita de vez en cuando a sus amigos de la Universidad, incluyendo un primo de ambos, para que se cojan a Jessica, pero eso se lo contare en una segunda parte, donde según me cuenta mi hermana Jessica le confesó, que por su cuerpo han pasado más de 30 hombres que ella recuerda, quienes la han puesto de muchas formas y maneras, hasta a veces ha atendido a cuatro hombres en una sola sesión de sexo, quienes tampoco les perdonan ninguno de sus orificios.

Continúa la serie Por una película y un diario II >>

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