Síguenos ahora en Telegram! y también en Twitter!

Mi tía Susy

Mi tía Susy

Me llamo David, actualmente tengo 25 años, vivo en la ciudad de Lima, estoy por terminar mi carrera de Abogado.

Creo que mi físico es bastante normal o promedio.

Con los gustos y aficiones de un muchacho de mi edad. Aunque mi iniciación en el sexo fue a los 16 años, con una mujer mayor.

Ella tenia en ese momento 34 años, hoy tiene 43 y se trata de mi tía Susy.

Mi inquietud por las mujeres, según recuerdo empezó cuando tenía alrededor de los once años, había llegado con mis padres a visitar a unos tíos.

Yo estaba jugando con unos carritos en la entrada del hall, paso una de mis primas mayores, y por la prisa que tenia, la falda (pollera) que llevaba me dejo entrever su calzón (braga). Recuerdo que era de color rojo.

La verdad que me sentí extraño y a la vez empezó una gran curiosidad en mí.

Debo mencionar que soy el último hombre de los primos.

En verdad la frecuencia de edades en mi familia es de extremos, hay parientes muy jóvenes como muy mayores (entre primos, primas tíos y tías) por el lado de los parientes de mi madre.

Mi familia materna siempre se caracterizo por tener buenas piernas y mi tía Susy, no era la excepción. Susy, nuestra querida tía Susy.

Es una mujer de piel canela, tersa y bastante firme.

No es muy alta, de un busto prominente, posiblemente de talla 36B o 38A. Un trasero bien parado, redondo, muy firme y sin rastros de celulitis.

Unas hermosas y bien torneadas piernas. Tanto el busto como su culo es lo que empezó a llamar mi atención, desde que empecé a sentir curiosidad por las mujeres. Debo agregar que es soltera y sin hijos.

Al mencionar que fui el menor de los hombres en mi familia, fui el más engreído y también al que lo llenaban de cariños y regalos todo el tiempo y al que empezaron a ver como hombrecito después de los 15 o 16 años.

Mi curiosidad sexual para entonces, fue aumentando cada vez, más y más.

Desde que levantaba la vista cuando alguna chica en minifalda subía escaleras y veía sus piernas hasta el calzón.

También me sucedía con la ropa interior, que encontraba de casualidad de alguna tía o prima dejada por descuido, ya sea en el baño o en su dormitorio, cuando los iba a visitar algún fin de semana o en algún cumpleaños.

Sentía una gran excitación cada vez que esto sucedía, en especial el temor a ser sorprendido.

Nunca olvidare el sudor en las manos que tenia en ese entonces. Y una gran erección que era muy notoria y que iba calmando secretamente con grandes pajas en honor de esos sostenes y calzones o con las revistas que veía.

Recuerdo que un fin de semana me quede a dormir en casa de mi abuela donde vivía mi tía Susy, tenia talvez entre 12 o 13 años y yo estaba dándome un baño en la tina, pero la necesidad de ella por entrar a orinar era tal, que me toco la puerta con tal desesperación, que tuve que dejarla entrar.

Yo en la tina totalmente sumergido y avergonzado, mí tía subiéndose la falda mostrando su sensual tanga, color negro y por supuesto que gracias a la espuma de la tina no dejaba ver mi gran erección de ver este show tan personal.

Luego el momento crucial, cuando se baja su diminuta tanga negra y yo admirando ese gran y hermoso trasero.

Por supuesto marcando cien con una erección que me producía placer y dolor a la vez.

Pues era la primera vez que veía de cerca a una mujer en esa situación. Por supuesto mi querida Susy disculpándose por haber tenido que entrar de esa manera al baño y haber tenido que satisfacer una necesidad fisiológica de esa manera.

Yo con mi carita de, “yo no fui”, aceptaba sus disculpas.

Luego que se fue, me tuve que hacer una paja en su honor, pues creo que fue una de las mejores de mi vida y me produjo una eyaculación tal, que cayo cerca del bidet.

Conclusión, me gustaba mi tía a tal punto que de solo verla pasar me empalmaba. A partir de ese momento empecé a tener afición por las mujeres mayores que yo.

Esta atracción por las mujeres mayores incluía no solo de mi familia, sino también, vecinas y amigas de mi madre.

Pues a veces observaba como llegaban a mi casa a probarse la ropa que les vendía y que ellas se probaban en el hall con el mayor desparpajo y muchas veces caminaban solo en ropa interior.

Realmente muchas pajas mas me fueron acompañando en mi andar por el mundo del sexo para este entonces.

Pero llegaría el momento de mi verdadera iniciación sexual, pues hasta entonces solo fueron escapes de emergencia. Fue un fin de semana que mi familia se fue a una reunión y regresaron de madrugada.

Mis padres y mi tía llegaron tan borrachos que no me explico como pudieron subir al segundo piso.

Además mi adorada madre, le indica a mi tía Susy que podía dormir en la habitación de su nene, es decir conmigo. Entonces siento que alguien entra a mi dormitorio a tientas, pues estaba oscuro.

Pero una luz cómplice que entraba por la ventana me permitía observar que era mi linda tía, que se estaba quitando la ropa.

Primero sus zapatos blancos y luego ese ceñido vestido rojo, que calzaba como un guante cada curva de su cuerpo, quedando en ropa interior, trayendo a mi mente el recuerdo del baño.

Aquel día que la deje entrar, cuando me bañaba. Tambaleándose se metió entre las sabanas, esto era para no creer.

Al instante se quedo dormida, con unos fuertes ronquidos y un gran olor que tenia entre sudor, colonia y las cantidades de alcohol, produjeron en mi una sensación de nauseas.

Cuando moví las cobijas y sabanas pude observar un gran espectáculo, era ella a mi lado con su sostén y su calzón blancos. No pude evitar un gran empalme, y empecé a saciar mi curiosidad palpaba senos hermosos y firmes, en ese instante se movió produciendo un ruido gutural.

Tal fue mi susto que mi erección cedió, pero mi morbo hizo que siguiera en mi gran faena, empezando a tocar su pubis encima de su calzón blanco y brillante y sigo tocando su chucha y veo que ella sigue totalmente dormida.

Hasta que me atrevo a meterle un dedo a su sexo por debajo de su calzón y ella dice:

“No, no, … ”

pero mi excitación era tal y mi duda aun mas haciéndome retroceder, pero al poco rato escucho:

“No, no, no pares”

y cuando reacciono ella me da un beso en la boca y yo respondo en ese momento, naturalmente prolongando ese beso un buen rato, su mano empieza a buscar mi miembro y yo ayudándola me quito todo lo que llevaba puesto.

Ella en su desesperación se arranca su sostén dirigiendo mi cabeza hacia sus grandes y firmes pechos, que empecé a succionarlos con desesperación, entonces le bajo su calzón y antes que yo terminara de hacerlo, me dice:

“déjame chupártela”

ella me hizo una mamada y yo fui elevado a una nube. Pero veía como succionaba la cabeza de mi miembro y luego pasaba su lengua a lo largo de mi miembro. Metiéndose luego cada uno de mis testículos a su boca, uno por vez.

Otra vez se metió mi pene a su boca y empezó a mamarlo como si fuera lo ultimo y antes que yo reaccionara empecé una gran chorreada que ella no vacilo en tragárselo y yo con mi agitación y mi confusión.

“Si que ya eres todo un hombre, mi querido David.”

” Perdóname tía, no se que paso”

“Esta bien David, pero no me puedes dejar así ”

yo no entendía,

“Davidsito, ahora te voy a enseñar a comer algo que es realmente maravilloso”

En ese momento puso su hermoso coño sobre mi cara. Tenia una hermosa mata de vellos bastante ensortijada. Me dijo que pasara mi lengua por su rajita. Empecé a hacerlo mientras ella me decía:

“Ahora mete tu lengua a mi coñito, mira como se humedece, es por ti”

desde ese momento intuí que ya se le había pasado los efectos del alcohol. Me indico que jugara, con sus labios vaginales, que los mordiera con delicadeza, que pasara mi lengua por donde había mordido y también los llenará de besos.

“Aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh,…”

“No pares, sigue, sigue…

“Aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, aahhh,…”

“Ahora chiquilin pasa tu lenguitaaaa por mi fresita, bézalaa, muerdelaaa,…”

“Aahhh, aahhh, aahhh, aahhh,…”

En ese momento sentí que unos jugos y líquidos inundaban mi rostro, unos olores como a pescado salían de ella.

Mientras pasaba todas esas cosas ella presionaba mi cabeza contra su raja, yo pensé que me iba a quedar sin aire.

Luego me jalo hacia ella y me dio un largo y apasionado beso. Colocando después su coño en mi boca, poniendo en práctica otra vez lo aprendido. En ese momento siento que succionaba mi miembro, este no tardo en empalmarse otra vez.

“Ahora vas a ver lo que es cabalgar”

“Si tía sigue, sigue…”

“Ahora no me digas tía, llámame como tu quieras…,mi amor”

Empezó a moverse con frenesí y yo seguí sus movimientos pélvicos, como un acto natural

“Tu eres unaa reeal hembraa”

“Aahhh, aahhh, aahhh, aahhh, hazme toda tuyaa”

“Erees mi hembra”

“Aahhh, sigue mi amor”

Sentía una humedad tan cálida dentro de ella que me ponía como loco.

Mi excitación se empezó a hacer mas grande y mas grande, entonces empecé a tener la sensación de que me arrancaban algo dentro de mi con una gran fuerza.

Y mi semen empezó a llenarla tanto que empezó a correr por sus piernas y sus caderas.

Luego ella me empezó a acariciar, y me besaba la cara con dulzura.

“Has demostrado ser un hombre. Te quiero pedir que sea nuestro secreto, pues sabes que no esta bien, pues eres el hijo de mi hermana, mi sobrino”

Solamente asentí con mi cabeza pues estaba totalmente agotado, entonces me dormí mientras seguía ella acariciando mi cabeza.

Al día siguiente cuando desperté mi tía ya se había ido a su casa, luego nos encontramos un par de veces más en alguna reunión.

Y solo nuestras miradas de complicidad se cruzaron.

Después supe que se fue a vivir al extranjero por algunos años, pero esta por regresar en dos semanas.

No se como reaccionaremos cuando nos volvamos a ver, después de mucho tiempo.

¿Qué te ha parecido el relato?


Descubre más desde relatos.cam

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo